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Hoy era mi primera semana estando acá en la ciudad de Inglaterra. Y todos me tratan mejor de lo que merecía.

Por las mañanas desayunábamos todos juntos y después nos íbamos con Mia a trabajar, llegábamos primero a su trabajo y después me iba sola caminando al mío.

A la hora del almuerzo comía algo que siempre nos preparábamos con Mia y a la hora que salía de mi primer trabajo, me dirigía a una gran casa de familia.

La familia tenía bastante dinero y me sentía completamente cómoda, yo les limpiaba toda la casa y cuidaba de los dos pequeños que tenían pero casi no lo hacía ya que se portaban de maravilla. Al principio tuve miedo porque nunca había tratado con niños menores pero ahora estoy sintiendo aprecio por ellos, y una vez que termino de limpiar siempre jugamos a algo y tomamos la media tarde juntos.

Cuando salía de la casa solo tenía que caminar 100 metros y llegaba a la casa de Eric y Mia. Quienes ahora eran mis mejores amigos por así decirlo.

Decidimos que nos turnaríamos por las noches para preparar la cena. Y esta noche le tocaba a Eric.

-Eso huele muy bien – digo desde la entrada de la cocina. Eric se da vuelta y me sonríe.

-Prueba un poco y dime si está bien – me acerque y probé un poco del estofado que preparaba.

-Sabe mejor de lo que huele – levante mi mirada y me encontré con la suya y fue la primera vez que lo mire como hombre.

Sus ojos eran marrones pero claros, se había dejado crecer un poco la barba y le daba un aspecto varonil, al ver que lo miraba me sonrió mostrando su dentadura perfecta.

Salí de mis pensamientos y le volví a sonreír retirándome de la cocina para encontrarme con el pequeño Lean quien ahora apreciaba mucho.

-¿Qué dibujas pequeño? – Me siento a su lado pero me esconde su dibujo y se aparta de mi - ¿Qué pasa? – y se fue corriendo a su habitación.

Me quede unos minutos ahí sentada hasta que sentí su puerta abrirse y lo mire. Venía con el dibujo en su espalda y caminaba hasta donde estaba yo.

-Perdón, quería terminarlo antes – y me tiende el dibujo. Supuse que era yo, aunque en el dibujo estaba muy flaca. Le sonreí y le di un abrazo.

-Es el dibujo más precioso que me han regalado y el primero. Me encanta – lo dejo de abrazar para mirarlo y me sonríe tiernamente.

-Veo que se están llevando muy bien ustedes – nos giramos y vemos a Eric, nos volvemos a mirar y asentimos.

Vuelvo a mirar a Eric y nos sonríe embobado hasta que aclaro mi garganta y se recupera – La cena esta lista.

Esta noche estábamos los tres ya que Mia estaba con su novio. En la semana había hablado con ella y me contaba que estaban comprometidos y que su novio le pedía que se fueran a vivir juntos pero ella no lo hacía por su hermano y su sobrino. Más que todo por su sobrino ya que al tiempo que nació su madre enfermó y la enfermedad terminó con su vida.

-¿Qué tal cocino? – miro a Eric y tiene una sonrisa arrogante la cual por primera vez veía.

-De hecho no esta tan buena, pero quiero quedar bien así que la como – miro a Lean y se está riendo por lo bajo.

-Yo estoy de acuerdo papi, me gusta más como cocina ella – sonrió al ver a este precioso seguirme el juego.

-Y ya que estamos diciendo la verdad, creo que debemos dejar de cenar ¿no te parece Lean?

-Me parece – ambos simulamos levantarnos mientras vemos a Eric que está totalmente confundido creyéndose todo.

Le hago señas al pequeño para hacerle cosquillas a su padre y me sonríe en aprobación.

-Ahora – grito y saltamos encima de Eric haciéndole cosquillas.

-Odio... las cosquillas... basta...por favor.

Después de que nos cansamos nos tiramos en el piso y nos reímos los tres juntos.

Miro a Eric y me hace señas para que ataquemos a su hijo. Nos acercamos lentamente a él pero es más rápido y corre hasta su habitación. Lo seguimos y cuando lo atrapamos le hacemos cosquillas dejándolo casi sin aire y paramos.

-Bueno, creo que alguien debe dormir – dice Eric.

Lo miro pero antes siento como me tiran en la cama y me hacen cosquillas entre los dos.

-Noo... por favor... - y por suerte cuando pensé que no iban a parar más lo hicieron.

Una vez que nos calmamos el pequeño bosteza.

-Ahora sí, a dormir – anuncia Eric.

-¿Puede arroparme Ether?

-Por supuesto – miro a Eric susurrándole que todo estaba bien y comencé a hacerlo.

Ayude a que se colocara su pijama y una vez que estaba dentro de su cama lo tape.

-¿Te quedaras hasta que me duerma? – pregunta cerrando sus ojitos de a poco.

-Si precioso, lo haré – se hace a un costado y me indica que me coloque a su lado. Y así lo hice.

-¿Puedes cantarme algo?

-Claro – y eso hice, le canté una canción que mamá solía cantarme cuando era una niña, amaba que todas las noches lo hiciera mientras acariciaba mi cabello.

Entonces hice lo mismo, cantaba mientras acariciaba su carita de ángel y sus rizos hasta que se quedó dormido. Sequé las lágrimas que tenía y deje atrás mis pensamientos tristes.

Me levanté muy despacio dándole un beso de buenas noches y me pare encontrándome con la mirada de Eric.


No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora