A complicated world

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By: Jesse

Advertencias: lenguaje anti-sonante, leve contacto sexual. En este capítulo se hicieron breves cameos de la serie televisiva Supernatural.

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18 años

La música llenaba cada rincón del club donde estaba, el whisky llenaba cada rincón de mi cuerpo. Con suerte esta noche olvidaría lo que siempre me atormentaba.

Un guapo tipo de ojos verdes y cabello corto y rubio me chequeaba desde hace media hora, pero no hacía mucho por intentarlo. Si supiera que me acostaría con el que se me pusiera enfrente.

Tomé otro trago y cuando dejé mi copa en la barra, desabroché un botón más de mi camisa, dirigiéndome hacia el hombre rubio.

-¿Cómo te llamas?- le pregunté acercando mis labios al lóbulo de su oreja, un pequeño estremecimiento recorrió su cuerpo cuando me separé.

-Dean.- mis manos viajaron por todo su pecho, sintiendo lo fuerte que era a través de su camisa de franela. Eso me dio curiosidad.

-¿Primera vez en la ciudad?- ni si quiera tuvo que hablar, el tono rojo de su rostro lo delató.- Pues estás de suerte, cariño, porque yo soy un excelente guía.- jalé su mano hacia los cuartos que el club tenía en la parte de atrás y mientras lo desvestía deseé tener mucho más alcohol en mi sistema, porque la voz comenzó a sonar en mi cabeza.

"Me da pena que seas mi hijo. No puedo creer que me haya tocado un hijo marica, me das asco, Jesse. No tienes alma, estás destinado al infierno. Estás maldito. Maldito. Maldito chupapollas. Jamás vas a conocer qué es el amor."

-Fóllame, Dean. Haz que olvide hasta mi nombre. Fóllame.

La respiración que de por sí me estaba costando controlar pareció pararse durante un instante cuando Dean mordió mi cuello y presionaba mi próstata.

Me rendí en sus brazos.

Pero la voz seguía gritando en mi cabeza.

No podía callarla. Nunca lo había hecho.

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15 años

Flashback

El dolor que tenía en la parte posterior de la cabeza hacia que me zumbaran los oídos y ya no podía enfocar bien la vista.

Distinguí al bulto que se dirigía a mí como mi madre y todo el cuerpo me empezó a temblar cuando olí el alcohol en su presencia. Estaba borracha de nuevo.

El cinturón me dio en las costillas, justo por encima de donde los bravucones de mi escuela me habían golpeado esta mañana. El odio hacia todos comenzó a burbujear en mí. Nunca en mi vida había mentido, ni robado, y por supuesto no maté a nadie. ¿Por qué todos se empeñaban en hacerme sufrir? Tenía gustos diferentes, eso era todo. No me gustaba el chocolate, ni andar en bicicleta, ni las verduras. Tampoco me gustaban las niñas. ¿Eso era tan grave como para que me golpearan, escupieran y humillaran todos los días?

Y ni siquiera mi propia familia me aceptaba. ¡¿POR QUÉ DEMONIOS NO ME QUERÍAN?! Mi padre había trabajado por concebirme y cuando se dio cuenta de que tenía un hijo marica había golpeado a mi mamá en la cara y nos había dejado. Mi madre completamente perdida se hizo una alcóholica que me pegaba hasta al cansancio. Yo solo, sin si quiera saberlo, había acabado con la felicidad de mi familia.

Era desgraciado, un maldito bastardo chupapollas.

Me odiaba a mí mismo...

Los gritos de mamá me estaban haciendo más marcas que los golpes.

Dress and tieWhere stories live. Discover now