Epílogo

200 22 5
                                    

Había pasado una semana desde que Diego se había ido, las clases ya habían empezado y los chismes sobre Asier, Diego, Carlos y yo no habían parado desde que empezamos. Algunos decían que me había quedado con Asier por despecho porque Diego me había dejado, otros que Carlos era más que mi amigo y se los estaba poniendo a Asier, unos cuantos idiotas decían que había intentado que Diego volviera a drogarse y otros tantos decían cosas que ni siquiera soy capaz de escribir por ser demasiado patéticos, y no es que estos no lo sean...
El caso es que mi relación con Asier va bien, Carlos sigue siendo mi mejor amigo aunque sé que le sigo gustando.
Hace dos días conocí a mi verdadero padre en una cena con la familia de Asier (obviamente sin Diego). La directora entendió lo que hice y volvió a confiar en mi, y su marido; mi padre, había resultado ser un hombre bueno que quería a sus hijos por muy poco tiempo que pasara con ellos. Había prometido mejorar aquello.
Y aquí estaba yo en mi habitación, tumbada junto a Carlos, mirando la primera foto que Diego me había mandado; una foto mía que hizo desde su coche el día de la despedida. Esto me hacía pensar en que quizá no tendría noticias de él en bastante tiempo, nisiquiera había llamado a sus padres o hermanos, simplemente había desaparecido del mapa.
-¿Qué vamos a hacer hoy?-Preguntó el idiota de mi mejor amigo mientras recogía la pelota de goma que lanzaba una y otra vez contra el techo.
-No sé qué harás tú pero hoy he quedado con Asier, si quieres venir creo que Sofía estará dispuesta a venir contigo. Vamos a ver la peli de los minions.
-¿Asier en una peli para niños? Eso no me lo pierdo.-Rió y le imité. La verdad es que había vuelto a ser el chulito adorable que conocí y del que me había enamorado y eso era simplemente un punto a su favor.
¿Más noticias? Bueno, habían llegado muchas chicas nuevas al internado y entre ellas una que no le quitaba ojo a Asier, él no quería reconocerlo pero puedo apostar mi mano derecha a que es una de sus ex-novias.
Bueno sobre mis padres...la relación seguía igual.
De vez en cuando iba a ver a mi tía al cementerio y me los encontraba pero no intercambiábamos muchas palabras.
Mi hermano había cortado con su novia, resultó que era la más fácil, por decirlo suave, de toda la facultad y ahora estaba con María, una chica nueva que espero sinceramente no salga rana, mi querido e idiota hermano ha sufrido mucho y si esta lo vuelve a hacer llorar juro que será lo último que haga en su vida.
Las gemelas habían dejado de ser unas completas perras conmigo, aunque lo de Sofía ya llevaba tiempo.
Ahora eran ellas las que intentaban acallar los estúpidos rumores que la gente infundaba.
He dicho que han llegado chicas, pero también han llegado chicos y ¿la verdad? Son monos, pero ya tengo a Asier lo suficiente celoso con el tiempo que paso con Carlos como para que se entere de que creo que son monos.
Seguramente si se entera de que miro a uno más de 3 minutos y él me corresponde la mirada le queme la habitación. Vale, quizá sea un poco posesivo pero igualmente así me gusta y lo quiero.
¿Recordáis la toalla "caída"? ¿O el robo del bocadillo? Bueno pues sigue haciendo ese tipo de cosas para hacerme sonreír, lo celoso lo arregla con lo amoroso, así que ¿qué más da?
Después de la peli Asier me llevó a cenar a un restaurante bastante romántico, y con romántico me refiero a caro de narices.
Estábamos sentados en una mesa a la luz de las velas y no podía dejar de pensar en lo sexy que estaba con esa americana negra.
-¿Se puede saber por qué me has traído aquí? No hacemos ni mes, ni nada.
-¿Tengo que tener una razón para traer a mi novia a cenar?
-¿No la tienes para todo?
-La verdad es que no, pero es cierto que esta vez si la tengo.
-¿Y me la vas a decir hoy o mañana?
-No sé, depende de como te portes.-Dijo sonriendo y le tiré una miga de pan. Infantil pero eficaz, le acerté en la frente.
-Como quieras, pero tengo hambre.-Dije mirando la carta.
-Está bien glotona, primero a comer.-Le saqué la lengua y llamamos al camarero.
Asier pidió un chuletón más grande que él y yo una ensalada de pasta.
La cena fue silenciosa pero no faltaron las miradas de insinuación e impaciencia.
Cuando terminamos la cena subimos a su recién comprado Giulietta blanco y me tapó los ojos con su corbata que no había llegado a ponerse en la cena.
-¿A dónde vamos?
-No te impacientes y espera.-Dijo dándome un corto beso en los labios.
Me mantuve en silencio hasta que el coche se paró y Asier me ayudó a bajar.
-¿Ya hemos llegado?
-Ssshh. ¿No puedes simplemente esperar a una orden?-Noté que hablaba sonriendo así que no dije nada.-Así está mejor. Vamos. Cuidado con las imperfecciones en el suelo.-Dijo mientras caminábamos vete a saber donde.
Después de unos 5 minutos caminando escuché el sonido de las olas impactando contra las rocas.
-Ya hemos llegado.-Me quitó la corbata y vi el mar, la playa, las rocas. No era la misma playa que la otra vez con Carlos, esta era más especial, tenía un camino de rosas hasta un gran corazón en el suelo.-¿Te gusta?
-Me encanta.-Lo besé y sonreí.
-Pues vamos.
Seguimos el camino en silencio y nos sentamos en el centro del corazón.
-¿No era esta la sorpresa?-Dije confundida.
-En realidad no. Es una parte por si esto te parece poco.-Sacó un sobre del bolsillo de su chaqueta junto con una cajita alargada y una tarjeta que decía "para tú".-Primero la caja.
La abrí y cogí el collar con forma de minion con una rosa en sus manos. Sonreí, era precioso y original.
-Dale la vuelta.-Lo hice y leí lo que ponía, el día que nos conocimos, nuestras iniciales, un "te amo" y un "durante toda mi vida".
Y esto simplemente era lo único que necesité para lanzarme a él y envolverlo en mis brazos mientras lo besaba como si fuera la última vez.
-Aún queda una cosa.-Dijo cuando pudo separarse. Me entregó el sobre y lo abrí.
Dos billetes para mi antiguo hogar.
-Yo...-No sabía que decir. ¡Podría volver a ver a mis amigas!
-Pensé que querrías visitar tu pasado.
-Y has acertado pero debes saber algo.-Dije susurrando muy cerca de él. Noté como se tensó, seguramente asustado...que mono.
-Dime.
-Aunque quiera visitar mi pasado me quedo con mi presente y mi futuro siempre que estés en él.
-Para toda mi vida.
-Para toda la vida, te amo.-Lo besé una y otra vez hasta que ya no supe quién estaba besando a quién.

Tras las aparienciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora