Get ready (Parte II)

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"Por fin viernes"

Esas tres palabras en una cabeza llena de rulos despeinados y sin gel, se combinaban con una preocupante (pero linda) sensación en el estómago. Después de su visita al taller tenía miedo de que Kurt no se presentara, no le había comentado nada de su viaje, lo que por un parte era buena señal, pues significaba que no tendría por qué interferir con sus planes.

Muy pronto, tal vez demasiado, llegó la hora de arreglarse, y después de un largo, relajante y muy merecido baño se paró en frente de su closet y comenzó la preocupación. Después de haber lanzado su primer álbum, su agente había insistido en cambiarle la imagen, pero tenía miedo que su nueva forma de vestirse asustara a su mejor amigo, así que se puso algo que tanto el Blaine del campamento como el actual usaría.

Sacó unos pantalones negros y se los ajustó con un cinturón blanco con líneas horizontales rojas, se calzó sus botas negras y de un solo movimiento se puso una camisa de líneas grises muy delgadas de manga corta, y se molestó un poco al haberse puesto el pantalón y el cinturón antes de fajarse la camisa, se la abotonó por completo, pero decidió omitir el corbatín.

El cabello era punto y aparte. Después de la visita al taller y la forma en que Santana había visto su cabeza como si fuera digna de las más crueles bromas, había decidido quitarse el gel por un tiempo, al menos por el tiempo que estuviera en Ohio. Por suerte se lo acababa de cortar y sin tener que peinarlo lucía excelente, su cabello sin gel lo hacía ver mucho más joven, y si era posible, más alegre.

Bajo la escalera de caracol dando saltitos y silbando Valerie de Amy Winehouse dejando al descubierto su estado de ánimo. Su padre estaba en la sala leyendo el periódico de ese día y se sorprendió al ver a su hijo más chico tan bien arreglado.

- Buenos días, papá. ¿Cómo amaneciste?- le preguntó a su padre mientras tomaba una manzana del recipiente con fruta de la mesa del comedor y le daba vueltas en las manos.

- Bien, BeeDee. Pero al parecer no tan bien como tú.- el sonrojo de Blaine fue casi inmediato, había adquirido muchas características de su padre, y parecía conocerlo mejor que él a sí mismo- Escuché que verás a ese chico, del campamento. Kurt se llama, ¿no?

- Así es, señor- sonrió al ver a su padre contemplándolo de reojo, sospechando que algo se le estaba ocultando.- Pero la cita es hasta la noche.

- ¿Cita, eh?- bingo.

- Papá, es sólo mi amigo.

- Yo sólo digo, BeeDee. Ya conoces a este viejo, siempre imaginándose cosas.

- Lo sé, papá. Y la única persona que logra controlar tu cabeza parece no estar en la casa. ¿Dónde está mamá?

- Se fue con Q desde muy temprano, fueron a un spa, sauna, o como se llame, regresaran hasta mañana al medio día, porque de regreso pasaran de compras. Así que, noche de hombres BeeDee,- dijo levantándose del sofá y haciendo movimientos circulares con su cadera y sacudiendo sus brazos por encima de su cabeza,- puedes traes a tu cita, si quieres.

- ¡Papá!

- Bien, solo decía- Blaine siempre se había llevado tan bien con su padre y hermano, que le costaba no reír cuando estaba en compañía de alguno de ellos.

Su papá solía avergonzarlo siempre, de una forma que Blaine terminaba riéndose de sí mismo y no enojado; y su hermano siempre siendo sarcástico y con una vibra sencilla y contagiosa que lograba que todos se sintieran más tranquilos.

Por otro lado, BeeDee se aseguraba de ser siempre auténtico, no le importaba ser el chico que salía haciendo caras raras en las fotos o tirado en el piso, usar pelucas o improvisar con los instrumentos. Solía hacer reír a todos gracias a esa aura de inocencia no fingida alrededor de él, la que siempre hacía creíbles sus sueños donde había veinte dragones, novias robóticas de dos metros de alto con ojos de láser, o coros intergalácticos en Marte provocados por la mordida de una tortuga radioactiva. Sí, Blaine solía dejar su cabeza muy libre en sus ratos libres, y si no se hubiera dedicado a la música probablemente sería creador de comics o algo muy parecido. Y era justo lo que estaba haciendo ahora. Su padre lo sacó de su ensueño, quitándole la manzana que se había quedado olvidada en su regazo.

Dress and tieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora