9. Día cinco: Aaron Carpenter.

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Después de la rara escena que tuve con Hayes, corrí a prepararme para la escuela. Producto de la charla con mis vecinos tuve que irme sin desayunar.

— ¿Tienes algún sándwich o comida? — le pregunté a Dustin con los brazos cruzados y con la espalda apoyada en mi casillero.

—Tengo... un sándwich de queso, y esta vez no fue aplastado por mi trasero, mi madre lo hecho en mi mochila antes de que me fuera.

—Pero lo vas a necesitar ¿No?

—Realmente no, debo mantenerme en forma— alzó sus brazos mostrándome sus músculos.

Le quité su mochila y saqué el sándwich.

—No me impresionas— dije dándole un mordisco a mi sándwich.

—Puedes tocar si quieres— Sonrió poniendo su brazo ante mi cara.

Rodé mis ojos y toqué sus músculos.

—Hey, están muy duros— reí y de pronto un fuerte golpe me hace sobresaltar y mirar hacia el lado.

Era Sam, había cerrado su casillero golpeándola fuertemente. Mi vista se fue directamente a sus ojos, así como veía que la suya de centraba en Dustin de manera... asesina. No encontré otra palabra.

—Vamos Mack— me susurra Dustin abrazándome por los hombros.

Sabe que aún me duele.

— ¿Quién es nuestro siguiente objetivo? — cuestioné evadiendo el tema de Sam.

Lo vi sacar su móvil y tocar unas cuantas veces la pantalla.

—Aaron Carpenter— dijo mostrándome su celular.

En el salía una fotografía de Aaron y algunos de sus datos personales.

— ¿Y eso? — fruncí mi ceño.

—Es una aplicación espía para...

—Espera, te tengo una buena noticia y... una no tan buena, en realidad no tengo clara la segunda noticia— lo interrumpí.

—Dime— me puso atención.

—Ayer, Skylynn y Hayes se fueron a Miami junto a su madre... y ambos se fueron a despedir de mí.

— ¿No era que Hayes también te odia? — cuestiona confuso.

—Se suponía, pero me confesó que él siempre me creyó y...

— ¿Y?

—Bueno, yo a él lo quiero como un hermano menor, y... resulta que casi me besa, y me dijo que le gusto— bajé mi cabeza.

— ¿Y a ti también te gusta?

—No Dustin, ya te dije, él es como mi hermano menor. Él solo lo intentó... y luego se fue— expliqué.

—Bien, porque si no terminarías en la cárcel por violar a un niño de quince años.

—Hey tampoco exageres, no es tanta nuestra diferencia de edad— me crucé de brazos.

—Entonces si te gusta.

—Dustin ¿Esto es algo parecido a una escena de celos? — espeté viéndolo fijamente.

—Okey, ve con Carpenter, como lo planeamos, recuerda— evito mi pregunta y me empujo en dirección a donde Aaron se encontraba.

Decidí obedecer y caminé hasta donde se encontraba Aaron junto a Brent y Taylor.

—Hola chicos— saludé casual.

Ellos me miraron sin hablar, Taylor hacía gestos de desprecio con su cara y Brent solo se retiró.
Antes de que Aaron se fuera lo detuve.

—Tú— hablé.

— ¿Que pasa Mackenzie? No quiero nada contigo, entiéndelo— habló y resopló.

—Ay por favor Aaron, no te hagas el interesante. Solo venía a hacerte una pregunta.

Alzó sus cejas esperando mi bala.

— ¿Que te dije cuando te besé? Aquel día... ya sabes— dije con timidez.

—Es estúpido que me lo preguntes siendo que tú lo dijiste.

—Bueno, pues no lo recuerdo— hablé molesta.

—Si te digo ¿Me dejas tranquilo?

—Si— rodé mis ojos.

—Bueno, me dijiste que hace mucho tiempo morías por besarme, que Sam te daba igual, que me amabas a mí, y qué harías lo posible por tener una noche conmigo ¿Feliz?

Definitivamente esa no fui yo, ¿Cómo es posible? ¡Demonios! Estoy comenzando a pensar que alguien se hizo pasar por mí, y si no, es que Aaron acaba de inventar todo.

— ¡Deja de inventar todo por favor! — grité golpeando los casilleros que estaban a su espalda.

—Yo no estoy inventando nada Mackenzie, esa noche tú y yo estuvimos juntos y no lo puedes negar— me señaló con su dedo índice.

—Yo sé que no tuve ningún tipo de relación contigo...

—Pero la hubo, esa noche simplemente pasó y no tienes pruebas para demostrar lo contrario.

— ¿Y por qué lo dices justo ahora? ¿Por qué no lo dijiste aquel día en que los chicos entraron y nos vieron? ¿Por qué lo dices ahora después de tres años? Tenías miedo ¿No? Tenías miedo de que te desterraran de Magcon como lo hicieron conmigo. Pero ¿Sabes? Ahora sé el tipo de persona que eres... acabas de correr el riesgo de que yo vaya y les diga a todos esas partes de la historia que no contaste

—De todos modos, no te creerían— se rió.

—Sí, tienes razón, pero es peor llevar un cargo de conciencia a que a mí no me crean. No sé cómo has logrado sobrevivir estos años. Eres de lo peor Carpenter, te odio— finalicé y me retiré dando la vuelta al pasillo para inmediatamente encontrarme con Dustin.

— ¿Qué pasó? — cuestionó intrigado.

Por primera vez en tantos años me siento fuerte, siento que tengo esperanza de recuperar a mis amigos, que si me sigo esforzando podré lograrlo y ahora con lo que Aaron acaba de confesar, me siento llena de energía y de fuerzas, al fin tengo una prueba, no tan concreta, pero la tengo, él mismo me lo confesó y lo mejor de todo... es que esta todo grabado, pero no me es suficiente, debo hallar más pruebas.

Saqué mi móvil y conecté los auriculares para mostrarle la conversación a Dustin, con eso quedó claro inmediatamente.

—Mack— titubeó.

— ¿Puedes creerlo? Sin embargo, yo sé que no pasó nada...

— ¡Mack! — exclamó.

— ¿Qué?

— ¿Tu eres virgen? — se sonrosó por la pregunta, pero creo adivinar su plan.

—Claro que lo soy.

—Entonces, tenemos una segunda prueba— sonrió.

—Espera, no me van a creer si les digo que soy virgen y ya— torcí mi boca.

—Mack, solo tienes que ir al ginecólogo a comprobarlo y mostrar esos documentos.

Chasqueé mis dedos.

— ¡Cierto! ¡Dustin eres un genio! — reí y lo abracé.

La desterrada  ›  Old MagconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora