El hombre de los tatuajes (Larry Stylinson)

18«Mariposas enamoradas»

Creo que no sentía ni siquiera mis emociones, solo mi cabeza tambalear de un lado a otro en la espalda de Harry. No sabía si estaba caminando duro para hacerme golpear contra él, creo que en realidad estaba molesto; y creo que yo también. Bien, actué muy estúpido, volví a ponernos en peligro, lo hice golpear a uno de sus amigos y golpear a otros tipos que parecían conocerlo muy bien, provoqué una pelea en un bar por hacer esa estúpida apuesta y por el imbécil ese. Solo quería sacar a Harry de allá, si, seguía molesto por todo lo que dijo pero no quería verlo hacer eso, consumir eso. No tenía los mejores recuerdos de ello. Y si, probablemente era mi culpa, pero orillado por otros, así que no lo era todo. Era solo el hecho de que cada vez que intentaba hacer algo bien, me salía terrible.

Lo siguiente, no me lo esperaba, hasta que me vi lanzado con fuerza al suelo y gruñí, mirándole con enojo. Me sacó volando todos los pensamientos. Hice una mueca en el suelo mientras comenzaba a observar el lugar. Me percaté de que era una especie de estacionamiento.

- ¡Idiota! -Protesté y me sobé los brazos-.

Me intenté levantar pero lo vi agacharse hasta donde estaba tirado y de repente me agarró la cabeza y comenzó a revisar por todas partes para luego sacudirme esta. Comencé a darle manotazos para que me soltara.

- ¡Basta! ¡Basta! ¡¿Qué es lo que te pasa?!

- ¡¿En dónde lo tienes?!

- ¡¿Qué?!

- ¡Tu cerebro! ¡¿En dónde carajo lo tienes?! -y se levantó furioso-.

- ¿Dónde lo tengo? -Me comencé a levantar indignado, aun con el dolor en mi pierna- ¡Ya no lo sé! ¡Hasta hace un mes...casi dos! ¡Lo tenía en la cabeza! Pero, luego apareció el señor "No tengo corazón" y ahora no consigo escucharlo. ¿Y, sabes qué? Vete a la mierda, esto es tu culpa.

- ¡¿El qué?! ¡¿El que nacieras con la mitad del cerebro?! Estaba esperando que luego de haber arruinado todo, salieras corriendo, pero me di la vuelta y estabas en el suelo cubriéndote como un... qué sé yo, como una maldita tortuga esperando la señal de la salvación, ¡¿qué carajo te pasa?!

- ¡Entré en pánico, Harry! ¡Lo lamento! ¡No podía pensar claramente!

- ¡No! ¡Es qué tú nunca piensas ni claramente, niño estúpido!

Me reí y bufé negando con ironía sintiendo mis ojos llorosos de nuevo. Que maldita rabia, ¿por qué no podía ser fuerte a sus palabras? ¿Por qué cada maldita cosa mínima que decía me hacía llorar?

-Claro, ¿qué más podía esperar de un ogro? ¿Para qué voy a seguir esperando palabras bonitas de ti cuando estoy asustado? Todo lo que sabes hacer es gritar, herirme, lastimarme cuando solo quería...Ya, no importa. No eres un superhéroe. Y si estas tan molesto, te hubieras ahorrado todo esto si me hubieras dejado hacerte la cosa esa. ¿Para qué me detuviste? Si eso era lo que querías ¿No? Eso es todo lo que te importa, el sexo, el sexo, metérmela hasta hacerme llorar. ¿Para qué te tomas el trabajo de hacerme sentir que te importa algo por un momento?

-Escúchate, ¡escucha las estupideces que estas diciendo una vez en tu vida! ¡Esto no se trata de mí, Louis! ¡¿No entiendes que te pones en peligro?! ¿No te das cuenta cómo te dejas en frente de los demás? ¡No eres así, joder!

- ¡¿Y cómo soy entonces, Harry?! ¡¿Cómo?! ¿No soy un puto promiscuo? ¿No me gusta revolcarme con todos los seres humanos que tienen un trozo de pene entre las piernas? ¡¿No dijiste que ese era?! ¡¿Que te daba asco?!, ¡Entonces! ¡¿Por qué te preocupas?!

- ¡No lo sé! No sé qué estás haciendo...conmigo, Louis. No lo sé.

Le vi apretar los ojos con fuerza y darse la vuelta, casi parecía querer arrancarse los cabellos. Me quedé estático en el mismo lugar y me tapé la cara. Ya no podía más con esto, con lo que él estaba jugando. Sintiéndome especial y luego no, dejándolo ir y luego dejándolo entrar. Comencé a llorar.