Mi inocencia es tuya

27. ¿El fin?

 Este capitulo es narrado en tercera persona

El viento soplaba con fuerza haciendo que las tejas de la dañada edificación sonaran de forma espantosa, haciendo que el chico de cabello claros temblara. Su mente volaba en terror y angustia, su cuerpo estaba frio y sus ojos lagrimas que el se negaba a derramar. Su cuerpo débil estaba a merced de cualquiera, sus manos atadas a una silla y piel pálida desnuda en medio del salón oscuro y grisáceo, con olor a mugre .Tan solo pensaba en Drew, su amado y cálido Drew. Le dolía saber que lo dejo pero también la felicidad y la calma lo invadía pues sabia que esta seria su ultima noche en el tierra. Pero lo que el no esperaba es que su amando y muchos más estaban fuera del lugar pensando y sufriendo en carne viva lo que el esperaba.

Afuera, en carne viva el miedo los invadía, no sabían que esperar pues su mente generaba ideas terroríficas y nostálgicas sobre el pobre Andrés. Plan pensado y plan ejecutado. Jake lidero todo y será él quien entrara por el frente, su amando Alejandro con un nudo en la garganta lo beso y se alejo con su mejor amigo. El lugar era tétrico y sin sentimiento, frio y sin escrúpulos. El corazón de Jake se acelero a tal punto que su cabeza dolía y solo el sonido de este se escuchaba en el largo pasillo. Al final solo un cuarto, una habitación en donde un castaño sonreía con cinismo, recordando los mejores y últimos momentos de su vida.

Drew y sus labios. Jake y sus abrazos, Matt y sus bromas, Alejandro...Bueno Alejandro.

-¡Andrés!- el grito de Jake alerto al chico, asustándolo y haciéndolo estremecer. Corrió hacia él, abrazo su cuerpo desnudo y beso su mejilla, lagrimas querían escapar de su ojos mientras que el castaño estaba quieto, sin aliento y el terror lo invadía. Pensaba que no era cierto que estuviera acá, pensaba que era solo un recuerdo pero sus labios y sus manos decían otra cosa

-¿Qué haces acá? Debes irte, ¡Es un loco!- grito Andrés con voz cortada

-No, vinimos a rescatarte

-¿Quienes?

De la nada los aplausos pausados de manos grandes y pesadas se escuchan de desde la oscuridad del cuarto. La sombra salía con lentitud mientras sus risas eran cada vez mas duras, Jake tembló pero no dijo nada y le entrego su chaqueta al niño para taparlo, pues estaba desnudo.

La sombra se hizo visible, un hombre obeso y con aspecto grotesco, ojos cafés y grasa en el cuello. Alguien sin sentimientos y sin remordimiento se mordía el labio con diversión.

-¡Largo!- grito Andrés y se removió en la silla-¡Vete! ¡Lárgate de aquí!

-Vaya, vaya mi querido niño...Veo que encontraste tu regalo, raro pues lo que se va nunca vuelve- La voz gruesa y seca del sujeto resonó en todo el cuarto. Andrés trago en seco y miro a su padre, horro y temor. Miro a Jake y este no entendía pues su memoria estaba perdida en un abismo.

-¿Eres tu?- murmullo Andrés, miro a su padre y grito-: ¿¡Es él!? ¡dímelo!

-Jake Robinsón, el regalo de mi hijo hace más de siete años. ¿Cómo te trata la vida después de que este inútil te dejo escapar?- Con descaro contestó indirectamente a su hijo. Andrés soltó un suspiro y miro a Jake.

Jake se removió incomodo ante su pregunta pues no entendía nada, solo hasta que el castaño dijo. << ¿Quieres ser mi amigo?>>. El recuerdo, la imagen viva volvió a él como un relámpago, callo al suelo en estado de shock, todo volvía a su mente, todo desde que lo separaron de su madre hasta que conoció a ese, ese chico de cabellos claros que le dio de comer, que lo limpio y le hablo, que lo ayudo a escapar del infierno así el no quisiera...Porque eran ...amigos.

-Andrés-dijo con voz cruda y cortada, sus lagrimas salieron, una sonrisa llena de tristeza se dibujo en su rostro. Sus brazos envolvieron a Andrés, pues su amigo había aparecido. Andrés lloraba en su hombro y juraba protegerlo como la ultima vez