Capítulo 50

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NARRA _____

Manuel- Llegamos. Entra. -- espetó, mirándome fijamente.

___- Pero...

Miré hacia todas partes confundida, esperando a que él siguiera hablando, pero extrañamente no lo hizo, sólo me miró irritado, esperando a que hiciera lo que me pidió aunque él sabía perfectamente que yo no comprendía nada.

Nos encontrábamos en medio de una oscura y vacía habitación al final de uno de los corredores del segundo piso de la mansión. Me daba miedo y me desesperaba el pensar que me pedía que entrara a una habitación que no existía.

__- Pero aquí no hay... nada.

Miré ansiosa todo lo que había alrededor, pero lo único que veía eran paredes de un color rojo muy oscuro. No había ni muebles ni decoraciones, ni siquiera una fotografía. No entendía nada y por su expresión, se notaba que Manuel estaba enojado, eso me aterraba más.

Manuel- ¿Eres tonta? Obviamente no los tendría en una habitación rápida de encontrar. No me arriesgaría a que lo arruines tan pronto.

Comenzó a caminar directamente hacia mí. Su expresión me paralizaba y sólo podía pensar en la expresión de ira y enojo que él tenía hace un momento, cuando le grité. Por un segundo, cuando estaba lo suficientemente cerca de mí, creí que me golpearía pero sólo pasó a mi lado sin mirarme.

Aún con la luz apagada, comenzó a tocar la pared del lugar justo como antes yo lo había hecho frente a Adrián. De la nada se detuvo en silencio y estiró una mano hacia un extremo de la pared.

Manuel- ¿Lista ____? Sólo te advierto que esto será más divertido para mí que para ti.

Me giré para mirarlo, confundida, pero lo que vi me sacó totalmente de mis pensamientos que estaban divagando por mi mente.

Manuel metió la mano en una pequeña ranura en la pared que no había visto antes, era apenas visible y con la oscuridad no se notaba nada. Con dos de sus dedos dentro de la ranura, ágilmente jaló hacia él y una puerta oculta se abrió frente a mí. Ni siquiera una perilla, un botón o una llave... ¡Sólo una pequeña ranura escondida me separaba de las personas!

Jamás lo hubiera adivinado antes.

Una extraña y realmente oscura entrada se abrió frente a nosotros y el miedo me congeló al ver a Manuel entrado por ella sin dudarlo ni por un segundo. Desaparecía de mi vista conforme entraba por ese lugar y sólo sus pasos se escuchaban de fondo.

Manuel- ¡Muévete! ¡No tenemos mucho tiempo y ya quiero dormir!

Al instante en que lo escuché gritar mi cuerpo reaccionó y corrí hacia él sin dudarlo. Caminamos en línea recta en silencio, pero el suspenso y la confusión podía sentirse. Justo antes de llegar, pude escuchar claramente un gruñido de su parte. Lo miré para intentar preguntarle qué había ocurrido, pero él me interrumpió.

Manuel- Es aquí -- susurró sonriendo.

Lo seguí hasta llegar a un extraño y reducido espacio vacío. Las cuatro paredes estaban tan cerca que las sentía como inclinadas hacia mí. Miré de reojo a Manuel cuando se dirigía hacia una de ellas y presionaba el interruptor de la luz.

Manuel- ¿Confundida ____? Pues créeme que esa era justamente mi intención. Y no sabes cuánto tiempo esperé este momento. -- dijo divertido al momento en que miré a las dos personas en el suelo.

Las lágrimas no esperaron en salir al segundo en que los vi. Quise responder, gritar, gruñir, preguntar o por lo menos reaccionar de alguna manera, pero nada pasaba por mi mente.

Mi cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente y mis piernas dejaron de responder. Caí de rodillas al suelo frente a ellos mientras un sollozo de angustia y dolor salía de mi garganta.

Manuel observaba todo con atención y por su expresión parecía que lo estaba disfrutando de verdad. La rabia creció en mí y mientras mi labio temblaba sin control millones de preguntas se formulaban en mi cabeza.

Esto... esto no puede ser.

__- ¿Cómo... -- susurré pero mi voz se quebró en ese instante.

No podía reaccionar y seguía sin decidirme entre sentirme feliz o triste.

Estiré una de mis manos hacia la persona más cercana a mí, la mujer. La distancia entre ella y yo eran apenas unos cuantos centímetros, por el reducido espacio del cuarto, pero yo fácilmente los podía sentir como kilómetros.

Manuel- ¿Y bien? ¿No vas a decir nada? ¡Vamos, sé que tienes preguntas! -- claramente, aunque parecía que quisiera disimularlo, lo estaba disfrutando. Podía captar la risa contenida en su voz.

Una fuerte presión se colocó en mi pecho cuando sentía mi cabeza dar vueltas. Quería vomitar, reír y llorar al mismo tiempo, aunque eso último ya lo estaba haciendo y desgraciadamente no podía dejar de hacerlo.

¡Ese maldito! ¿¡Cómo es que se puede ser tan cruel!?

___- no... No puede ser. Esto... esto es... imposible -- mi voz salía entrecortada mientras hablaba entre sollozos. En realidad no sabía si aún yo estaba respirando o no.

Manuel- ¿Quieres despertarlos? Supongo que tendrán mucho de que hablar. ¿Sabes qué? Tengo una idea. ¿Por qué no duermes hoy aquí? Supongo que será bueno para ti, ya sabes, eso de recuperar el tiempo perdido... -- su risa lo interrumpió de repente.

No entendía qué era tan gracioso para él, yo sólo podía sentir cómo me desmoronaba por dentro y a la rabia e ira crecer hacia él. Intenté gritarle algo, pero solamente podía soltar suspiros y sollozos desgarradores.

Manuel- Está bien, esto es divertido, pero tengo mucho sueño. Te veré mañana.

Al terminar de hablar no esperó a que contestara, ambos sabíamos que no podía aunque quisiera y en este momento no quería pensar en eso. Salió por la puerta sin decir nada, sólo riendo y sonriendo por el inmenso orgullo que sentía de sí mismo. Si antes no lo odiaba, ahora si lo hacía, inmensa e infinitamente mucho.

Limpié unas cuantas lágrimas de mi rostro con el torso de mi mano y como pude me arrastré hacia ellos. Seguían con los ojos cerrados y por un momento me pregunté si realmente estarían dormidos o Manuel había colaborado en esto con alguna sustancia.

¿Cuánto tiempo habrán estado así? ¿Cómo es posible que yo no haya podido hacer nada para ayudarlos? ¿Cómo pude ser tan egoísta? Debí haberlo sabido, debí buscarlos...

Mientras me martirizaba con estas y otras dolorosas preguntas, la mujer comenzó a moverse lentamente hacia mí mientras se despertaba de a poco. Una punzada de nervios, emoción, miedo y felicidad me invadió cuando nuestras miradas se encontraron.

Esto era un sueño, debía de serlo. No podía ser real... ¿O sí?

Por primera vez en todo el día, deseaba con todas mis fuerzas que nada de esto lo fuera.

Lágrimas más veloces y recurrentes salieron de mis ojos cuando vi su rostro confundido e impactado. Con dificultad, le hablé. Fue lo único que logré mencionar en ese momento mientras la sonrisa inundaba e iluminaba mi rostro.

___- Mamá...



Siempre a tu lado {Abraham Mateo y ____} [MPE #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora