Capítulo 31: "Siempre juntos."

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Capítulo 31: "Siempre juntos."

|Narra _____|

La suave brisa generada por el galope levemente rápido del negro corsé, desordenó algunas hebras cobrizas de mi cabello, moviéndolas al son de la música que proporcionaban los propios pájaros con su dulce canto, y el rítmico golpeteo de las pezuñas de Forcé con la tierra y piedras.

Me abracé con un poco más de fuerza al cuerpo de mi esposo, quien sujeta con firmeza y precisión las correas del equino, guiándolo por el camino de regreso a la Legión.

Los amarillos y algo anaranjados rayos del astro rey otorgaron calor y vida a cada rincón del angosto pasaje, refractándose algunos en mi ropa y cabello.

Haciendo parecer al sendero como un camino hacia el paraíso. Celestial y mágico.

La resplandeciente luz chocó de lleno con la imponente figura del varón, produciendo que su azabache y suave cabello brillara como una verdadera estrella. Me miró de soslayo con su ceño fruncido.

Y los rayos del sol juguetearon suaves con aquellos pozos de plata fundido, entrelazándose y enredándose en esa espesa tormenta grisácea, mezclando la calidez con la frialdad de sus esferas cristalinas y plateadas como un trozo de acero.

Como la joya más hermosa existente en la tierra misma.

El chasquido de su lengua me hizo sonreír, mientras acomodaba mi cabeza en su musculosa y fornida espalda.

Justo en el lugar donde podía sentir sus inhalaciones, tan tranquilas y serenas.

Sincronizadas con el tamborileo de mi interior.

Ya pasaron los cinco días que nos corresponden con Hikari. Lamentablemente, siempre el tiempo con nuestra hija se nos pasa extremadamente rápido.

Y ella siempre, aun así, se despide con una bella sonrisa en su rostro, agitando su manita en el aire, prometiendo que cuando volvamos ella estará incluso unos centímetros más grande.

Sonreí inconsciente al recordar la inocencia escondida en los ojos de Hikari.

Esa que se corrompe, al salir y enfrentarte a esta humanidad.

A este universo, tan cruel y despiadado.

Pero que en el fondo, dentro de toda esa pudrición también se esconde una hermosura inimaginable.

Por lo que calculamos con Levi, hoy deberían llegar los nuevos cadetes, si es que ya no lo hicieron.

Nos levantamos muy temprano para volver rápido al cuartel. Aproximadamente a las siete de la mañana salimos de ahí, y por lo que veo, debido a la posición del sol, deben ser entre las seis y siete de la tarde.

-Ya no falta mucho niña, pero ya paso la jodida hora de almuerzo.-Musito con su voz algo ronca.

-Traje algunas galletas que logré esconder de Hikari. Están en mi bolso.-Murmuré mirándole.

Él me vio de reojo, asintiendo.

Levi golpeó seguidamente las correas de Forcé, incitándole a que comenzara a cabalgar con mayor velocidad.

Las verdes hojas se fueron separando de las ramas de los árboles grácilmente, danzando con el viento y jugueteando al mismo tiempo con los bellísimos matices del firmamento.

Y en la lejanía, a unos metros más allá pude distinguir la punta del piso más alto de la legión. Sonreí ligeramente, al ver como la enorme esfera amarilla se encargaba de mostrar al edificio como un anhelante sueño.

"Cambio" |Levi y Tú| |LevixReader| |Shingeki no Kyojin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora