6º El plan del fracaso

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  • Dedicado a Eva Camila Paramo
                                    

Creo que mi relación con Arturo ha terminado

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Creo que mi relación con Arturo ha terminado. No nos hemos hablado en días y ahora empiezo a caer en cuenta que mis amigos en realidad son más amigos de él. Me siento aparte en clases y nadie se sienta a mi lado, en los recreos Arturo se la pasa con ellos y como no quiero estar cerca de él debo rezagarme.

Me lo esperaba de Miguel, pero siempre supuse que Laura e Isabel eran más amigas mías, en especial Laura.

El lunes el profesor de arte volvió a pedirme mis trabajos y de nuevo no tuve nada para mostrarle. Intenté copiar algo de internet y fue una idea estúpida, no sirvo para copiar, mis trabajos no quedaron ni medianamente parecidos al original. Al final creo que voy a ceder y hacer lo que menos quería: pedirle ayuda a Matías. Tal vez pueda indicarme paso a paso cómo hacer algo presentable o pueda pagarle para que haga los trabajos por mí.

Desde el otro día que conversamos que no nos hemos visto mucho. Se perdió tres días. La verdad me preocupé, pero Henry me dijo que era común, que Matías solía perderse por días. Regresó el lunes en la noche, con ojeras y los ojos rojos. Supongo que eso es consecuencia de tomar mucho, no dormir nada y fumar hierbas variadas.

Faltó al primer día de universidad y Henry estuvo protestando en la noche. Matías lo evitaba y le respondía que el primer día no pasa nada por faltar y que sí va a asistir al resto de clases. Primero se lo decía en tono molesto, pero como Henry lo seguía regañando, la cosa terminó en gritos.

Matías ya casi no está en casa, solo lo veo en las noches y algunos días en el desayuno. Sé que tiene clases a las seis y media y se supone que se levanta a la cinco para ir.

Sin amigos, sin novio y sin Matías para al menos discutir un rato, lo único que hago es jugar Play Station y estudiar. Mi último año de colegio había empezado demasiado bien y estoy temiendo que acabará como hubiera acabado en mi otra escuela: conmigo sola en el atrio el día de la graduación, sin amigos de los cuales despedirme y con la gente preguntándose si yo había estado en clases con ellos todo este tiempo.

Henry llega de madrugada la mayoría de días, no sé ni a qué hora, así que me siento muy sola. Rosa regresa mañana y al menos la tendré deambulando por la casa.

Creo que hoy me acostaré temprano, me arden los ojos y mi examen es mañana.

Escucho la puerta de la habitación de al lado. Matías ya regresó. Sus clases terminan temprano, pero vuelve tarde, debe tener muchos amigos con los cuales salir.

Inhalo profundamente y agarro valor. Tomo mi cuaderno de dibujo y voy a tocar la puerta de su cuarto.

Matías me abre, está a medio desvestirse. Ya estoy a acostumbrada a verlo así, al principio se ponía el pantalón de su pijama, ahora anda en boxers, y creo que ya puedo dibujar en mi mente y con los ojos cerrados todos los tatuajes que tiene: un lobo tribal que envuelve su pierna derecha desde el tobillo hasta la rodilla, uno más en el brazo izquierdo, parece el mismo lobo que observa la silueta de otro y el tercero es el más grande que está en su espalda, es el lobo aullándole a la luna. Los tres son del mismo estilo y solo la luna de su espalda es a colores.

Por tu amor al ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora