37«Extraño»

14.7K 817 3.1K
                                    

                  

Ni siquiera pude pegar el ojo en toda la noche. No, ni siquiera pude intentarlo, sentía que si cerraba los ojos corría riesgo, lo juraría...nunca estuve tan asustado. Lo peor, era ahora. No podía pensar, no podía pensar con claridad. Parpadeé mientras me mantenía mirando en el espejo, hacía más de cinco minutos que había optado por la misma posición, mi mano sobre mi corbata escolar a medio poner sobre mi cuello. Ese rostro perdido y las ojeras tremendamente marcadas.

Estaba aterrado.

Y por más estúpido que sonara, no sabía qué hacer, a quien correr o quien decirle. Si, tenía a mi madre, a mis amigos...a Harry. Incluso a la policía. Pero...tenía esta sensación en la garganta de que todo lo que estaba haciendo, alguien lo estaba viendo. Era un sentimiento tan horrible, tan...aterrador. Me sentía expuesto a todo. Incluso, para quitarme la ropa me había escondido detrás de mis cortinas. Había incluso, colocado almohadas para cubrir la ventana.

El no haber dormido me estaba dejando en un estado de frenesí. Sobre todo cuando solo estuve acostado en la cama pensando en alguien que pudiera estar haciendo esto. Cruzaban tantas personas...pero no me sentía seguro con nadie. No le devolví la llamada a Harry tampoco, y él...no llamó de nuevo. Todo...todo era tan jodidamente raro. Quise marcarle, quise hacer tantas cosas en la madrugada pero estaba congelado emocionalmente.

Ligeros golpes en mi puerta me exaltaron, haciéndome pegar un brinco.

— ¿Amor, ya estás listo? Nos vamos en unos cinco mí...

Parpadeé. Seguía igual, mis manos sobre mi corbata y la mirada aterrada. Mi mamá pareció notar todo mi maldito ambiente casi al instante solo por la forma tan abrupta en que dejó de hablar y se me quedó mirando, examinándome. Entonces, frunció el ceño preocupado mientras comenzaba a acercarse.

—Buenos...días.

—Lou, mi amor... ¿Te sientes bien? —ella se paró a mi lado, tomándome del mentón y examinándome—. Estás muy pálido y ojeroso, ¿te sientes mal?

Tragué saliva y negué, intentando forzar una sonrisa. Si, lo sabía, lucía terrible, me daba cuenta...Incluso me sentía. No quería preocuparla a pesar de todo, al menos no ahora. Iba a averiguar esto, no iba a hablar hasta que recibiera otro mensaje. No quería poner en riesgo nada, por dios...no entiendo lo que está pasando. Todavía podía obligarme a creer que esto era irreal. Mi mente no dejaba de lanzar nombres, incluso intentar recordar el pasado, algo...alguien.

— ¡No! ¡No, no! Para nada. Estoy...estoy bien. Muy bien, solo...me dormí un poco tarde, estudiando para...matemáticas.

— ¿Qué te tengo dicho, Louis? No sirve de nada que estudies en la madrugada, debes hacerlo en el día. No puedes rendir bien un examen en estas condiciones. Al menos, baja y come bien.

Volví a sonreír forzadamente, intentando lucir reconfortable para ella.

—No te preocupes, no es la primera vez, mamá. Estoy acostumbrado, es época de exámenes, ya lo sabes.

—Si lo sé, me gusta ver que te esfuerces pero no a costa de tu salud. Quiero que me prometas que no vas a volver a desvelarte.

Asentí. Realmente no quería discutir con ella, para tener más cosas en que pensar. No podía ni coordinarme bien. No necesitaba más.

—Si, te lo prometo, ¿puedes no preocuparte? No vuelve a pasar. Necesito terminar de vestirme, bajo en unos minutos.

Ella pareció creerme un poco más y asintió, acariciándome la mejilla y dándome una de esas sonrisas típicas de mamá. Justo cuando su mano se despegó de mí, me desvanecí dentro sin poder evitarlo. Mucho más cuando se fue y cerró la puerta. No me sentía bien, no había dormido, tenía esa sensación, anexada a la preocupación que estaba sintiendo. Casi podría vomitar.

El hombre de los tatuajes (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora