Lilith sintió el estómago caerle.
Michael maldijo por lo bajo.
Los sentaron en sillas separadas, sin mirarse.
Lilith apoyó las manos en las piernas, moviendo el pie nerviosamente.
Michael estaba serio, mirando la pared, como si así pudiera desaparecer.
La directora entró con el inspector.
—Bien. —Habló con un tono que helaba el alma—. ¿Algo que quieran explicar antes de llamar a sus padres?
Lilith abrió la boca... y no salió nada.
Michael respiró hondo.
—Yo fui el que la sacó de la sala —dijo él, sin mirarla—. Ella no tuvo la culpa.
Lilith lo miró rápido, sorprendida.
—Los dos son responsables —respondió la directora—. Y ambos estaban... haciendo cosas que no corresponden en un recinto escolar.
Lilith sintió el calor subiéndole a la cara.
—Voy a llamar a sus madres —dijo ella, tomando su teléfono.
El corazón de Lilith empezó a latir más fuerte.
La de Michael... también.
Primero llamaron a Giselle.
Lilith escuchó solo pedazos:
—Sí... encontrada con un compañero... en la sala de limpieza...
—No, no es grave, pero sí inapropiado...
—Sí, señora, puede venir enseguida...
Lilith sintió que iba a llorar.
Luego, llamaron a William, el padre de Michael.
La voz de la directora cambió un poco, más seria.
—Sí, señor Afton... su hijo...
—Lo encontré con una compañera...
—Sí, en un lugar donde no deberían estar...
—Lo siento, tendrá que venir también...
Michael cerró los ojos, como si un golpe lo hubiera atravesado.
El reloj parecía sonar más fuerte que nunca.
Lilith miró hacia Michael. Él estaba inquieto, haciendo girar una cadena en su muñeca.
Ella susurró, apenas audible:
—Perdón...
Michael negó con la cabeza.
—No es tu culpa —dijo él, bajito, sin que el inspector escuchara.
Pero su expresión decía claramente que estaba asustado por su papá.
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La puerta de dirección se abrió con fuerza.
—Buenas tardes —dijo Giselle con una voz tensa, cortante, que Lilith rara vez escuchaba—. Soy la mamá de Lilith.
La directora la saludó con un gesto, pero Giselle ni siquiera miró a la mujer:
sus ojos se clavaron directamente en Lilith, y la expresión bastó para que la niña quisiera hacerse pequeñita en la silla.
—¿Me puedes explicar qué estabas haciendo? —preguntó, con una calma demasiado forzada.
Lilith bajó la cabeza.
—Mamá, no era... no estábamos haciendo—
—NO quiero excusas. —Giselle habló en un susurro frío—. Me llamaron del trabajo para venir por esto.
Lilith sintió el estómago apretado.
La directora intervino:
—Señora Giselle, ya hablamos con ambos alumnos. Como sanción, estarán suspendidos tres días. No podrán asistir a clases hasta el jueves.
El silencio que siguió fue mortal.
Giselle ladeó la cabeza, incrédula.
—¿Susp... qué? ¿Suspensión? ¿A Lilith? ¿A MI hija?
La directora asintió.
—La conducta amerita—
—Mi hija jamás se había metido en problemas —interrumpió Giselle—. JAMÁS.
Lilith sintió un nudo en la garganta.
Era peor escuchar a su mamá decepcionada que cualquier castigo.
Justo entonces, la puerta volvió a abrirse.
Entró William Afton, con su típica presencia imponente, el ceño fruncido y los hombros tensos.
Michael se enderezó al instante, rígido, como si hubiera sido entrenado para reaccionar así.
William miró rápido a la directora, luego a Michael... y después a Giselle y a Lilith.
—¿Qué pasó? —preguntó con la voz grave y pesada.
La directora repitió la explicación.
Cuando mencionó "sala de limpieza", William cerró los ojos un segundo, respirando como si intentara no explotar ahí mismo.
—Michael. Afuera —ordenó él.
Michael tragó saliva, se levantó y salió, sabiendo que la tormenta venía.
Cuando quedaron un momento solas, Giselle se inclinó hacia su hija, hablando despacio pero con esa rabia silenciosa que dolía más que los gritos.
—Lilith... ¿qué estabas pensando?
—Mamá... no fue así... yo... yo solo—
—¿Qué hacías tú escondida con Michael ? —dijo Giselle, sin elevar la voz—. ¿Qué necesidad? Sabes que este año necesitas enfocarte. Y ahora esto... ¿suspensión? ¿En serio?
Lilith no pudo responder.
Solo bajó más la cabeza, sintiendo el peso de la culpa aplastándola.
Giselle suspiró fuerte, pasándose una mano por la cara, cansada, agotada, frustrada.
—No estoy enojada por Michael —mintió a medias—. Estoy enojada porque no esperaba esto de ti.
Esas palabras dolieron mucho más que cualquier castigo.
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𝓐t͟a͟d͟o͟ a t͟i͟ ┆ M͇i͇c͇h͇a͇e͇l͇ ͇a͇f͇t͇o͇n͇ ͇
FanfictionTodos los personajes son propiedad de fnafokei
