11 «Nosotros»

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Era miércoles. Miércoles de mierd...Seguramente. Abrí los ojos y di con el techo, no hacía falta que volteara hacía la ventana para saber que los rayos del sol estaban pegándome en toda la cara indiscretamente. Y era simplemente otro día que estaba deseando con todas mis ganas no despertar recordando lo que había pasado el domingo y sin esas malditas ganas de llorar, pero...al parecer, esto no iba a pasar en un rato; ¿Qué tan gracioso era que mientras yo estaba atorado en un nube de confusiones y lágrimas, él estuviera seguramente riéndose y tirándose a cientos de personas? Ya estaba bueno. No sabía como pero, no iba a pasar un segundo más, un maldito día más llorando por él, cuando él ríe sin mí. Si él es feliz, ¿por qué yo no?

Te voy a olvidar, maldito hijo de puta, vas a verlo, vas a saberlo, vas a sentirlo.

Volteé mi cabeza violentamente del lado del reloj. Eran las 6:23 am, ¿por qué me había levantado tan temprano? Escuché a la perfección mientras mi madre preparaba el desayuno abajo. Habían pasado ya 3 días y mi madre seguía igual de molesta conmigo como lo estaba el domingo. Recién recordaba que estaba castigado hasta que cumpliera cuarenta y cinco años. Nunca la vi tan enojada, lo peor es que llegó en mi peor estado de ánimo y fue un desastre. Creo que estaba tan perdido en mí mismo que no pude percatarme que estaba preocupando a todo mundo. Zayn la había llamado de vuelta diciéndole que había regresado y mi mamá había regresado al cabo de unos veinte minutos hecha una fiera, ninguno de los dos me encontró en mi mejor. Zayn estaba preocupado en realidad y ni siquiera pude explicarle que había pasado porque mi madre le pidió que se fuera...Luego de eso, todo lo que hizo fue gritarme lo irresponsable que fui; pienso que, lo que fue realmente malo es que todo el mundo se enteró de lo que había pasado porque Gael fue quien había llamado a Zayn diciéndole que me había ido "aturdido y perdido" de su casa y no podían encontrarme. En resumen, lo arruiné y todo por un hombre de tatuajes y ojos verdes que solo se burló de mí y me usó. Tenía dieciséis años, si...nuevamente iba a disculparme por ser tan estúpido.

Tal vez lo que más odiaba era que a pesar de los días que habían pasado no podía dejar de sentirme como el único culpable. Lo examiné, lo medité...Todo había sido mi culpa. ¿Por qué fui tan estúpido? No podía evitar sentirme avergonzado de mí mismo cuando recordaba todo lo que hice con él, lo que le dije. Fue mi maldita culpa. ¿Quién lo dejó entrar? Yo, ¿quién lo dejó llegar lejos? Yo. Él solo tomó lo que yo le ofrecí más fácil de lo que pensé que iba a ceder. Ni siquiera pensé que iba a ceder, honestamente. Las ganas de llorar me entraban cuando pensaba en la forma tan maldita en que él debía de estarse burlando de mí mientras me acariciaba y me prometía. La forma en que me perdí en sus ojos...Sus ojos verdes mentirosos.

Negué y me incorporé de la cama cuando pensé que iba a empezar a sentirme mal recordando. Me iba a tomar tiempo, necesitaba admitirlo...Pero, lo iba a olvidar porque, quizás él tenía razón cuando dijo: "los niños bonitos deberían estar con otros niños bonitos" solo que me había tomado la molestia de modificar su frase por "los niños bonitos deben estar leyendo un libro o preocupándose de aprobar las materias" y si, quizás iba a ser tan cobarde pero, iba a enfocarme en eso. No más "amor"; me refería, si se daba, lo tomaría, pero no iba a hacerlo el centro de mi universo. No iba a volver a tomar alguien como lo tomé a él, ni a perderme en los ojos de nadie como me perdí en los de él. Porque esta no era la historia típica, porque las cosas que hicimos, terminaron. (Si es que alguna vez empezaron). Incluso si vuelvo a verlo, fingiré que no lo conozco, fingiré con todas mis ganas que en serio me la estoy pasando bien sin él, que no me dolió que me usara, que ni siquiera me afectó que me dejara, que tampoco me había importado que me prometiera y me mintiera, que sus grandes manos ni siquiera se sentían ya en mi piel. Y si, probablemente solo mentiría pero, a veces de tanto fingir puede ser que llegues a creértela, esperaba que eso pasara conmigo.

El hombre de los tatuajes (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora