CREO QUE NECESITAMOS UN TIEMPO

4.4K 251 17
                                    

Capítulo 19: Creo que necesitamos un tiempo 


Un joven encapuchado se levanta para dirigirse al escenario, Dumbledore levanta una mano y lo para con una señal. Se levanta el y tose con estruendo, el gran salón se lo queda contemplando en silencio.

—SIENTO MUCHO LAS INTERRUPCIONES PERO EN MOMENTO DE CENAR, COMO SE DARÁN CUENTA EL TIEMPO SE NOS HA PASADO VOLANDO CUÁL AVE FÉNIX.

En las mesas aparecieron más mangares de los que se puede imaginar, pollo a la naranja, zumo de calabaza dulce, garbanzos mágicos, ensaladas, los estudiantes no resistieron ni un minuto antes de lanzarse en lleno a la comida. 

GRYFFINDOR

—Colagusano, ¿Dominique? ¿Enserio? —se quejó James con su amigo.

—Que te puedo decir, amigo —Frank se encogió de hombros—. Dominique es fabulosa.

—¿Porque tanto secreto entonces? —Preguntó Fred.

—Es complicado, ella sabe lo que siento pero creo que tiene miedo. Soy más chico, mejor amigo de sus primos y ella nunca ha estado en una relación sin que su madre la controlara.

—Pero si no lo intentas...

—Nunca verás que hubiera pasado—completo Lorcan la frase de Lysander.

Frank se encogió de hombros.

—Vamos Frank, el asustado pareces tú y no es que apruebe cien por ciento la relación, pero creo que eres buen tipo para Nique.

—No estoy asustado —Dijo Frank matando a James con la mirada.—. Me ha rechazado tantas veces que es obvio que no quiere nada conmigo. No soy un perro, no voy a perseguirla toda mi vida.

—Creo que te estás infravalorando, Frank.

El morocho rodó los ojos exasperado.

—No me estoy infravalorando, les probaré ahora que no es así.

—¡Ve por ella tigre!—Grito Lorcan.

Frank camino decidido para la mesa de Slytherin, donde Nique se encontraba sentada. Lirya ya lo había visto y echaba miradas significantes a la rubia para que se diera cuenta.

—Dominique —dijo Lirya con un tono irritado y señalando con la cabeza a algo detrás de ella—. Frank se acerca.

Dominique se tensó, apretó las manos contra su piel y su corazón empezó a latir acelerado, maldijo todo eso, todo lo que Frank lograba hacer en ella.

—Ignóralo—dijo aparentando los dientas.

—Demasiado tarde Dominique, ya no puedes ignorarme.

La agarró de la muñeca y la saco del gran salón a paso apresurado. El corazón de Frank también está acelerado y sus manos estaban ligeramente sudadas.

La rubia se dejó arrastrar sin problema, no le quedaba de otra porque aunque ella tenía más edad que Frank él le doblaba en fuerza. Frank la condujo hasta un rincón apartado, donde solo había un cuadro de un mago cazando a un rinoceronte mágico y un gran ventanal, a la derecha de ellos una ínfima puerta que ignoraron.

—Dominique.

Ella levantó la vista lentamente arriba.

—Creo que necesitamos un tiempo— la rubia encarnó una ceja—. Un tiempo para nosotros, para demostrar que funcionamos, para demostrarte lo que siento.

Conociendo a Nuestros PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora