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–Aún no te encuentras bien ¿Qué haces aquí? –  ahí estaba, apoyado contra un árbol, sus brazos cruzados y una expresión relajada era evidente en su rostro.

– Eso no es algo de tu incumbencia – de a poco la chispa del enojo comenzaba a cobrar vida. Pero la falta de fuerzas no me daba muchas opciones para este momento. 

Sabía que el ignorarlo lo enojaría, y considerando era mi mejor opción. Sin decir una palabra más di media vuelta y comencé a caminar.

– No estas tan mal como parece, tu personalidad sigue intacta – sigo mi camino y no dejo de caminar hasta que de una manera sobrenatural se coloca delante de mí.

Por supuesto.

–¿Qué es lo que quieres?  – suelto de manera rápida e inmediata en su cara.

– Yo solo quería disculparme... – agacha su cabeza y mete sus manos en su chaqueta. 

–Pues no las acepto.

– Gracia...  – al darse cuenta de mis palabras se detiene y me mira con incredulidad – Es broma, ¿no?

Niego e intento rodearlo, pero con él utilizando sus ventajas no logro hacerlo.

  – ¿Acaso piensas que alguien como yo pide disculpas a diario? 

– Ese no es un tema que me importe. Ahora solo quiero irme – exhausta me siento arriba de un puñado de hojas secas, y sostengo mi cabeza.

Su expresión cambia y se arrodilla junto a mí.

– Deberías volver a casa, puedo cargarte hasta ella –   intenta pasar uno de sus brazos por debajo de mis rodillas pero lo aparto. 

Todas mis terminaciones nerviosas se encendieron, y me aparté de manera inmediata. Lo había sentido, había sentido algo pero no encontraba las palabras para explicarlo. 

Vuelvo a mirar sus ojos y me asusta el hecho de que me guste lo que veo.  

–Puedo sola – me levanto de apoco y finjo limpiar los restos de hojas en mi parte trasera para recuperarme.

– ¿Es lo que quieres? –su mirada busca la mía pero la esquivo.

–Es lo que quiero. Quiero no volver a verte – mi voz sale ronca, me cuesta tragar y lo único que deseo es un trago de agua. 

O su ausencia para poder relajar mis músculos.

–Esta bien – hace un movimiento desinteresado, un poniendo recta su espalda da media vuelta y se marcha.

Como la primera vez, me quedo mirando su figura desaparecer entre los árboles, entre la oscuridad hasta que no queda señal de él.

Al llegar a casa, habían luces encendidas. Una alarma se encendió, y no tenía mucho tiempo para prepararme para ello.

Tenía que entrar.

–¡Nos cansamos de decirte que no podías salir, Ether! – la voz elevada de mamá suena en el momento justo donde la puerta se abría.

– Lo siento mamá, pero necesitaba un poco de aire y ya estoy de vuelva, ¿para qué hacer tanto alboroto? Me iré a dormir –  finjo un bostezo –  Buenas noches, te quiero.

Subo las escaleras y entro en mi habitación. Busco ropa cómoda para dormir y no espero mucho para hacerlo.


***


El sol ya había salido y daba directamente. Intento taparme pero por falta de aire. Me levanté.

–Buenos días querida, tu desayuno está listo – mamá coloca un plato delante de mí, y en ese momento me doy cuenta de lo hambienta que estaba.

A la hora de ir a clases, Jules pasó por casa y juntas caminamos hasta las clases. 

Aún me sentía cansada. 

El día parecía interminable.

Tenía que distraerme aunque sea solo por unos minutos.

–¿Qué se siente estar a punto de cumplir 18 años? – sólo quedaban unas horas y mi mejor amiga iba a cumplir su mayoría de edad.

– Siendo sincera, la idea apesta y me provoca un terrible dolor de cabeza –volteo para mirarla y no puedo creer lo que estaba escuchando. 

Jules por años había formado parte de las chicas que ansiaban llegar a su mayoría de edad, sólo por el hecho de que soñaban que un hombre lobo llegara a su puerta para reclamarlas.

–Dime que es una broma y que estás  apunto de decirlo para poder saltar de la emoción.

–Hablo en serio, Ether. Nunca pensé que cumplir 18 me traería problemas, tengo todo lo que quiero.

–¿Qué es lo que está sucediendo? 

– El problema me lo está haciendo Allen, con el tema de cumplir la mayoría de edad. Él piensa que alguien más va a venir por mí y esa es la razón de nuestros problemas por semanas. Piensa que mi mate va a aparecer y todo lo nuestro acabará.

–Nunca pregunté porque en realidad no es un tema que me interese, ya sabes. Pero eso de mate o tener una luna... ¿Qué significa?

  – Si un hombre lobo tiene su mate, quiere decir que ha encontrado su pareja con la que estaba destinado a estar. Se dice que estos tienen una gran conexión y que hay una manera para que sus almas se unan, y sean uno solo.

  – ¿Y eso cómo se hace? Y en todo caso, ¿cuál es el problema acá? 

  – El problema es que Allen piensa que uno de los suyos aparecerá reclamándome, y todo eso. 

  – Pero... Si algún día aparece su pareja, ¿que sucederá entonces? –  el asunto de los lobos, era un dolor de cabeza. Además había mucho por saber de ellos.

  – Eso mismo le pregunto yo, pero sigue insistiendo en lo mismo. A veces pienso que su lado posesivo está saliendo a la luz y eso me asusta un poco. 

  – ¿Y qué piensas hacer? 

Niega para luego agachar su cabeza –Creo que deberé terminar con lo nuestro. No es él mismo.

  – Sabes que me tienes a mí – aprieto su mano le doy mi apoyo. 

En el momento en todo termina y salimos del lugar. Nos despedimos y le deseo suerte.

Le aviso que dentro de unas horas nos veremos y me alejo. Machando hacia los cultivos.

Había más ritmo del habitual en el pueblo. Y no todas las personas que veía caminando por las calles o entrando a las tiendas no eran de acá, eran de Thorton. 

Ellos seguían estando acá.

Él siegue estando acá.

Negando me desasgo de ese pensamiento. No tenía por qué pensar en él.

Termino mi camino en el momento que veo a mamá, y me acerco a ella.

  – Hola –  la saludo y después observo los alrededores. 

  – No deberías estar acá, pero ya que lo haces iremos un momento con la fruta, ¿de acuerdo? 

Asiento y comenzamos a caminar por los largos senderos de tierra.

La noche se acercaba y me debía apurar. Tenía que volver a casa.

De camino regresamos con apuro mamá y yo. Sólo nos quedaba poco tiempo y debíamos apurarnos.

Aviso de mis planes de tomar una ducha y ponerme mi mejor ropa. Para luego irnos juntos a la casa de mi mejor amiga.


No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora