-¿A qué te refieres?-pude ver el temor en sus ojos.

- Pues que no recuerda quienes somos-contesté- , o al menos no a mí.

Napoli reaccionó al instante. Sus ojos se llenaron de lágrimas y se acercó corriendo a donde estaba el padre de Rose, con ella inconsciente en sus brazos. Los demás parecía ser que nos habían estado escuchando porque sus caras decayeron. La reina de Eldim cayó de rodillas al suelo y se tapó el rostro con las manos. Los gemelos corrieron a abrazar a su madre y, aunque pareciera mentira, Dave lloraba. Los de Harliam no lloraban, pero miraban con seriedad la escena. Grace se unió al abrazo de los gemelos con su madre. Los primos y tíos  de Rose se habían vuelto dentro del castillo para no molestar, aunque también parecían tristes. En ese momento salió Gema, toda entusiasmada y dando saltitos al caminar.

Al verme sus ojos se iluminaron y corrió hasta mis brazos, abrazándome.

- Eres mi héroe -afirmó con una sonrisa amplia-, has encontrado a mi hermana. Te quiero.

Me gustaría negarlo, pero los ojos se me llenaron de lágrimas a medida que a Gema le cambiaba la cara al mirar el panorama.

- ¿Está bien?-preguntó en un susurro.

Se bajó de mis brazos y se acercó a Rose, que empezaba a removerse en el suelo donde la habían depositado. Lentamente abrió sus ojos y miró a su alrededor.  Gema, al ver que su hermana despertaba, se lanzó a abrazarla.

Rose miró asustada a su alrededor al sentir como Gema la abrazaba.

- ¡Rose!

Ella la miró confundida.

- ¿Qué está pasando? ¿Quiénes sois todos vosotros?

Gema se apartó rápidamente de ella como si le hubiera quemado, con un torrente de lágrimas bajando por sus mejillas.

- Lo sabía -sollozó la pequeña-, lo sabía. Le han dado la poción esa. ¡Ya no sabe quien soy!

Se aferró a las piernas de su padre que temblaban como si estuvieran hechas de gelatina. El rey de Eldim se reunió con su mujer y sus hijos, dejando a Rose incorporada en el suelo. Ni siquiera podían mirarla con el pensamiento de que le habían arrebatado a su hija.

Rose miró hacia los lados y sus hombros se empezaron a sacudir por los sollozos y las lágrimas. Yo no pude soportar verla así y me acerqué a ella, pasándole un brazo por debajo de los hombros y otro por debajo de las rodillas, levantádola en brazos.

- Lo-lo siento -dijo entre sollozos-, pero no me acuerdo de...

Deposité un beso en su frente para tranquilizarla.

- No pasa nada, cariño -le aseguré-. Te vas a curar, ¿vale?

Ella pasó sus brazos por detrás de mi cuello para sujetarse y escondió su cara en mi cuello.

- Sé que lo dices para que no me preocupe -suspiró, mandándome escalofríos por todo mi cuerpo-, pareces un buen chico. Me gustaría poder acordarme de ti.

Su respiración se acompasó y se quedó dormida en mis brazos.

La reina Gabrielle se acercó a los reyes de Eldim y les dijo con una expresión seria:

- Voy a comunicarle al Señor de Fuego lo que ha pasado, ya que tiene capacidades curativas avanzadas y a lo mejor puede hacer algo. No os prometo nada, pero...

- Gracias -contestó con la voz rota, la madre de Rose-, es más de lo que podríamos esperar.

Les comuniqué a los demás que iba a llevar a Rose a su cuarto, hasta que llegara el Señor de Fuego. Teníamos una oportunidad, pensé esperanzado, una oportunidad de recuperar la vida de Rose.

Frozen fireWhere stories live. Discover now