Capítulo 6 (Divergente)

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Narra Uriah

A la mañana siguiente Cinna me despierta y me lleva junto a Tris, bajamos varios tramos de escaleras y llegamos a la sala en la que se encuentra la ropa que llevaremos durante los juegos; nada más entrar me llevo una gran sorpresa, lo que tengo ante mis ojos es algo demasiado familiar.

.- ¿Nuestro uniforme de Osadía? -. Digo acariciando los pantalones que ya he llevado en tantas ocasiones.

.- Órdenes del Capitolio -. Cinna me entrega la chaqueta negra de cuero que siempre usaba en los entrenamientos de mi facción y me indica con un gesto dónde debo cambiarme. Este no es el Cinna al que conocí días atrás, su mirada estaba apagada, ni un rastro de su habitual alegría en ella, no puedo imaginar lo frustrante que debe ser encariñarse todos los años con los tributos a los que verás morir uno a uno sin poder hacer nada, y este año me ha tocado a mí, solo que estoy totalmente convencido de que yo saldré vivo de la arena, y con Tris a mi lado.

Salimos completamente vestidos y unos guardias nos conducen hasta un aerodeslizador; nunca había visto nada igual, es una especie de avión, esos aparatos que sobrevolaban contínuamente la sede de Osadía, jamás había visto uno de cerca, tiene asientos pegados a las paredes y grandes ventanas por todas partes.

Durante todo el viaje voy mirando a través del cristal y veo como poco a poco vamos dejando atrás los gigantes rascacielos del Capitolio para dar paso a tierras de cultivo, solo puedo pensar en una cosa, a partir de ahora tendré que ganarme cada segundo de vida.

Salimos del aerodeslizador y tras pasar un pasillo formado por los agentes de la paz llegamos a un edificio gris sin ventanas; descendemos dos pisos de escaleras y llegamos a la temida sala de lanzamiento, hay un tubo de cristal para cada uno y aunque algunos vacilan antes de entrar todos acabamos subiendo ya que no hay forma humana de dar marcha atrás.

Las puertas del tubo se cierran y siento que empieza a subir, una vez arriba veo que me encuentro ante un gran prado soleado, ni un solo árbol a la vista; nadie podría pensar que este sitio es el futuro escenario de una matanza; en el centro se encuentra la Cornucopia, algo más grande de lo que me imaginaba; me concentro y miro a mi alrededor, a mi lado tengo a Jace y a Brenda, intento localizar a Tris y veo que está bastante alejada, lo suficiente como para recibir una puñalada por la espalda sin que pueda evitarlo y eso me inquieta, debo correr más que nunca. Me fijo en la ropa de los demás tributos, todos llevan la ropa que tenían en sus respectivos libros, todos excepto los profesionales que van vestidos igual, con un traje de neopreno verde y negro, perfecto, sabiendo que el Capitolio está claramente a su favor seguro que habrá agua de por medio.

Se oye una voz masculina proveniente del cielo .- Queridos tributos, bienvenidos a los septuagésimo sextos Juegos del Hambre ; yo mismo seré el que os acompañe durante los juegos y deberéis obedecerme si no queréis morir inmediatamente, os comunico que vuestra primera misión será llegar a la Cornucopia y entrar, tenéis cinco minutos para coger todo lo que podáis y meteros dentro, al final encontraréis unas escaleras que os llevarán a una sala con los símbolos de todos los libros o el número de vuestro distrito en el caso de los tributos que fueron anunciados por el presidente Snow, cada pareja debe colocarse en su símbolo y esperar a que algo suceda -.

Se enciende una pantalla en la Cornucopia y comienza la cuenta atrás; 30... 29... 28... se me pasan demasiadas cosas por la cabeza, 16... 15... 14... tengo una sensación muy extraña para un osado 10... 9... 8... miedo, sí, tengo miedo, me tiemblan las manos pero intento disimularlo lo mejor que puedo 3... 2... 1... el sonido que nos indica que los juegos comienzan me inunda los oídos; sin darme cuenta he empezado a correr y en poco tiempo llego hasta la Cornucopia, tengo suerte de ser muy rápido ya que soy de los primeros en llegar, cojo un cuchillo sin bajar el ritmo y no me paro ni un solo segundo para examinar las demás armas ya que estoy completamente seguro de que aquí no hay armas de fuego y esto es lo único que sé manejar realmente bien; alguien me adelanta y casi caigo al suelo por la velocidad que lleva; es Percy, nunca habría imaginado que un ser humano pudiera correr a semejante velocidad, pero recuerdo que es hijo de Poseidón, no debería subestimarle.

Bajo las escaleras como indicó la voz y llego a la sala, es grande, circular y está dividida en varias secciones triangulares, también es bastante oscura, las pocas luces que hay son de color rojo por lo que no se ve nada bien. Distingo el símbolo de Osadía dibujado en el suelo y me coloco sobre él, por ahora solo Johanna, Finnick, Percy y yo hemos llegado a la habitación, supongo que solo queda esperar y desear que Tris haya salido con vida del baño de sangre y que con suerte traiga algo de utilidad con ella.

Los Juegos del Hambre ( Versión Fandoms )Where stories live. Discover now