Capítulo XIII

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"Plateado como el brillo de una daga afilada"

Con el rostro ruborizado, los nervios se apoderaron del cuerpo de Annelisse y ella empujó a Christopher.

Sabía que él debió apartarse por voluntad propia, de no haber sido así, nunca habría logrado moverlo. Una pícara sonrisa se posó en sus labios y ella notó que los caninos aún poseían una longitud inusual.

  — Annelisse, realmente lamento lo que dije — repitió él.

Ella lo observó sin creerle realmente, ignorando groseramente sus palabras, se giró sobre su costado y le dio la espalda. No pasó mucho tiempo hasta que Christopher abandonó la habitación y absorto en sus pensamientos de dirigió a sus aposentos.

Ella lo detestaba, cada vez le quedó más claro.

Debía ser así, él no había hecho nada para agradarle. Su relación comenzó en las peores condiciones, al apartarla de su familia, amenzando con asesinarlos solo para conseguir aquello que deseaba... No cabía duda, Annelisse es el centro de sus oscuros pensamientos... Solo pensar en la sangre corriendo por su pálida piel le tenía obsesionado.

Anhelaba beber de ella, pero por el momento de había contenido... ¿Por qué? Se preguntó.

Sin querer aceptar la verdadera razón, Christopher salió del castillo a través de la ventana de sus aposentos que parecían carentes de calidez, no quería permanecer solo en esa fría habitación, estaba harto de ello.

Desde la llegada de Annelisse, el castillo lucía menos lúgubre, trajo alegres recuerdos que calentaron su fría existencia y después de muchos años, por fin había sonreído. 

Después del asesinato de sus padres y su transformación, el vigor en su presencia había desaparecido y cuando su corazón dejó de latir, los sentimientos le abandonaron... No logró soportar la agonía de la pérdida y terminó, relativamente, ahogándose a si mismo en la nada.

Desde las afueras, observó el resplandor de la luna, casi nunca lo hacía, prefería resguardarse en las paredes del castillo que lo había visto crecer.

Aquella época fue ignorada por él, pero sabía que tarde o temprano, su secreto sería revelado. 

El crujido de una rama hizo que se girara listo para atacar.

  — Presiento que he llegado en un momento oportuno — soltó Danika con una sonrisa. Su largo y enmarañado cabello oscuro ondeaba gracias a la suave brisa de la noche — Una fuente cercana me ha dicho que requerías mi presencia, Príncipe Jakov.

Él gruñó ante el apelativo con el que solían llamarlo, eso había quedado enterrado muchos años atrás.  Las décadas habían pasado, curando la herida pero dejando una horrible cicatriz en su lugar. Le servía para recordar lo sucedido.

  — Danika, hace mucho que no oía de ti — La saludó cordialmente. Lucía tan conservada como siempre, aunque ella no hacía parte de los de su especie, Danika poseía un gran poder en sus manos y sabía utilizarlo perfectamente — Aún te alimentas de la vitalidad de algún joven.

Más que una pregunta, había sido una afirmación.

Ella no lo negó, pero vio la molestia por la mueca en sus rojizos labios.

  — Necesito mantener mi poder por más tiempo antes de pensar en un sucesor — manifestó acariciando un mechón de su cabello. Lo observó en silencio y lo soltó mientras sonreía con malicia — Además, me han dicho que tienes una pequeña mascota humana ¿Tu alimento personal?

Él rió. Solo fue capaz de sacudir la cabeza ante el arrebato verbal de Danika por mencionar sus fechorías para conservar su poder. Pobre Annelisse, si se enterara de las maneras que hablan de ella solo por ser humana.

  — Ella es un pequeño gusto que me estoy dando — dijo Christopher. No literalmente, claro está, pero si sentía que estaba saciando a su depredador interior solo con tenerla en el castillo — Además, ¿mantener tu poder por más de doscientos años no es excederse un poco? Ya va siendo hora de que tomes tu lugar entre los muertos.

Lo observó indignada y por fin, logró tenerla callada por un par de minutos antes de que su osada boca se abriera de nuevo.

  — De cualquier manera — le restó importancia a sus palabras — ¿Para qué me necesitas? Sé que te debo un favor y no quiero extenderlo por más tiempo... Por cierto, también sé que mi minino adorado ha estado rondando por tus tierras ¿Hace cuánto?

Christopher la observó de los pies a la cabeza.

  — ¿No te apetece entrar para seguir con nuestra conversación? — ambos eran conscientes de las criaturas que serían capaz de escucharlos, el bosque albergaba muchos secretos.

Ella miró los alrededores antes de asentir y seguirlo al interior.

Entraron directamente a la estancia con la enorme mesa que solía ser utilizada para banquetes y cenas familiares en su mejor época. Se sentaron con varios puestos de distancia entre ellos. A Christopher le divertía la actitud de Danika, sobretodo, después de tanto tiempo de conocerse.

  — Hace años, cuando te pedí que hechizaras esta tierra para no ser molestado, me aseguraste que ningún humano sería capaz de verla... He de decirte que tal vez no eres tan poderosa como crees, porque una familia logró ver el castillo, pero gracias a eso, ahora mis días parecen mejores, entonces no fue del todo malo.

Ella solo sopesó sus palabras por un instante.

  — En realidad, en aquel entonces, tus palabras fueron que solo aquellos que sirvieran para ti y que de tu sangre bebieran podrían ver el castillo... Por lo que sé, aún tienes los mismos sirvientes de aquellos tiempos, tu sangre los ha mantenido con vida... Pero, si mal no recuerdo, hubo dos sirvientes que después de aceptar tu sangre decidieron abandonarte... Y  tu los dejaste ir.

Christopher pensó en los hechos, no había más que verdad en sus palabras; recordó a la pareja que después de todo lo ocurrido decidieron que querían una vida común y le pidieron que los dejara marcharse... Él no se negó, ya no era nadie para mantenerlos ahí contra su voluntad ¿Había la posibilidad...?

  — ¿A qué te refieres en concreto? — preguntó con la esperanza de que la bruja le aclarara un poco la situación.

  — No controlo todo, Christopher, está la posibilidad que al haber bebido de tu sangre, ésta se quedara de alguna manera con ellos, no como con tus demás sirvientes que se han conservado gracias a haber tomado más veces, aunque dudo que les quede mucho tiempo... Y tal vez, eso afectaría a su generación... Podría ser que aquella familia que irrumpió aquí fueran descendientes de esa pareja. No sería mi culpa, sería tuya.

Christopher lo consideró, parecía ser lo más probable y aceptó que así era al cabo de unos minutos. Cuando un vampiro le otorgaba de su sangre a un humano, éste se conservaría durante más años de lo usual para la corta vida humana pero también les quitaba parte su humanidad, no podrían reproducirse... Eso era lo que les había ofrecido a sus sirvientes en aquel entonces, muchos habían aceptado fielmente, pero otros no.

Annelisse y su familia podrían ser parte de las generaciones de esa pareja; Christopher lo pensó un poco más y al cabo de un instante, dijo: — Entonces, quisiera el favor que me debes, Danika.

Los labios de Danika se fruncieron pero aceptó.

  — Solo aquellos mortales que beban directamente de mi sangre podrán ver el castillo, por lo demás, al igual que antes.

Ella sonrió.

  — Sabes que para hacer el conjuro necesito un poco de tu sangre. 

Él asintió.

  — Mañana lo haremos.

La hechicera se levantó de su silla y señaló el pasillo hacia las escaleras.

  — Ahora, si no te molesta, podrías prestarme una de las habitaciones de este hermoso castillo. Estoy exhausta... Mañana quiero ver a Celic y conocer a tu pequeña mascota humana — dijo Danika con una sonrisa.

Nota de la autora: ¡Gracias por leer! <3 Dejaré una pregunta ésta vez ¿Cuál es su personaje favorito de esta historia? ¿Qué te pareció el capítulo?

De nuevo, gracias, pasamos los 10k en lecturas y estoy muy emocionada =D ¡GRACIAS!

Oscura Obsesión (Corazones Oscuros #1)Where stories live. Discover now