Ser su novia me ha ganado muchas enemigas anónimas pero la única que a sido capaz de mostrar su desagrado abiertamente a sido Verónica, una chica de la universidad quien es compañera de Chris y que al parecer está perdidamente enamorada de él, es atractiva pero no lo suficiente como para atraer a Chris.
En varias ocasiones, en las que había ido a verlo a la Universidad, Verónica me lanzaba miradas asesinas evidenciando el desagrado que le provocaba mi relación con Chris así que no quiero imaginar lo que sucederá ahora que estemos en el mismo campus, viéndonos casi todos los días.
Antes de bajar tomo una de mis fragancias favoritas, me rocío el escote, el cuello y por último las muñecas, estoy convencida que tengo que dar la mejor impresión en mi primer día de clases, sobre todo para que Chris se enamore aún más de mí.
Con sumo cuidado salgo de mi habitación, camino por el largo pasillo hasta llegar a las escaleras, bajo y como ya es costumbre encuentro a mi madre en el comedor, alta y delgada, rodeada por ese aire de sofisticación que siempre la acompaña alardeando superioridad. Se encuentra tomando el desayuno que consta más bien de fruta y zumo de naranja, me parece extremista lo que que hace mi madre para estar en "buena forma" que es la expresión que ella usa cuando la regaña mi padre por comer tan poco.
Suspiro resignándome a tener que aguantar los sermones de mi madre, me acerco hasta ella, la abrazo y la saludo dándole un beso en la mejilla.
- ¡Hola mamá! - saludo intentando sonar efusiva, tal como hace Ally cuando se sentía fatal, fingir estar bien era algo que se me está haciendo manía.
- ¡Hola Camila! - me devuelve el beso y me mira con reproche - ¿Me vas a acompañar a desayunar? - expresa mirando la fruta sobre la mesa.
- Lo siento mamá pero voy un poco retrasada así que será mejor que me marche, recuerda que es mi primer día de clases - me giro y me encamino a la salida con rapidez para no escuchar lo que Sinuhe Cabello, mi madre, usará en mi contra.
Saco las llaves del bolso y me dirijo hacia mi BMW rojo chillante, rápidamente abro la puerta, me pongo al volante, enciendo el auto y lo pongo en marcha.
Mientras manejo llegan a mi mente muchas ideas que mayormente me parecen extrañas, pensar lo falsa que parece mi madre me causa jaqueca y lo distante que se muestra mi padre es agotador, existen instantes en los que me muero de ganas por salir corriendo y poder escapar de esa vida tan vacía que llevo a diario y que me está llevando al limite.
Ally es a la única a la que me he atrevido a contarle todo lo que realmente siento, lo que odio de mi familia y que hay momentos en los que me siento fuera de lugar, como si no perteneciera a esa familia, hay días en los que me siento una extraña en mi propia familia.
El tener todo lo que quería no llena el gran vació que existe en mi corazón, necesito amor... un amor que mis padres se niegan a darme, por lo que lo compensa el tener a Chris a mi lado, mi felicidad la baso en nuestra relación, para muchos parece enfermizo pero para mí lo es todo.
Me sacudo esos pensamientos y recuerdo que había quedado de llamar a Ally antes de llegar a la escuela así que saco el móvil y marco sul número, quien al sonar por segunda vez responde.
- ¡Hola Barbie! ¿Dónde estás? - su voz melosa es tan dulce que siempre me alegra el día, mi amiga es casi como la hermana que nunca tuve o mejor aún, es la hermana que se me ha permitido elegir.
- ¡Hola nena! Estoy camino a la Uni, nos vemos en quince minutos, ¿Te parece? -pregunto rápidamente a Ally quien responde afirmativamente.
