Juntos (FINAL)

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Habían regresado hace más de tres horas, despegaron antes de que anocheciera, a escondidas de Kyungsoo, Jongin llamó a sus padres diciendo que él estaba bien, y que le dijeran a los padres de su amigo que estaba con él, pero aún no quería regresar, porque no tenía el valor de darles la cara a sus padres por haber huido.

Caminaban sin rumbo fijo, Jongin era el que seguía a Kyungsoo, a veces lo veía sonriendo, y él sonreía. Otras veces le miraba su rostro de preocupación, y le decía que todo estaría bien. Kyungsoo estaba feliz, qué había hecho él para permitir seguir teniendo un amigo como Jongin, y bueno, no solo era un amigo. Después del tremendo beso que se dieron allá arriba, creyó que esa formalizaría su supuesta relación. Y sí, así fue, Jongin se adelantaba a su caminar y se giraba de improviso, estampándole unos pequeños besos en los labios de Kyungsoo.

-Hey, no lo vuelvas hacer- reía Kyungsoo.

Caminaron tanto que llegaron a la plaza, en automóvil era un viaje de dos horas, pero sintieron el camino corto, ya que iban muy bien acompañados. Jongin se sentó en una banca que estaba debajo de un árbol, Kyungsoo fue a comprar bebidas, mientras se alejaba, Jongin cerró sus ojos sintiendo la suave brisa que movía su cabello, el sonido que regalaban las hojas al ser pisadas por las demás personas era algo que siempre le gustaría a Jongin.

Sin duda, el lugar favorito de los dos sería ese lugar frío, recordarían lo buena que fue con ellos, porque si Jongin no se hubiera ido, Kyungsoo jamás le hubiera hablado. La primera vez que estuvo allá se sintió emocionado, pero la segunda vez fue diferente, no es que no le gustara, pero recordó esos días frustrados de su infancia, de su sueño perdido, y de las noches que lloró por haber querido volver. Cuando eran niños la luna de Jongin era diferente a la de Kyungsoo, el pequeño astronauta miró las rocas, y grietas en todas partes, era la luna, su luna, su destino alcanzado y arrebatado a la vez, pero Kyungsoo sólo veía aquella alfombra roja, muebles, la caja de cartón, la silla, los cereales, el pedazo de madera y a Jongin, sentado en el suelo con la cabeza entre sus piernas, con lágrimas en los ojos. Kyungsoo solo siguió el juego, y así fue como pudo traer de vuelta a Jongin, para que fuese un niño normal como los demás, y cómo él.

-Todo fue mi culpa - dijo Jongin. Kyungsoo volteó su cabeza, y lo miro fijamente.

-¿Eh?

-Mi estúpido sueño infantil, el de ser un astronauta y querer vivir en la luna, después llegas tú y me pides volver, porque era imposible vivir allí, pero tantos años pasaron y te convenciste de que si es posible. Me pediste llevar una vida junto a la tuya allá, pero esta vez fui yo el que se negó.

-Ya pasó, Jongin, estamos en la tierra, en donde debemos estar.- Kyungsoo comenzó a patear las hojas secas sentado, tiró su botella de agua y recostó su cabeza en el pecho de Jongin.

-En una parte dentro de ti debes odiarme- susurró.

-No te odio, más bien, haré cómo tú hacías en el pasado, te agradeceré todos los días por haberme hecho ver la realidad, y por salvarme. Ahora tú eres mi salvador- Kyungsoo sonrió, Jongin cubrió los ojos de este.

-¿Logras recordarla?-Kyungsoo negó. Suspiró quitando la mano de los ojos de este, peinó su cabello y lo dejó allí mirando la belleza de su amigo, él, quien desde niño le vio crecer, y le hizo nacer dentro de sí algo que llaman amor.

Caminaban de vuelta, y esta vez iban para sus hogares, ya había oscurecido más, y la luna brillaba con gran potencia.

Jongin llevaba un brazo alrededor de los hombros de Kyungsoo, y con la otra mano sujetaba la maleta de su amigo. No decían palabras, sus gestos hablaban por si mismos, Kyungsoo sentía una serenidad en su corazón por tener a Jongin en ese momento. El más bajo levantó la mirada y la vio, en ese instante la detestaba, quería que amaneciera rápidamente para que dejara de adornar el cielo, y es más, en la mente de Kyungsoo ya no existía luna. Se fijó que la luna en la que había estado horas atrás, no era la misma que Jongin se imaginaba, esta vez para Kyungsoo era oscuridad, rocas inmensas y un lugar en el que podría morir, pero Jongin solo vio pasto verde, húmedo, su cuerpo aplastando las flores y hojas cayendo en Kyungsoo.


~

Llegaron a la casa de Kyungsoo, los dos se quedaron de pie frente a esta, no había pasado ni un minuto cuando la señora Do y los señores Kim salieron exaltados viendo a los dos que gozaban de buena salud.

-¡Do Kyungsoo!- reprendió la madre -¿cómo es que nos haces esto, hijo? Estoy muy triste contigo...

-Perdón- dijo en susurro- si quieres podemos irnos, ya dejé todo atrás.

Jongin fue donde sus padres, los abrazó y los tres veían como la señora Do regañaba a su hijo.

-Tu padre está como un loco, me ha llamado miles de veces preocupado por ti, y tú solamente apareces como si todo estuviera normal, yo no crié a ese Kyungsoo, ¿dónde está mi hijo?

Kyungsoo comenzó a llorar, Jongin iba a ir con él, pero su padre lo detuvo, negó con la cabeza tratando de decirle que eso era asunto de familia, pero Jongin ya sentía que era parte de esa familia, y tenían a su mejor amigo, su amante, su novio sufriendo por una huida.

La señora Do dio un largo suspiro y se acercó a su hijo, atrayéndolo así, dándole un abrazo maternal.

-Creo que todo esto fue muy rápido, y es difícil para ti, tú y yo nos quedaremos, ya he hablado con tu padre. Sabes que merecías ese regaño, y estas castigado, ¿me escuchas?

-¿De verdad?- abrió los ojos por la noticia, y apretó su mano formando un puño con ella. Su madre asintió, en ese momento Kyungsoo quería sonreír, besar a Jongin, pero se contuvo- gracias, madre, gracias. Me haces feliz, no sabes cuánto.

Jongin se liberó del agarre de su padre, y de improviso declaró.

-Tengo algo que decir- la atención estaba puesta en él, sintió un corrientazo pasar de sus pies a su cabeza. Tomó fuerzas dentro de sí y agarró la mano de Kyungsoo, entrelazando sus dedos, el más bajo reflejaba su asombro, no creía que Jongin fuera capaz de hacer tal cosa.

-Kyungsoo y yo somos pareja.

-Jongin...-dijo Kyungsoo. Miró a su madre, y a los padres de Jongin, quienes estaban impresionados por el acto presenciado. Se imaginó a su padre, quien fuera negado de inmediato, y los fuera separado de una vez.

-Hijo, ya estas grande para tomar tus propias decisiones, y si así eres feliz, te doy mi aprobación.

Los padres de Jongin asintieron con la cabeza y después sintió el cuerpo de Jongin junto al suyo, abrazándolo y dándole un pequeño beso en su frente.

-Te dije que todo estaría bien, Soo- susurró en su oído.






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¡Muchas gracias a todos por seguir el fic y por sus maravillosos comentarios!

Adiós:D


ASTRONAUTA- KAISOOحيث تعيش القصص. اكتشف الآن