Capitulo 22

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Ya en la puerta en la puerta suspiro, tomo el pomo de la puerta y lo giro. En la cama blanca que estaba en medio de la habitación, se encontraba un chico de tez pálida, dormido. En su cabeza una venda que cubre la gran herida, grande para su pequeña frente. En una silla que está a su costado tomo asiento.

Debo decir que duele verlo en este estado. Si me dolió verlo en la camilla de la enfermería esto es mucho peor. Tiene dos cables en su brazo derecho, uno con suero y el otro con sangre. En su mano izquierda un cable que conectaba a la maquina donde leían su pulso. Lento, suave y pasivo. Relajante sonido que me angustiaba.

Su pequeña y delgada mano salía de la cama. Con delicadeza la tomo y la dejo encima de esta. Tan solo miraba su mano, delineaba sus dedos con delicadeza. Es extraño que yo haga esto pero la ternura que le doy a este chico me hace sentir diferente.

— Mascota—Susurro, subo mi vista y la fijo en su delgado cabello— A veces ni sé de qué color tienes el cabello— Paso mi mano y comienzo a jugar con su cabello— A veces es castaño, otras veces es de color rubio. Un castaño claro— Suspiro— Lo siento, no quería hacer lo que hice. Solo estaba molesto y tú ya has sufrido mucho. No sé cómo un mocoso como tú me ha cambiado tanto, pero estoy feliz— Me siento estúpido en cierto sentido— Es como cuando un padre ve a su hijo montar su bicicleta por primera vez. El orgullo en sus ojos y la felicidad al ver que aprendió algo nuevo. Así me siento contigo... Eres mucho más fuerte ahora, me siento orgulloso de ti aunque nunca te lo diga. ¿Sabes por qué?... porque tengo miedo que vuelvas a ser el mismo chico débil.— dejo caer mi cabeza al lado de su cuerpo. ¿Acabo de decirle lo que siento a un niño?

***


El sabor del café invade mi cuerpo dándome una sensación de calidez. Es pasada la media noche, no me he ido y tampoco he llamado a nadie. No quiero. Tenía hambre así que vine por un café y una galleta de chocolate. La enfermera me dio una chaqueta negra para cubrir mi mancha de sangre. Aun no despertaba, no creo que lo haga pronto, solo espero que no esté en coma.

Salgo de la cafetería y me dirijo al ascensor. Al enterar me encuentro con el doctor que atendió a Andrés. Me ubico a su lado y sigo degustado mi café.

— Que bueno que te encuentro— dice— Tenia que comentarte algo

— ¿Qué cosa?— digo frío sin apartar la mirada de la puerta.

— El golpe en su cabeza fue más grave de lo que creí— al decir eso me tragante con mi galleta y lo miro sorprendido— El golpe fue producido en la parte frontal de la cabeza, como habías dicho lo encontraste tirado al final de la escalera. Al ser una superficie inestable su cabeza pudo haber rebotado en un escalón haciendo que el lóbulo frontal de su cerebro sufriera una turbulencia que podría dejar secuelas.

— Explique se porque no entendí— al decir eso suspira y gira su cabeza para mirarme.

—Amnesia, es algo normal en estos casos y no puede ser descartado. No es a largo plazo pero ese es nuestro temor, si no despierta en menos de veinticuatro horas tendremos que hacerle un tac  más avanzado— Sin esperar a que terminara y cuando las puertas se abrieron salí corriendo por el largo pasillo buscando la habitación de Andrés. ¿Cómo que reprimir recuerdos?, podría borrar todo su pasado o incluso borrar lo que vivo de ultimas. No podría ser, si se le olvidaba no sabría quien era el sujeto que estaba en las escaleras. Tengo el presentimiento de que él fue el causante de eso.

Una vez en la puerta entro como Pedro por su casa. Al pisar la baldosa color blanco con líneas grises claro me detengo. En ese mismo lugar, conmigo y con el mocoso estaban Ann, Jake y un sujeto de cabellos rubios. Estaban felices, despreocupados y sabía la razón. Era por el sujeto de cabello despeinado, el de tez pálida que me miraba con desconcierto

— Despertaste— digo en voz baja. Eso es bueno ¿No? No olvido nada.

— ¿Qué haces acá?— refunfuña el rubio. Jake lo toma del brazo y lo saca del brazo cerrando la puerta a su paso. Ann me mira con rabia y yo solo me encojo de hombros.

— ¿Por qué carajos no nos dijiste nada?, ¿Que demonios pensabas? Tengo más que claro que es de tu propiedad pero es mi amigo, no tienes el maldito derecho de escondernos esto. ¿Sabes como nos enteramos? Cuando el conserje limpiaba la maldita sangre de las escaleras

— Ann— la llama Andrés— ¿podrías dejarme a solas con él?— Ella frunce el ceño y se da vuelta para salir no sin antes empujar me con su hombro. . Miro a Andrés y él baja la mirada con temor.

— ¿Estas bien?, ¿Te duele algo?— cuestiono y el niega con la cabeza— ¿Qué tienes?, deberías estar preguntando ¿qué paso?— bromeo pero él ni se inmuta. Me acerco a él y cuando trato de tocarlo se aparta— ¿Qué te pasa?

No dice nada y lo único que hace es estirar la mano para tomar su celular. En su poder teclea algo y me pasa el negro aparato.

¿Puedo hablar?

 Lo miro con desconcierto y al hacerlo el agacha la cabeza.

— Si, no veo porque no— digo y el sube la mirada

—No me pasa nada

— ¿Seguro?— asiente— No te creo

— Po~Por favor no me ha~hagas nada— dice con miedo y en sus ojos se forma un cristal de lágrimas.

— No, no llores— digo rápido y lo rodeo con mis brazos pero en vez de corresponderme comenzó a llorar de forma más desesperada.

— Po~Por favor— sorbe por la nariz. Me aparto y frunzo el ceño. ¿Qué le pasa?

  — Andrés, no te haré nada— Limpio sus lagrimas—    Te prometí que nunca te dejaría, ¿Que pasa?

— Drew, acompáñame— la voz de Jake hace que lo suelte, Andrés comenzó a llorar y abraza sus piernas. Salgo del cuarto con la cabeza agacha buscando una respuesta lógica a lo sucedido.

— Drew, Andrés volvió a ser el mismo de antes— dice Ann con tristeza

— ¿De que hablas?— Ann y Jake comparten miradas.

— Obviamente debes acordarte que cuando Andrés piso el instituto era un chico tímido, retraído y un tanto estúpido

— Inocente deberías decir— dice Ann

— Sí, eso. Lo que pasa es que volvió a ser inocente. La fuerza o la rudeza que consiguió de la nada se espumo. El tan solo volvió a ser un niño

— Es imposible— Paso mis manos por mi cabello. ¿Como se supone que debía tomar esto? ¿Volvió a ser ese niño estúpido que no le importaba si lo pisotearan?.—¡Es imposible! 

— ¡Cálmate!— me regaña Ann— No es tan malo. No es que cambie en nada que haya vuelto a ser así

  — ¿Nada de malo?—Me acerque a ella de forma desafiante a lo que ella retrocedió chocándose contra la pared— No sabes lo que hice por el, no sabes las noches en vela que pase solo por buscar su seguridad y ahora me dices que eso no importa

— Drew

— ¡No tienen ni idea!— Grite— Ese niño— Señale la puerta— El maldito niño que esta en ese cuarto no es Andrés, ese no el el chico al cual le prometí miles de cosas.— Tome de la camisa a Jake en cuanto me empujo— No tienen ni la menor idea de todo lo que el perdió, y si se preguntan de donde había salido ese nuevo Andrés— Lo solté de forma brusca— Fue gracias a mi, imbeciles— Me gire— ¡Esto no se quedara así!



¿Alguien más le gusta mago de oz?

¿Por qué hago capítulos tan cortos?

V.D

Mi inocencia es tuyaWhere stories live. Discover now