-Sois el hazmerreír del instituto. -Se mofó él, pero más me mofé yo riéndome. -¿Una pareja de bolleras? ¿En serio?

-Ella no parece quejarse cuando se lo como por las noches. Encuéntrate la polla primero y luego hablamos de lo que es más ridículo. -Pasé una mano por el hombro de Camila y nos colamos por la gente del pasillo, dejándolo a él atrás hasta llegar a la cafetería.

-¿Te ha hecho daño? -Cogimos las bandejas y ella puso una mano en mi mejilla mientras nos servían, e hice un puchero.

-¿Si te digo que sí me darás más besos o será igual? -Pusieron una hamburguesa en mi bandeja, y negó, cogiendo su plato de pasta.

-No. -Sonrió cogiendo su bandeja, dirigiéndose a una de las mesas vacías. Las chicas hoy tenían ensayo en el club de canto o algo así, no importaba, así que comía con Camila.

-Me han cortado el rollo, Camz, y ha llegado el inútil de tu ex. Eso no se hace. -Dije abriendo el zumo, inclinándome hacia ella luego.

-Me encanta que me llames Camz. -Sus labios se juntaron con los míos, y me besó al principio con besos cortos y rápidos, pero luego se calmó. Sus labios se movían lentamente, muy lentamente en mi boca, y volví a abrir un poco más los labios para hundir la lengua en su boca, acariciar la suya suavemente con una mano en su mejilla. Justo me incliné un poco más para besarla cuando escuché una voz.

-Oye Lauren, ¿te gustaría...?

-¿En serio? ¿No ves que tiene la lengua en mi garganta? ¿Es que no es suficiente eso, también tiene que follarme en mitad del pasillo para probar que estamos juntas?

-A mí no me parece mala idea. -Negué cruzándome de brazos, y ella me dio un manotazo en el pecho. -Cielo, fuera lo que fuese, tengo novia. Lo siento.

-Ya veo, ya. -Asintió la chica mirando a Camila con los labios entreabiertos. -Entonces de salir con mis amigas ya ni hablamos, ¿no?

-Lauren, ¿quiere que la mate? -Señaló a la chica mirándome a mí, que me aguantaba la risa.

-¡Ya me voy! ¡Lo siento! -La chica desapareció, y Camila echó la cabeza hacia atrás.

-Camz, hoy es viernes, mañana no hay instituto, mi casa está sola... -Puse una mano en su muslo, apretándolo un poco.

-Termino el entrenamiento a las nueve pero... Me iré directamente. -Cogió una patata y la puso en mi boca, atrapándola y chupando la punta de sus dedos. -Deja algo para esta noche, ¿no?

*            *             *

Llegué del entrenamiento sin saber ni siquiera qué hora era, pero el cielo, en uno de aquellos claros que tenía de luz, estaba rosa y naranja, fundiéndose entre ellos. Justo cuando me fui a quitar la camiseta llamaron a la puerta y abrí. Camila llevaba su mochila en la mano, y saltó hacia mí, enrollando sus piernas en mi cintura.

-¿Has salido antes? -Dije cerrando la puerta con la pierna, sujetándola por los muslos.

-No, idiota, son las nueve. -La bajé al suelo y rodeé su cuerpo con mis brazos, dando pasos como si me balancease y ella me miraba con las manos en la nuca. -Ese te pantalón te aprieta el culo.

-¿De verdad? -Asintió, y bajó las manos por mis costados hasta apretar mi trasero, y entreabrí los labios. -Dios mío, me has tocado el culo. Sólo falta que me toques las tetas también. -Ella me miró con una sonrisa casi inocente, encogiéndose de hombros delante de mí.

-Verte rodeada de chicas que quieren acostarse contigo todo el día me hace querer acostarme contigo aún más. -Comenzó a andar tirando de mi camiseta hacia la habitación, y cerró la puerta para que el pequeño Alex Turner no pudiese pasar. -Y debes de estar cansada, así que nada de sexo. Te daré un masaje.

» green is the warmest color || camrenWhere stories live. Discover now