Prólogo

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Hace 10 años en el pueblo de Haworth.

–Algún día tú serás como yo hijo. Serás un Alpha y desde ahora tus responsabilidades irán creciendo. Tienes que aprender todo sobre de mí, aunque aún falte mucho para que tomes semejante responsabilidad. Pero quiero ser un mejor padre y enseñarte para que un día seas lo que yo he soñado. Un día serás el orgullo de la manada. Estoy seguro.

El pequeño Duster asiente entusiasmadamente entendiendo cada palabra que acababa de decirle su padre. Él ahora dejaría los juegos a un lado y comenzaría con los entrenamientos.

Duster era un pequeño lobo, y desde este momento un aprendiz para un día ser un gran Alpha.

Una nueva etapa comenzaba en su vida. Una gran responsabilidad. 



Hace 10 años en el pueblo de Arunder.

-Mi pequeña ¿estas lista para aprender a utilizar el arco? – la pequeña Ether mira a su padre con una enorme sonrisa y un especial brillo en sus ojos.

La niña hoy tomaría sus primeras clases para aprender a hacer aquello que tanto anhelaba y las clases se las daría uno de los mejores arqueros de su pueblo, su padre.

-Eres muy valiente mi pequeña, estoy tan orgulloso de ti... 

La niña comienza a seguir las instrucciones que dictaba su padre, al principio fallaba bastante y eso la ponía nerviosa. Pero tenía un apoyo incondicional y eso la tranquilizaba.

-Relájate Ether, toma aire y vuelve a intentarlo. No te olvides que es nuestra primera clase.

La niña mira a su héroe y toma aire, vuelve a ponerse en su posición inicial y tira su flecha.

El padre miraba a su hija con un enorme orgullo porque un día sería igual a él. Sería excelente con el arte, excelente en el área de combate. Y tendría el mismo corazón que su madre, bondadoso.



No quiero ser tu lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora