Capítulo IV

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POV SIWON.

Debo admitir que me sorprendió que me rechazara, había algo extraño en esa chica. Yo pensé que cualquiera de ellas aceptaría de inmediato mi propuesta, tenían la oportunidad de salir de aquel lugar.

Hirió mi orgullo que una chica como ella me rechazara, entonces decidí que ella tenía que ser mi esposa a como diera lugar, todas las personas tienen un precio y estaba seguro de que podría llegar al suyo.

Me serví un vaso de la bebida que había pedido y salí del cubículo privado.

-¿Todo bien, señor? -preguntó el gerente.

-Sí, no se preocupe -me iba a ir pero recordé algo-. Solo una cosa, ¿cómo se llama la señorita con la que hablé?

-Ha Yoo Jin,

-Perfecto, gracias por la información.

Me fui a casa, pensé en investigarla pero decidí no hacerlo, sabía que en cuanto mi padre supiera quién se convertiría en mi esposa él se encargaría de investigarla.

Al día siguiente estuve trabajando en la agencia durante unas horas, extrañaría estar con los chicos pero los ciclos terminan y el de Super Junior ya había llegado a su final.

Saliendo de la agencia fui a buscar a Yoo Jin, llegué a su casa. El lugar era más pequeño de lo que recordaba, toqué la puerta y ella apareció. Estaba vestida con un sencillo pantalón de mezclilla y una playera, lo cierto es que me imaginé que alguien como ella siempre estaría vestida seductoramente. Se veía muy sorprendida de verme ahí, me dijo que la respuesta a mi propuesta seguía siendo negativa. Pensé que se negaba por la cuestión del sexo, me sorprendió ver que se sonrojaba.

Cuando me dijo la verdadera razón de su reticencia me quedé sin palabras.

-Habiendo aclarado la situación -dijo caminando hacia la puerta-, será mejor que se vaya.

El sonido de la puerta al abrirse me hizo reaccionar.

-Espera un momento.

-Señor Choi, no tengo tiempo para esto...

-No me importa que tengas una hija, mi propuesta sigue en pie.

Una madre soltera era aún mejor que una bailarina de un bar.

-¿Está loco? -preguntó sorprendida.

-No -sonreí.

-Miré, mi bebé es lo más importante para mí y no planeó alejarme de ella.

-Esa no es mi intención, mientras vivamos juntos podrá estar contigo. Lo que te ofrezco es una gran oportunidad.

-No lo sé, realmente no puedo entender por qué un hombre como usted tiene la necesidad de pagarle a alguien para que se case con usted.

-Digamos que por lo que estoy pagando es por mi libertad.

Ella se quedó en silencio, meditando mis palabras.

-¿Realmente está seguro? -preguntó.

-Completamente, no tengo ninguna duda.

-Entonces acepto su propuesta.

-Bien hecho -sonreí, había conseguido mi propósito-. Mañana nos reuniremos con mi abogado para comenzar los trámites del contrato, debes renunciar a tu empleo hoy. Irás a una fiesta conmigo.

-¿Fiesta? -preguntó sorprendida.

-Sí, mi padre dará una fiesta hoy, será el momento perfecto para presentarte.

-Pero yo no puedo dejar mi trabajo, necesito el dinero -respondió.

-¿De cuánto estamos hablando? -pregunté algo impaciente.

Money Can't BuyDär berättelser lever. Upptäck nu