¿Quien es el padre? (EN EDICIÓN)

Capítulo 1.

-Señorita Woods ¿todo en orden?

La voz de la profesora llamó mi atención en ese momento.

-Si, si. Todo en orden.

Me asiente con la cabeza y procede a seguir con sus papeles en su mesa.

Tenía la cabeza perdida, no veía las horas de que el tiempo avanzara para salir de ese lugar. Luego de unos minutos que se hicieron eternidad, el timbre dio lugar al receso, así que salí acompañada de Amy, mi mejor amiga:

-Oh Becca, dime por favor que escuchaste las buenas nuevas.

-¿Honestamente? No sé de lo que hablas.- Repliqué con una risilla al final.

-No sé ni para que tienes teléfono si no estás al tanto de las cosas en el insti. En fin, tendremos dos compañeros nuevos. Ya sabes, por la normativa del instituto no sabremos de sus nombres hasta que ingresen, pero las malas lenguas cuentan que son hermanos y que son de lo más sexy que hay.

-¿No los conoce nadie? Me sorprende que Jane no conozca a los ingresantes nuevos.

-Es que ya sabes, después del incidente del año pasado, la normativa para los ingresantes ha cambiado.

Cabe destacar que el año anterior la ingresante no duró ni la mitad del semestre y tuvo que cambiarse nuevamente debido al acoso que sufrió por haber espiado en sus redes sociales un dia antes de su ingreso. No resulto nada bien.

-Me juego la mitad de mi mesada a que Jane sabe quiénes son los novatos.

-Quizás. Corrobóralo si quieres. Yo tengo álgebra y tengo que llegar antes de tiempo, así que nos hablamos luego.- dijo despidiéndose a la distancia.

Tal vez, tenía razón y debía stalkear a Jane por Twitter para ver si ya hizo alarde de los nuevos estudiantes.

Tomé mi teléfono e ingresé a su perfil. Debería otorgarme un premio por cada vez que logro predecir el siguiente movimiento de esta bruja. Allí estaba su tweet haciendo lo contrario a la normativa del instituto. Y si, allí estaba yo también siquiera considerado mandar la solicitud pero mi moral estaba gritándome que era lo incorrecto en esta situación y que no debía.

Entre pensamiento y pensamiento, la solicitud de seguimiento de Twitter e Instagram ya había sido aceptada. ¡Ay no! Que mala impresión voy a darles, una acosadora, una obsesiva, voy a ser denunciada con el director y van a expulsarme por acoso severo a estudiantes que ni siquiera ingresaron.

Más tarde en casa la curiosidad pudo conmigo y en un vacilo por hacerme la fuerte, entré. Observé de pies a cabeza el perfil de uno de los hermanos y cuando creía que mi suerte no podía ser peor, se me escapa un like en una foto de hace 6 meses. Fantástico Becca, vamos por el premio a la acosadora número 1.

No había mal que una siesta no cure. O eso quería creer...

Luego de una ducha y ya en cama antes de preparar todo para el día siguiente me percato de que mi teléfono suena y deja a la vista una notificación de mensaje directo en Instagram. Al abrirlo no sabía si emocionarme o simplemente mudarme de país con otra identidad para que nunca más tuviera que verle la cara a ese muchacho.