Capítulo VII

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POV YOO JIN.

Me sorprendió mucho que se disculpara, después de cómo me había tratado la noche anterior pensé que de ese momento en adelante nuestra relación sería así pero al parecer estaba equivocada.

Llegamos a la oficina de su abogado, un hombre guapo de la edad de SiWon, me pareció una persona amable.

Me entregaron el contrato, en resumen decía que tenía que estar casada con SiWon por un plazo mínimo de seis meses, él decidiría cuando se terminaba el matrimonio y si yo lo rompía sería demandada.

La posibilidad de tener hijos estaba descartada y mi salario mensual era más de lo que ganaba en tres meses juntando el salario de los dos trabajos, no había nada de lo que pudiera quejarme. Además con ese dinero HyeWon y yo podríamos comenzar de nuevo, quizá en otra ciudad.

Salimos de la oficina, en el trayecto de vuelta a casa SiWon me informó que nos casaríamos en un mes, la fecha no me importaba mi trabajo seguiría siendo el mismo.

Lo único en lo que discutí fue con la cita de la diseñadora, tenía que ir al hospital y a trabajar. Él se molestó ante mi negativa pero cuando le expliqué comprendió. Llegamos a casa, calenté mi comida, cené y me fui a dormir.

Me levanté muy temprano para ir al hospital, me sentía tranquila y descansada, me arreglé un poco y fui a ver a mi sobrina.

-Ella está evolucionando positivamente -dijo el médico-, quizá podamos darla de alta en tres semanas.

Escuchar eso me emocionó, si eso llegara a realizarse HyeWon asistiría a mi boda, sería mi única invitada. Mis padres no tuvieron hermanos y los abuelos fallecieron cuando mi hermana y yo éramos pequeñas.

Cuando salí del hospital noté que las enfermeras de la entrada me miraron y cuchichearon algo entre ellas, no le tomé importancia y me fui al trabajo.

A mitad de mi turno me llegó la respuesta al por qué las enfermeras murmuraban en la mañana.

-¿Eres tú? -preguntó una de las clientas mostrándome un periódico.

"El príncipe Choi ha encontrado a su princesa... O mejor dicho a su plebeya".

Eso rezaba el titular de aquel tabloide barato.

-No soy yo -dije de inmediato.

-Te pareces mucho -siguió la señora.

-¿Cree que si fuera esa chica estaría aquí? -respondí sonriendo.

La señora dejó en paz el tema, gracias al cielo. Cuando terminó mi turno fui al puesto de periódicos y compré un ejemplar.

Había fotos mías saliendo de casa y trabajando en el puesto, hablaban de mi orfandad y del hecho que estaba sola. También mencionaban que tenía una hija, ¿cómo eran capaces de conseguir esa información en tan poco tiempo?

Extrañamente no hablaron de mi trabajo en aquel bar horrible, eso fue lo que me sorprendió. Pensé que en cuanto lo descubrieran lo explotarían hasta el final.

Miré mi reloj, salí corriendo rumbo a la oficina de la modista, una hermosa chica me recibió y me hizo pasar a una sala elegantemente decorada. Minutos después apareció otra mujer que no parecía muy feliz de verme ahí.

-El señor Choi nos dio indicaciones acerca de cómo será el vestido que usará así que solo le tomaremos medidas y podrá irse -dijo la mujer mirándome de arriba a abajo.

Hizo lo que dijo, no había mucho que pudiera decir acerca del vestido de todos modos.

-Estaremos en contacto con usted para que venga a probarse el vestido cuando esté listo -dijo la sonriente chica de la entrada.

Money Can't BuyWhere stories live. Discover now