Promesa.

1.1K 184 38
                                    

Se encontraban acostados en el jardín de los Kim uno al lado del otro.

Ya habían pasado siete años, por una extraña casualidad, así lo decía Kyungsoo, Jongin había crecido en estatura, dejando por el piso a Kyungsoo. El más alto se burlaba, y le decía que aun así, pequeño, seguía siendo su salvador, y además se veía muy adorable para él.

Fueron siete años de amistad, la mejor amistad de todas. Siete años en el que los dos, juntos, alcanzaron sueños que no los habían visto llegar. Como escalar una montaña, pasar todos los años sin haber reprobado materias; y convertirse en el mejor dúo, un bailarín y un cantante.

A las chicas les gustaban, a los chicos les envidiaba. Sus familiares estaban muy felices por los dos, porque aun así, cada semana, los días viernes, cantando y bailando en vivo en el parque de la ciudad, ellos seguían siendo los mismos chicos que antes.

A Jongin le gustaba oler el cabello de Kyungsoo.

A Kyungsoo le gustaba tomar la mano de Jongin, y jugar con sus dedos.

Jongin siempre le decía a Kyungsoo que era el mejor amigo de todos, y le agradecía siempre por haberlo salvado. Sin querer, un día Kyungsoo le dijo que ya estaba cansado que le agradeciera, ya había quedado todo en el pasado, y había que dejar ir al pasado. Kyungsoo le daba fáciles ejemplos a Jongin de cómo dejarlo ir, agarraba una escoba y barría las hojas secas, después las botaba en la basura. Así de fácil era dejar ir al pasado.

Jongin no estaba de acuerdo con él, aunque en cierta parte sí, porque Jongin si no fuera por él, se fuera quedado en la luna, y debía ser agradecido con su amigo. No quería olvidar ese detalle que Kyungsoo hizo por él. Y para que no se cansara de tantos "Gracias" le propuso que le agradecería un día por mes. Kyungsoo aceptó.

A Jongin le gustaba entrelazar sus piernas con las de Kyungsoo.

A Kyungsoo le gustaba hacerle cosquillas a Jongin, y subírsele encima cuando estaban acostados.

- ¿Sabes que tus piernas cansan? - se quejó Kyungsoo.

- Las tuyas igual, hyung.

- Sí, y es por eso que no las subo encima de ti. Vamos, bájalas.

- Estoy tan cómodo así cómo estoy ahora- suspiró- deja de quejarte, Kyungsoo.

- Me vengaré.

Con un movimiento rápido, Kyungsoo se subió encima de Jongin y comenzó hacerle cosquillas en su barriga. Jongin se retorcía y se reía a carcajadas, le pedía por favor que dejara de hacerlo, pero Kyungsoo se hacia el sordo.

Cuando terminó su tortura, Kyungsoo escondía su cabeza en el cuello de Jongin. Y en ese estado, los dos se relajaban, y sonreían, porque comenzaban a contar chistes, aun estando Kyungsoo acostado encima de Jongin.

Y si era cierto que Kyungsoo no era tan liviano como una hoja de papel, era mentira lo que había dicho en el pasado. ¡Por eso era cierto recordarlo ciertas veces! Pero a Jongin le gustaba tener a su amigo cerca de él, respirando el aroma que desprendía.

A Jongin le gustaba tocar el rostro de Kyungsoo. Peinar sus cejas, y sus pestañas.

A Kyungsoo le gustaba darle besos en la mejilla a Jongin. El rubor que aparecía en sus mejillas era único.

Se posicionaron uno al lado de otro nuevamente. Jongin se apoyó en uno de sus codos y observaba a Kyungsoo, este tenía los ojos cerrados. Acercó su mano y la pasó por el borde de su rostro. Llegó a las cejas, y las peinó; después pasó a sus pestañas. Le gustaban las pestañas de Kyungsoo, porque eran delgadas, frágiles, y muy cortas, como él.

Cuando Jongin terminada, Kyungsoo se levantaba de improviso y le estampaba un beso en la mejilla. El rubor subía por el rostro de este en menos de un segundo. Kyungsoo reía.

Una vez Kyungsoo casi besó a Jongin en los labios. Quedó tan choqueado por el acto, que se disculpó y se fue a su casa.

Jongin quedó decepcionado.

~

-Cómo es que llevamos tantos años de amistad, y no nos aburrimos el uno al otro...

- De eso trata la amistad, Kyung. Y nunca me aburriría de ti.

- Porque yo te salvé. - Interrumpió Kyungsoo. Jongin asintió.

- Y porque eres una de las personas más importantes en mi vida - agregó. Kyungsoo lo abrazó por la espalda y sonrió.

Era típico que todos los viernes Kyungsoo se quedara a dormir en casa de Jongin. Su mamá viajaba mucho con su padre, ya que los dos habían montado una empresa de seguros, los negociaban por todas partes del mundo.

Veían películas hasta tarde. Jugaban a las guerras, se reían y gritaban por toda la casa.

Ese viernes decidieron dormir en la sala, en el suelo colocaron las colchas y las almohadas. Se tiraron allí y se acomodaron uno al lado del otro, justo como lo hacían ciertas veces en el jardín.

Jongin pasaba su brazo por debajo de la cabeza de Kyungsoo, y este se lo quedaba mirando fijo.

- Sabes algo Jongin...

- ¿Mm?- preguntó con sus ojos cerrados.

- Quiero besarte.

Jongin abrió sus ojos, sorprendido. Miró a Kyungsoo y este tenía una sonrisa adornando su rostro.

- ¿A mí?- dijo, con voz entrecortada.

Kyungsoo asintió.

- Pero si no quieres, está bien. - Añadió Kyungsoo. Le dio un beso en la mejilla, y se durmió en el pecho de su amigo.

- Hoy no, Soo. No me siento listo. Hiciste que mi vergüenza subiera - rió- Pero prometo besarte.

Kyungsoo asintió de nuevo.






***

¡gracias por sus votos! :)



ASTRONAUTA- KAISOOWhere stories live. Discover now