Get ready (Parte I)

306 31 18
                                    

"Por fin viernes"

Esas tres palabras que le revolvían el estómago de una linda manera. Aunque para el castaño no tenía la emoción que esperaba, después de todo predominaban los nervios.

Estaba agotado, esa era la verdad. Un vuelo de cuatro horas desde Nueva York no era para nada fácil si tenías que hacer escala, y a las seis de la mañana, gracias a Marley que había olvidado hacer la reservación y el único vuelo con asiento disponible era a esa hora.

Además de que la gente había sido en exceso amable y eso le provocaba cierto malestar. Estaba acostumbrado a algunas cosas no del todo agradables. Siempre a la defensiva, siempre mirando por encima de su hombro. A veces estaba consciente de que era algo dramático, pero su experiencia en la preparatoria le hacía desconfiar hasta ese punto.

Ansiaba llegar a su departamento y descansar por unas horas, antes de que Rachel regresara de sus clases y se pusiera a gritar acerca de sus problemas con Sue Sylvester. Ser la encargada de las artes escénicas con Sue como directora en McKinley no era nada fácil.

Salió del aeropuerto y tomó el primer taxi que vio, asegurándose de traer cambio para pagar y las llaves a la mano para no demorarse mucho en la puerta. Se alivió al ver su edificio, y en cuanto el coche se detuvo, saltó del interior y sacó su maleta. Quería llegar cuanto antes a darse un baño de burbujas y prepararse para ver a Blaine. Pero no contaba con encontrarse a un par de ojos azules en las escaleras. Ni siquiera se dio cuenta de que había alguien enfrente de él hasta que chocó con ese muro de carne, que lo sostuvo cuando estuvo a punto de tener una peligrosa caída.

Y entonces, llegó ese aroma. A bosque, menta y cigarrillos. Ese aroma que extrañamente lo tranquilizaba al instante y hacía que sus defensas bajaran en seguida. El impacto fue tan fuerte al principio que casi no reconoce al hombre que aún lo sostenía, sino por esa sonrisa de lado que ahora se extendía en el rostro de su salvador.

Kurt se soltó rápidamente de su agarre y se sonrojó al punto de parecer febril, no podía ni siquiera alzar el rostro por miedo a verse demasiado torpe, o que el otro hombre estuviera sonriendo con burla, pero por suerte una risa suave rompió el incómodo silencio.

- Si hace un mes, cuando firmé los papeles de este departamento, me hubieran dicho que me iba a cruzar con un ángel todos los días, la verdad es que me hubiera mudado mucho antes.- dijo con una suave y grave voz. Kurt sentía que le temblaban las piernas, ¿qué demonios era eso? No se suponía que alguien debería fijarse en él, mucho menos aquí en Lima.

- Lo siento, -y en ese momento sentía la voz de Santana en su cabeza "¿Por qué demonios te estas disculpando, Lady Hummel?"- debí fijarme en dónde caminaba.

- No te preocupes,...- el castaño se le quedó viendo a la mano extendida como si no entendiera por un segundo, pero la tomó y se obligó a reaccionar.

- Kurt. Kurt Hummel- dijo con una linda sonrisa en medio rostro.

- Mucho gusto Kurt, mi nombre es...- el hombre hizo una pausa inesperada y apretó con un poco más de fuerza la mano de Kurt, inclinando levemente su cabeza- Espera, ¿eres Kurt Hummel? ¿El diseñador Kurt Hummel?- Kurt no supo cómo definir el tono de voz que usó cuando le hizo esa pregunta, y la voz de Santana regresó en su ayuda: "Wanky, Hummel", provocando que se sonrojara un poco más.

- Si, en realidad no estoy acostumbrado a que me reconozcan así que, sólo Kurt- el hombre se rio un poco ante su nerviosismo, pero el que siguiera tomando su mano y haciendo pequeños y constantes círculos en el dorso de la misma no ayudaba a la endeble concentración de Kurt.

- De acuerdo "Solo Kurt", mi nombre es Jesse,- dijo sin soltar su mano- Jesse St. James.

- Mucho gusto, Jesse.- y sintiendo cierta valentía, cuadró sus hombros y levantando la frente con un atisbo de orgullo dijo sintiendo recuperar el control sobre el mismo, dijo: Pero me parece que estoy en cierta desventaja.

Dress and tieWhere stories live. Discover now