Me acomode en el asiento, apachando el botón que volvía clara la ventana del avión. El movimiento de todos los hombrecitos y maletas que se veían desde la ventana eran fascinantes. Me encantaba volar aunque odiaba la turbulencia lo cual hacía todo contradictorio.

Renny tomó mi mano con tanta fuerza a la hora del despegue, cerrando sus ojos susurrando cosas que no podía escuchar. La acerque a mí, abrazándola por la cintura. Sentía la necesidad de clamarla, de darle fuerza, era como si todo a su alrededor se estuviera derrumbando.

Comencé a cantar una canción de cuna, por estúpido que parece, estaba arrullando a Renny de la misma manera que hacía con Holly cuando estábamos a oscuras. Ella le temía a eso con todas sus fuerzas, pero siempre estaba para ella.

—Tranquila, bebe. Aquí estoy para salvarte de todo lo malo que pueda ocurrirte.

— ¿Y si el avión se cae? —la voz de Ren estaba cortada como si estuviera a punto de ponerse a llorar.

—Bueno... — ¿Qué diablos le contesto? Nunca me pongo a pensar en los aviones que se caen cuando voy en uno. ¡Joder! —. Princesa, si nos caemos al menos ten en cuenta que te estaré abrazando y queriéndote hasta el último respiro de mi ser. Te quiero Renny Ren.

Esta se separó unos segundos para verme a los ojos. Sus ojos estaban empañados por las lágrimas que estaba reteniendo. El corazón se me contrajo, como si fuera una pasa.

— ¿Me quieres?

—Si Renny, te quiero desde lo más profundo de mi alma.

Las lágrimas resbalaron por sus mejillas, liberando una sonrisa demasiado hermosa. Tomándola en brazos otra vez, la sostuve hasta que el avión aterrizó en España. Dormimos más de la mitad del camino lo cual fue bueno. Tenerla en mis brazos era algo único e increíble.

Valencia era un lugar inigualable. Desde la estructura, las fuentes a mitad de la calle, las flores... muchas de las cosas me recordaban a mi Londres querido, pero algo en este lugar sabía tan fresco. Cambiar de ambiente para variar la costumbre era bueno.

El hotel era cinco estrellas, con techos altos, decoración antigua y lleno de gente con ropa de marcas patrocinadoras. El Valenzal era el hotel patrocinador para la carrera de Valencia. Vi a varios corredores platicando en ruedas, fotógrafos, y damas con muy poca ropa hablando en círculo como si fuera un club de lectura.

—Esto es una locura —los ojos de Renny estaban en el quinto cielo, viendo la manta que daba la bienvenida a los corredores de Racing.

— ¿Te gusta nena? Esto solo es el principio —conocía todo el ritual y hoy tendríamos una gran cena con todos los presentes. La gran bienvenida al décimo aniversario de la 88 IR.

El año pasado casi me desmayo de lo borracho que estaba con Louis, pero Daniells estaba allí para sacarme la mierda al día siguiente antes de la carrera. Seguía borracho por lo que me caí tres veces y termine en octavo.

Este año todo era muy diferente. Tomé la mano de Renny pasando a varios conocidos que se detuvieron a saludar. Examinaban a Renny con sus pantalones flojos y su camisa sin mangas pegada a su cuerpo. La mujer era hermosa incluso con esa su ropa poco elaborada.

Dos horas después, estábamos en la cama, besándonos como si no tuviéramos que alistarnos para bajar en una hora a la cena de bienvenida. Esta pequeña estaba encima de mí, sin camisa ni sujetador, besándome mientras pasaba todas sus tetas en mi pecho desnudo. Cada día que pasaba, mi desesperación por estar dentro de ella se hacía más intenso. Realmente quería quitarle la virginidad para enterrarme en ella siempre que quisiera.

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