CAPITULO VIII: Un juego cruel.

Start from the beginning
                                    

Todos nos observan con espanto, al parecer nadie se lo esperaba. Comen mientras nos observan y a muchos se les caen los alimentos de sus bocas por no poder cerrarlas ante tal conmoción. A mí no me importa ahora que me observen, al lado de Mateo soy fuerte y capaz de enfrentar aquellos miedos que me paralizan. Todo era perfecto hasta que él apareció. –E hiciste lo que querías, ¿ahora estás contento? Creo que tuve que pegarte más fuerte para que desistieras de esta estupidez.... Y tú, Martín, ¿no te das cuenta que todo esto es una farsa, que lo hace para demostrarme que él es superior?- Rodrigo ingresa al casino furibundo, se dirige directamente a nuestra mesa y nos increpa. Veo su rostro tenso y sus puños contraídos, creo que en cualquier momento le vuelve a pegar a mi amado. Esperen, ¿debo entender que la pelea que vi esta mañana fue por mi culpa? ¿Estaban peleando por mi amor? ¡Que romántico! Digo, que tonto es este rubio, es obvio que siempre ganará su mejor amigo. –No le hagas caso amor, está celoso porque tú me elegiste.- Mateo increpa al que al parecer es su ex mejor amigo, y al terminar estas palabras posa su brazo sobre mi hombro, abrazándome fuertemente, como si estuviese marcando su propiedad. –Es mucho descaro de tu parte. ¡Anda! Bésalo, quiero ver que lo hagas, eso si es que puedes. Te conozco y sé que te dará... Olvídenlo, espero que sean muy felices juntos y que Martín no lloré mucho mañana, cuando este imbécil se termine de burlar de él.- Tras gritar estas mentiras, se marcha iracundo, casi puedo ver los rayos en su cabeza. Seguimos abrazados y yo espero que me bese, debería hacerlo ahora que todos saben que somos pareja. Espero un minuto, luego son dos, tres y jamás llega. –No quiero besarte aun porque creo que vamos muy deprisa. Te amo y quiero que esto resulte.- Es lo que me dice antes de levantarse e irse con su grupo de amigos. Yo no le pregunté nada, él simplemente presintió que estaba esperando que uniéramos nuestros labios.

-¿Que quiere ir lento y por eso no te besa? Que estupidez más grande, si siempre lo primero que ha hecho es meter su lengua hasta la garganta de sus novias y ambos sabemos qué es lo que luego hace. Él jamás ha ido lento con nadie y no creo que ahora tú seas una excepción.- Iris está indignada cuando le comentó lo sucedido en el almuerzo. Yo no le encuentro lo raro, porque si en realidad me ama, obviamente yo seré una excepción. Si quiere ir lento en nuestra relación, pues bien, yo acepto su decisión e intentaré no apresurarme en nada.

Caminando con mi amiga por el patio escucho los rumores que andan rondando por ahí. Algunos dicen que soy un casanova, que solo aparento ser un chico tímido, pero que en realidad ya he mantenido noviazgos secretos con Rodrigo, Felipe y Mateo; otros van más lejos inventando que en realidad estaba con los tres al mismo tiempo, pero que terminé eligiendo a este último. Seguimos caminando y me entero que hay otro grupo que platica sobre un supuesto plan de mi amado muñequito, que consiste en enamorarme para burlarse de su antiguo amigo y de su más acérrimo rival, concluyen que Mateo es malo y sólo me está utilizando. –No ves que no soy la única que así lo piensa.- Es todo lo que escucho de la boca de Iris antes de ingresar a la sala. No puedo creer que haya tanta gente malintencionada, que inventa estupideces. Por eso no me gusta llamar la atención, pero me sacrificaré por el amor de mi vida.

Como él me lo pidió, al salir de clases voy hasta nuestro rincón especial. Lo espero un par de minutos hasta que lo veo llegar con un enorme ramo de rosas blancas. Son hermosas y me las regala arrodillándose ante mí, todo es perfecto. –Una rosa para una belleza, mil rosas para una hermosura.- Es lo que dice cuando me las entrega. Las huelo y siento que aquel es el olor de la felicidad, del paraíso en el cual ahora me encuentro. Estamos un rato abrazados en una banca cercana, no hablamos ni tampoco nos besamos, aunque muero de ganas de probar nuevamente sus labios. Creo que pasa media hora cuando él rompe el silencio. –No quiero que me malinterpretes, pero quiero que deshagas las ilusiones de todos aquellos que creen poder tener una oportunidad contigo. Me refiero especialmente a Felipe.- No sé a qué se refiere con todo esto, por eso le pregunto qué se supone que debo hacer. Todo suena como aquellos rumores sobre su intención de destruir a su más acérrimo enemigo, pero no es posible, lo más probable es que esté celoso. –Cuando te defendió de Rodrigo, me di cuenta que está interesado en ti. Es obvio, porque al verte besándote con otro, sintió tanta rabia por no ser él quien sintiera tus labios. Ahora tú estás conmigo y quiero que le dejes en claro que no estás interesado en él, ¿entiendes?- Si supiera la verdad sobre mi relación con el nieto de la directora, no me pediría este tipo de cosas. No tengo otra opción que aceptar y prometerle que mañana mismo hablaré con Felipe.

El Chico PerfectoWhere stories live. Discover now