Capítulo 23

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Encerrados en su burbuja de amor estaban el Doctor y la bonita secretaria. Dos semanas habían pasado desde que le habían puesto "orden" a sus vidas, el color en las mejillas de Helena había vuelto y así mismo la sonrisa encantadora de  Juan. Sin embargo, éste último no había dejado sus manos quietas y habló con su primo para mover los hilos necesarios sobre el caso de la muerte de Eliézer.

Habían iniciado ya una investigación y con el papel en el que decía quien había acabado con la vida del mellizo se empezaban a crear grandes incógnitas, empezarían por pisarle los talones al presunto asesino.

Por otra parte, Lucia tenía un humor bastante negro por su última discusión con su "novio" pues él estaba cada vez más ocupado con la temporada decembrina, ella no quería llegar al punto de depender de la comunicación con Alex, pero lamentablemente él la había acostumbrado a eso.
No habían sido unas cuantas cogidas, al principio si, pero luego había ido todo un fin de semana a Cartagena, después el empezó a ser más constante y a centrar mucho su atención en la bonita pelirroja, los detalles y demostrarle cuán importante de estaba volviendo para él fue lo que poco a poco hizo acelerar su corazón. No sabía si esa sonrisa que se apoderaba de su rostro cada vez que tenía la notificación de un mensaje o una llamada entrante, había hablado con Helena de eso y ella le decía que tal vez no era amor, pero que si se alimentaba eso que sentía podría llegar a conocerlo.

Suspiro y se llevó las manos a su cara y luego las enterró en su cabello, quería llamarle y pedirle disculpas por no entender que su trabajo lo estaba absorbiendo, pero por otro lado estaba su orgullo... Se mordió el labio inferior mientras desbloqueaba el teléfono y sin dudar más, llamó.

- Hola- respondió él al otro lado con un suspiro de alivio, su pelirroja lo estaba matando con su indiferencia.

- Hola- dijo ella y cerro los ojos- cariño, escúchame yo... Lo siento, lo siento, no quiero significar un problema más para ti, yo...

Él sonrió cerrando los ojos mientras acariciaba esa foto de los dos en la terraza de uno de los hoteles.

- No hay nada poro cual llegar a disculparte, me tienes en tus manos desde que me dijiste eso de "cariño"- dijo tiernamente- repítelo.

Ella sonrió aliviada y susurró:
- Cariño, cariño...

Los dos rieron y siguieron charlando mientras él ya compraba un vuelo para ir a ver a su chica.

Sin embargo, como la vida no es justa y en ocasiones, parece disfrutar del mal humano, dicho vuelo tuvo que retrasarse 2 días por mal tiempo, mal tiempo para los dos...

Todo Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora