Curiosidad

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Dos semanas sin actualizar, y encima actualización un día domingo. ¿Me volví loca? ¡No, sólo muy ocupada! Una disculpa por mi retraso de dos semanas. No se lo merecen, todos son muy leales y me avergüenzo de no ser igual, pero se los recompensaré. Cómo no me gusta que se enamoren de la noche a la mañana (como en mis anteriores fanfics), quiero hacer micro cuentos acerca de estos dos querubines. Estos micro cuentos serán subidos DIARIO O CADA DOS DÍAS, y se narrará un poco sobre la vida diaria de nuestra amada ship y como su relación evoluciona. ¿Grandioso, no? ¡Disfruten el capítulo!

♥●♥●♥●

-Levi... ¿enserio te sientes bien?- preguntò Hanji, con un tono entre la preocupaciòn y la curiosidad.

-¿Què tiene de malo querer comprar ropa?- contestò Levi irritado

-No, lo raro es que venga de ti. Es verdad que la ropa ahora te queda un poco justa, pero... no has salido en mucho tiempo. ¿Estaràs bien?- Levi le habìa hablado a Hanji por teléfono para que fuera a verle. La mujer no se imaginò que el niño querìa verla para que lo llevara de compras. Levi era un poco tímido y callado, pero el hecho de que la gente alrededor de èl empezara a morir lo habìa vuelto un ser totalmente introvertido. Hanji le habìa intentado sacar varias veces al parque o a dar la vuelta, como a cualquier niño de su edad. Sin embargo, el pequeño pelinegro se negaba. Que Levi tomara la iniciativa representaba un verdadero milagro para Hanji.

-Estarè bien- despuès de decir eso, Levi se puso su abrigo que ya le quedaba un poco corto de las mangas. Hanji suspirò y le diò la razòn al niño: necesitaba ropa.

Ambos salieron con discresiòn de la casa y se subieron al automóvil de la mujer, rumbo al centro comercial. La castaña no dejaba de reírse de la nada, recargando su peso en el volante del auto solo para reirse aun mas fuerte. Aquella actitud molestaba al niño.

-¿Què es tan gracioso?- preguntò frustrado Levi.

-Pensè que este dìa jamàs llegarìa. El dìa en que volverìas a salir a la luz del sol- Hanji dejò de reir. Se sentìa satisfecha al ver que los esfuerzos de darle una vida màs normal a Levi rendìan frutos -Creo que te pusiste màs blanco de lo que ya estabas- la castaña llevò una de sus manos a la mejilla del niño y la acariciò con ternura. Levi era el hijo que nunca pudo tener.

Llegaron al centro comercial y Hanji le invitò un helado al niño para iniciar con el recorrido por las tiendas.

-Oh, Hanji- una voz grave tomò por sorpresa a la castaña y a al pelinegro. Se dieron la vuelta para encontrarse con un hombre alto, parecìa de la edad de Hanji y tenìa unos graciosos bigotes coronando su boca. La mujer sonriò de inmediato, arrojándose a los brazos de aquel hombre.

-¡Mike!- exclamò la mujer.

-¡Cuanto tiempo sin vernos!- dijo Mike correspondiendo el abrazo para despuès ver a Levi y romperlo- Dime, ¿ese de ahì es tu hijo?-

-Claro que no. Nunca me casè- comentò Hanji con decepciòn.

Levi solo se quedaba ahì sin poner atenciòn a la plática de ambos adultos. Desde que tenìa memoria, odiaba que la gente iniciara una conversaciòn y lo dejaran a un lado, cosa que le sucedìa mucho con su familia, y despuès de dos años, con Hanji. Se dedicò a mirar los aparadores, deteniendo su vista en un conjunto parecido al que la amiga de Eren usaba. Y como si fuera arte de magia, Eren y sus amigos aparecieron ahì de la nada, como si los hubiera invocado por el simple recuerdo. El niño frunció el ceño.

-¿Porque pones esa cara, Levi?- preguntó Hanji una vez que se despidió de su viejo amigo. La castaña dirigió su mirada al punto que el niño miraba -Oh, ¿ese no es Eren?- la mujer recibió sólo un molesto sonido por parte de Levi. -¿Estás molesto con él?- preguntó de nuevo, esperando que el niño dijera algo esta vez. Levi sólo se giró y sin pensarlo, dijo lo que pensaba.

-¿Crees que Eren y yo nos llevaríamos mejor si yo usara algo así?- señaló el escaparate

-Bueno, los chicos no suelen eso- Hanji se rascó la cabeza, ¿será por eso que el chico le pidió ir de compras? -¿Porque preguntas?-

Levi de repente se arrepintió de decir eso. Ahora tendría que contarle todo a Hanji, o no lo dejaría de hostigar

-La otra vez Eren tuvo la brillante idea de llevar a una amiga a mi casa. Ellos dos se llevaban tan bien, que me sentí extraño. También quiero llevarme así con Eren-

-¿Ella iba vestida así?- preguntó Hanji recibiendo una afirmación por parte del niño. Sonrió suavemente -Tengo que hablar de algo importante contigo, pero eso será de regreso a casa. Mientras sólo diré que... no necesitas cumplir ciertas características para agradarle a alguien, sólo ser como eres- la mujer sonrió alegremente. "¿En qué estaba pensando?" se reprendió mentalmente Levi.

Después de eso, fueron de compras. Estaban descansando en una banca dentro del centro comercial, pues habían caminado mucho y cargar con tantas bolsas no era sencillo. La castaña dirigió su mano al hermoso cabello ébano del niño.

-Necesitas un nuevo corte- dijo Hanji

-No es cierto-

-Claro que si, ¡pareces un vago!- casi a la fuerza, la castaña arrastró a Levi a una estética donde le hicieron un corte estilo militar con la nuca rapada.

Hanji y todo el personal de la estética no dejaban de elogiar a Levi.

-Levi, ¿recuerdas que dije que había algo importante de que hablar?- preguntó Hanji ya dentro del auto y rumbo al vecindario. El niño sólo asintió -Bueno... pues... lo que pasaba es que cuando todos llegamos a cierta edad...- dijo un poco penosa Hanji, luego se soltó y no dejaba de hablar sobre 'eso'. Levi se sentía avergonzado como nunca en la vida, pero no pudo negar que no sintió curiosidad.

Una plática de sexualidad después, llegaron al barrio. Vieron a Eren cerrar las cortinas de su casa, así que notaron que ya había regresado del centro comercial, al igual que ellos. Una vez que dejaron las compras en la casa de Levi, ambos fueron a visitar al alegre joven alemán.

-¡Ereeeeen!- saludó eufórica Hanji -Te vimos en el centro comercial-

-Oh, así que si eran ustedes, los vi comprando un helado- dijo Eren dirigiéndose a Hanji, pero luego volteó a ver a Levi -¡Tienes un nuevo corte de cabello! Se te ve bien, así puedo ver mejor tus ojos gris oliva- la reacción del niño ante el comentario fue un sonrojo. Eren también se puso rojo, no pensó mucho lo que dijo -A-ah, ¡perdón! No quise incomodarte- Eren movía sus manos graciosamente, presa del pánico. Mientras, Hanji se reía maquiavélicamente. Eran buenos días.

♥●♥●♥●

Estr capítulo me quedó corto porque no sabía cómo desarrollarlo y salió medio atropellado. En fin, los micro cuentos tendrán mayor fluidez y seré más constante en la actualización de estos. Aunque claro, son micro cuentos, no se esperen una Biblia.
PD: Serán unos 3-5 micro cuentos y luego se continuará con la actualización habitual. Los quiero a todos :D

TalismánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora