26. ¿Celosa?

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Permanecía sentada en la silla giratoria de mi escritorio apuntando hacia la ventana. Los binoculares estaban sobre la cama junto a mí. ¿Debería hacerlo? Siempre quise saber lo que pensaban y ver lo que hacen, debe ser casi lo mismo ¿No? ¿Qué pasaba si por accidente veía cosas que no debía? ¿Qué pasaba si veía cosas sucias? Diug, me horroriza pensarlo. Pero como siempre mi orgullo es más fuerte que yo. Por lo que me arrastré con la silla giratoria hasta la ventana y me escondí lo más que pude tras la ventana, con los binoculares entre las cortinas.

El más fácil de espiar vendría siendo Nash, ya que vive en frente, por lo que no dudé en comenzar con él.

Veía su habitación vacía y ordenada como siempre, bastante tranquilo hasta que la puerta se abrió y lo veo entrar agitado junto a una chica. Esta rodeaba su cadera con sus piernas y se afirmaba de su cuello mientras lo besaba. A esto me refería con lo de ver cosas sucias. Alejé mis ojos de los binoculares y maldije. La curiosidad ahora me come. Volví a mirar y ya se encontraban acostados en la cama y Nash sin camiseta. La chica de su boca bajo a su torso y comenzó a besarlo.

¿No habrá alguien en casa como para interrumpir esa... escena? De pronto, la chica se detiene, mira a Nash enojada y comienzan a discutir. Ella le grita cosas y apunta hacia mi casa, por lo que intento esconderme más, sin embargo, no dejé de mirar. Nash se puso de pié acercándose a ella, pero esta solo le dio una bofetada y se fue.

Ya era hora, pensé. Ella no tenía nada que hacer ahí.

— ¡¿Que estás haciendo?!— escucho un grito y me sobresalto cayendo de la silla.

— ¡Shawn que mierda haces aquí! — exclamé enojada.

— ¿Te asuste? Lo siento, tu mamá me dejó entrar ¿Que estás haciendo?

— ¿Yo? Na-nada ¿Por qué? — dije poniéndome de pie y ocultando los binoculares.

— ¿Que escondes? — dijo frunciendo su ceño.

—Nada, ya te dije ¿Qué haces aquí? ¿Qué quieres?

—Hablar contigo.

—Creí que no te interesaba hablar conmigo. Ya que tu noviecita te tiene tan controlado.

—No digas eso, solo estaba celosa.

—Si ¿Sabes? Desde que me hizo un show porque terminaste con ella y pensó que era mi culpa, ya no me gusta que te me acerques.

—Pero...

—No quiero problemas Shawn, en serio.

Suspiró.

—Está bien ¿Que tienes "aun" ahí atrás?

—Mi mano— me encogí de hombros.

Rodó sus ojos y se acercó a mí.

—Dámelo.

—No— me negué.

Atrapó mis brazos en un abrazo apretado e intentó quitármelos. Metí mi pié entre los suyos y lo hice caer, claro que lamentablemente caí sobre él.

—Shawn, eres un idiota.

—Los tengo— dijo aún sin soltarme.

—Demonios— susurré.

— ¿Estabas espiando a Nash?

—No.

—Te apuesto un envase de Sour Cand a que sí.

—Shawn, apostar en la posición en la que estamos... digamos que no es muy apropiado.

—Tienes razón— me soltó y nos pusimos de pié.

— ¿Que me ibas a decir?

—Oh, es que es sobre Matthew.

— ¿Qué pasa con él?

—Bueno, estaba pensando sobre lo que me dijiste la otra vez.

— ¿Sobre qué? — fruncí mi ceño.

—De que... te gusta Matt.

— ¡¿Qué?! ¿Eso te dije?

—Si— asintió obvio.

—No, no... Te juro que no recuerdo que te lo haya dicho.

—Bueno, es que... yo si lo recuerdo, y salió de tu boca.

—En serio no lo recuerdo— rasqué mi cabeza— bueno, si fue así te aclaro que... no, no me gusta Matthew, tal vez llegué a confundirme en algún momento, pero no me gusta Matt.

—Bueno, entonces lo soñé.

—Estás loco Shawn— me reí.

—Ya me había asustado.

Fruncí mi entre cejo.

— ¿Por qué?

—Es que... si te gustara uno de nosotros no me gustaría que fuera Matt.

— ¿Nosotros? ¿Te incluiste? Shawn, no olvides que tienes novia.

—Sí, lo sé.

— ¿Y quién te gustaría que fuera mi novio de ustedes?

— ¿Sabes? Ya se me hizo tarde.

—Ey, ey, respóndeme.

—Adiós— besó mi mejilla y se fue.

— ¡Claro, me coqueteas y te vas! — grité y escuché su risa.

Luego apareció nuevamente.

— ¿Quieres que siga? — alzó una ceja.

—Sí, mejor ya vete— lo empujé.

Shawn parece ser muy inocente... pero no lo es. De pronto mi móvil suena resonando en toda la habitación. Lo tomé y contesté.

— ¡HA, contestaste! Mañana hay escuela que haces levantada.

— ¿Lina?

—La misma.

— ¿Qué quieres?

—Quiero saber si es que Jake de casualidad fue a tu casa.

—No ¿Por qué?

—Nada importante ¿Algo interesante que contar?

—Sí, Luke vino a verme y me sugirió que espiara a los chicos para saber que tanto han cambiado.

— ¿Y le hiciste caso?

Suspiré.

—Creo que sí.

— ¿Como que creo? Es sí o no.

—Sí— dije firme— espié a Nash.

— ¿Te encontraste con algo?

—Bastante desagradable, a decir verdad.

—Cuéntame.

—Es que entró con una chica a su habitación e iban a... ya sabes, hacer cosas...

— ¿Te molestó?

—No puedo negártelo, él no es así y la verdad es que detesto que se meta con una y otra, al final solo pasa por ellas, pero es desagradable ¿Sabes? No puedo soportar que sea de esa manera, las chicas ahora se aprovechan, si estuviera conmigo sería diferente...

— ¡Espera! — me interrumpió— ¿Te escuchaste?

— ¿Qué?

—Dijiste que si estuviera contigo sería diferente.

—No lo mal pienses, Lina, me refería a que si aún fuéramos amigos.

—Claro, sin contar que todo lo demás que dijiste sonó como si estuvieras terriblemente celosa.

— ¿Celosa? No, no, no, te equivocas Lina. Lo dije con la intensión de amigos.

—Como digas ¿Sabes? Tengo que dejarte por que una chica estaba haciendo una escena de celos y no lo reconoce.

— ¿Qué? No, Lina, espera.

—Nos vemos.

Y colgó... ¡Y colgó! Maldita sea, no eran celos... o tal vez sí, pero de esos de amigos ¿O no?

La desterrada  ›  Old MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora