LEVANTAR ESPERANZAS

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Capítulo 32: Levantar esperanzas 

Cuatro largas semanas habían pasado desde que los de la tercera generación habían llegado al pasado, donde sus padres eran jóvenes inexpertos como ellos. Cada tanto se preguntaban si en el futuro los estarían buscando, si los extrañarían. Algunos ya casi no tenían fe. Pero Albus Dumbledore estaba muy cerca de terminar de reparar el giratiempo de Rose Weasley, en uno o dos meses más los chicos volverían a su hogar. 

En el comedor estaban todos cenando después de un largo día de clases, unos se encontraban más cansados que otros. 

—Eh Lily—grito Frank Longbottom—. ¿Me alcanzas la sal?, este pollo esta más desabrido que el de Victorie. 

Los merodeadores rieron encantados, Victorie era una excelente cocinera por lo tanto sus exquisitos platillos eran la fuente favorita de bromas de los chicos. Una vez habían hechizado el pollo de tal manera que cada vez que alguien lo intentara pinchar este lanzaría un graznido. 

Lily con un movimiento de varita levito la sal hacía el morocho que lo atrapo agradecido.

—Lily—le regaño Rose, sacandole la varita—, ¿qué diría tu madre si te viera?

—Pues mi mamá esta acá y no me ha dicho nada— señalo a Ginny con la cabeza que charlaba distraída con una muchacha morocha. 

 —Lily Luna Potter— Lily miro asustada a su prima pues sabia que cuando los llamaba por el nombre completo era para aprenderlos—. Siéntate derecha, compórtate como una buena bruja educada y recién ahí podrás comer tu postre. 

A Lily no le gusto que la trataran como su tuviera cinco años, pero esa noche servían su postre favorito con toneladas de chocolate y no iba a poner a prueba la paciencia de su prima. La miro enojada, mientras los merodeadores se volvían a reír pero esta vez de ella, mas hizo lo que le habían ordenado. 

Lavander Brown y Parvatil Patil llegaron en ese momento, saltaban de alegría y cuchicheaban entre ellas demasiado fuerte, Lorcan le estaba sirviendo a Lily el postre mientras Rose lo retaba diciéndole que ella era lo suficientemente mayor para esas cosas.

—Lorcan, deja de servirle eso, no es una nena.

—Si la acabas de retar como si fuera una—le contesto—. Voy a darle el postre como si fuera una.

—Eres un amor —dijo Lavander, sentándose a su lado y asomándose para ver a Lily y Rose—.  ¡Dumblodore organizará una fiesta en su honor—volvió a chillar. 

—¡Pero llegamos hace un mes!—dijo Rose. 

—¿Cuando será?—pregunto Lily mientras Lorcan le ponía una gran cuchara al frente de la cara y Rose los miraba todavía más mal. 

—Este sábado—contesto Parvatil. 

—Tendremos una fiesta, Hermione—dijo Ginny sin poder contener la emoción. 

Dumblodore miro a través de sus anteojos como el salón se iluminaba con una nueva emoción. Le haria bien a los estudiantes para levantar el animo, el espíritu y para recobrar las esperanzas. Minerva, a su lado, miraba orgullosa disfrutando la paz del momento.  

Conociendo a Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora