Capítulo 14

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Rees:

Estaba nervioso, la 88 IR era muy importante en mi trascendencia como competidor, toda mi vida he soñado con ganar, con alzar la copa al aire en el podio que dice número uno. El segundo lugar es para perdedores, yo soy como esos malditos súper héroes que se caen cien veces pero siempre ganan al final.

Le di un beso a mi madre, que estaba viéndome con esos ojos llorosos que decían "Estoy orgullosa de ti" siempre iban a mis carreras dentro del Reino Unido, pero el salir del país cuando mi padre era de la piezas claves del gobierno no eran tan fácil como antes que viajábamos constantemente.

—Te amo, mamá —susurre a su oído al tiempo que besaba su mejilla. Está sonrió como siempre lo hacía. Mamá era grande, era valiente, muy dulce y cariñosa, no podía pedir una mejor madre que ella, lo tenía todo.

—Yo también, bebe, estoy muy orgullosa de tus logros. Ahora ve y patea un par de culos extranjeros.

Solté una carcajada volteando a ver a papa junto a uno de los amigos más antiguos de mamá, Mauri. Un político estadounidense que ha marcado su trascendencia en la política siendo uno de los primeros en declararse gay a media campaña electoral. Recuerdo que nos contaba como la mitad de la gente en su partido creían que Mary era su novia embarazada de cuatro meses pero no, la historia hubiera sido más fácil de ese modo.

—Adiós hijo —papá me dio un abrazo antes de darme una palmadita cariñosa en la mejilla —, te estaremos viendo por televisión.

—Lamento no poder pasar tu cumpleaños... —esté levanto la mano haciéndome callar por completo.

—De eso ni te preocupes, ve y gana, eso es lo que más importa. Los Hamilton no estamos hechos para perder.

Asintiendo con la cabeza, gire para ver a mamá abrazando a Renny con ojos muy llorosos. Renny sonreía satisfecha, muy metida en la plática con mi madre. Era extraño, le hablaba de una manera tan afectiva como si la conociera de toda la vida. Ojos de cariño, le llamaba la abuela.

—No te preocupes, tu secreto está a salvo conmigo —fue lo único que puede escuchar de mamá.

— ¿Qué secreto? —pregunté al tiempo que me acercaba a ellas.

—Nada, Rees, cosas de mujeres.

Odiaba las pláticas femeninas por lo que no quise adentrar más en el tema. Deje de ser curioso en esas cosas desde que escuche a mamá y a Holly hablar de su primera menstruación. No quería repetir eso.

Despidiéndome de todos, tomé la mano de Renny ajustando mi mochila negra al hombro, el viaje no era largo, sin embargo esas horas podían servir para ver una película en mi laptop.

—Si consigues un corredor gay tienes que traérmelo —grito Mauri antes que cruzáramos la puerta de embarque.

—Sí, claro —dije negando con la cabeza con una sonrisa en los labios, realmente me caía bien el amigo de mamá.

Encontramos nuestros asientos en primera clase, mi representante ya estaba sentado con su portátil abierto terminando de mandar unos correos. Ese hombre trabajaba demasiado todo el tiempo.

—David —guarde la mochila debajo de uno de los asientos. Este levanto la vista viéndome primero a mí y después a mi chica.

—Hola Rees, Rene.

—Renny —lo corrigió ella. Este frunció el ceño antes que ella volviera a interrumpir —. Renny está bien.

David Daniells hizo un gesto con los hombros regresando a su computadora, me dio curiosidad de saber si Raneé era su verdadero nombre o el idiota solo se había confundido. Hasta donde yo sabía Rene era su nombre real y Ren su apodo. Pero todo el asunto del nombre quedo olvidado cuando ella me indico que no quería sentarse en la ventana. Sonaba tensa y asustada por lo que no insistí que la vista era fabulosa desde las alturas.

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