Capítulo 26.

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Mis piernas flaquearon... Tenía taquicardia. ¿Había escuchado bien?

-¿Qué? -Fruncí el ceño.

-Sí. Soy tu madre. He vuelto por ti.

-¿Qué?

-Que he vuelto por ti...

-¿Perdón? ¿Después de 22 años?

-Cariño, sé que es tarde, pero también sé que puedo recuperar todo el tiempo perdido.

-Me das vergüenza.

-Cariño...

-No me digas así. -Dije entre dientes. Y metiendo mi llave por la cerradura. -Ahora te largas.

-Pero...

-¡Te largas!

Entré a la casa y azoté la puerta. No podía creer lo que aquella señora dijo... ¿Mi madre?
Volteé a ver la casa, estaba todo como lo dejé. Caminé a mi habitación y vi algunos diseños pegados en mi pared. Los quité de ésta y los tiré a la basura, ya no los necesitaba.

Seguía teniendo dudas de lo que aquella señora dijo. Así que fui al cuarto de papá y busqué alguna foto con ella. Busqué debajo de su cama, en los cajones del tocador, pero nada.

-El ático. -Susurré y subí a éste.

Todo tenía polvo, habían pocas cajas, bajé una que decía "Familia".
La empujé con mi pie hasta la sala, me senté y abrí la caja.

Algunos álbumes se encontraban en la caja, tomé sólo uno y al abrirlo, ahí estaba Cynthia.
Me llené de impotencia y coraje, era verdad, ella era mi madre. Aventé el álbum y comencé a llorar.

Caminé a la cocina, subí mi mano hasta la parte alta de la alacena y con el tacto busqué aquella amiga que no veía desde que papá murió. No, no era una navaja, sino mi cajetilla de cigarros. Una caja pequeña azul rey, Pall Mall. Los llamaba "amiguitos azules", al consumirlos me hacían sentir más relajada y tranquila en los días donde necesitaba paz.
Abrí la caja y adentro venían 5 cigarrillos y mi encendedor. Puse uno en mis labios y lo encendí.
Dejé que todo el veneno recorriera mis pulmones, para después liberarlo.

Me agaché para buscar a otra compañera mía, mi botella de Whisky. Sonreí al verla y la tomé.

-Te extrañé... -Dije antes de darle un gran trago. -Ahora vamos a mi cuarto...

Tomé mi cajetilla de cigarros y caminé a mi habitación, llenándola de humo de cigarro.

[...]

-¡_______! ¡_______! -Decía una mujer mientras me meneaba de un lado al otro.

-¿¡Qué!? -Grité fastidiada.

-¡Te embriagaste!

-¿Y? Tú no eres nadie para regañarme. ¿Qué haces aquí?. -Pregunté confusa.

-¿Desde cuándo lo haces?

-¿Qué haces aquí? Yo no te di permiso de pasar.

-La puerta estaba sin seguro... Quise ver si todo estaba bien. Ahora, ¿Desde cuándo bebes y fumas? -Preguntó enojada.

-Desde la preparatoria. ¿Contenta? -Me levanté de mi cama y caminé al baño.

-¡Por supuesto que no! ¿Te dejo un momento con tu padre y te enseña a hacer esto?

-¿¡Qué!? -Dije abriendo la puerta del baño. -¿Un momento? ¡Me dejaste 22 años de mi vida! Y mi padre no fue el que "me enseñó". Fui yo misma, al sentirme sola, al ver que mi padre se partía el lomo para poderme mantener a mí. Con los gastos de la comida, de la escuela. Me dolía tanto la mirada de mi padre al preguntarse "¿Qué vamos a comer mañana?" ¿Y tú? Disfrutando de la vida galante, soltera y sin preocupaciones de mantener a un hijo. Por eso me refugié en la drogas... Para al menos tratar de olvidar un momento.

-Hija...

-¡No me llames hija! No tienes derecho. Mi padre también fue madre para mí. Tú sólo serás la puta... -Cynthia me iba a dar una bofetada pero la detuve con mi mano. -Oh, no. Conmigo no juegas así. -Hice duelo con su mirada la cual reflejaba terror y la mía seguridad y furia. -Te largas.

La empujé hasta la salida y cerré la puerta con seguro.

Hoy es 28 de diciembre... Creo que de nuevo pasaré Año nuevo sola.

Fui a mi habitación a vestirme, me puse algo casual y salí a comprar víveres, suficientes, ya que no quería salir de mi casa al menos en diez mil años.

Salí de la casa, hacía mucho frío, me cerré mi chaqueta de cuero y guardé mis manos en los bolsillos.
Caminaba por toda la ciudad, hasta llegar al centro comercial.

Tomé tres simples cajas de donas, con eso sobreviviría al menos dos semanas.

Iba a pagar, sólo había una señora frente a mí.
Una canción peculiar llamó mi atención, sonaba Rebel Love Song por el supermercado. Volteé a Ver a mi derecha y había una revista con Andy en la portada. Parece que el mundo me quiere joder.
Mis ojos cristalizaron, mis brazos fallaron y dejé caer las cajas de donas.

-¿Se encuentra bien, señorita? -Preguntó la cajera.

-S... Sí, sólo necesito dos cajetillas de Pall Mall azules y una botella de Whisky.

-Por supuesto. -Tomó lo que pedí del mostrador y lo pasó por la banda.

Pagué y salí sólo con eso a mi casa.

Al llegar abrí la botella y así la bebí, directamente de la boquilla, dejando ese líquido recorrer mi garganta.

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CRÉDITOS A MI HAMIJO DEL ALMA MYCKA Y DIEGO POR LA IDEA DE LOS CIGARRILLOS. DIOS LOS BENDIGA. <3

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Lofiu :*

Road To Nowhere (Andy Biersack y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora