༺☆But I'm a mess☆༻

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Seong Je POV

Me incliné sobre él, tan cerca que podía sentir cada temblor que recorría su cuerpo.
Beom Seok estaba completamente entregado, vulnerable de una forma que me volvía loco.
Verlo así, retorciéndose por mí, era peor que cualquier provocación.

Metí mis dedos más adentro, más profundos, sintiendo su estrechez.

Toqué ese punto; lo supe al verlo retorcerse y gemir.

—S-Seong Je... ah... mmph... —su voz se quebraba de placer.

quebrada como si apenas pudiera sostenerse
Sentí mi propia ereccion que casi dolía.
Ese sonido... esa expresión...
Me daban ganas de garcharlo por completo, de tomarlo hasta que se olvidara del nombre de cualquier otro.

—¿Qué mierda? ¿Por qué putas me llamás? —Wooyoung sonaba molesto, confundido.

No pude evitar sonreír.

—Mal ahí, pa —contesté con una calma que sabía que lo iba a irritar—. Para la próxima capaz seas vos... pero ahora es mío.—le hablé, para luego tocar de nuevo ese punto.

Beom Seok soltó otro gemido, más alto, agarrándose a las sábanas como si se estuvieran derrumbando debajo de él.

—Ah... S-Seong Je... más... —su voz salió rota, desesperada, perdida.

Lo miré desde arriba.
La boca entreabierta, las mejillas rojas, el cuerpo temblando por mí.
Las sábanas arrugadas bajo sus manos.

Se veía tan hermoso que me costó respirar.

Me acerqué a su oído, dejando mi voz caer en un murmullo oscuro.

—Decímelo otra vez.

Él tembló.
Casi se arqueó buscando más de mí.

—M-más... por favor... —susurró, al borde de quebrarse.

La llamada se cortó y una risa me quemó el pecho.
Qué idiota. Como si alguna vez pudiera competir conmigo.

Miré a Beom Seok ahí, debajo mío, temblando, respirando rápido, todo el cuerpo pidiéndome sin decirlo.
Sentí un tirón caliente en el estómago.

—No sabés cómo me ponés —murmuré contra su cuello, dejando que mi voz rozara su piel mientras lo acercaba, presionando su entrada contra mí ereccion.

Él gimió apenas sentirme.
Se movió, lento, como buscando fricción, como si no pudiera evitarlo.
Ese sonido, ese temblor... me volvió casi animal.

—Eso... así... —susurré, agarrándole la cintura para guiarlo—. Mirá cómo te movés... parecés una zorrita buscando que la cojan. 

Se frotó otra vez, más descarado, más desesperado, la respiración quebrada contra mi clavícula.

—Qué trolita que sos... —le dije en un hilo de voz ronco, sosteniéndolo firme—. Desesperada... toda temblando como puta.

Le tomé la cara con una mano, obligándolo a mirarme.
Sus labios hinchados, los ojos brillando, las mejillas coloradas.

—Decímelo —ordené, sin dejarlo escapar—. Decime que me querés dentro de vos. 

Mi respiración chocaba contra la suya.
Él tragó saliva, tembló, abrió la boca... y el sonido que salió me incendió.

—Cojeme, por favor... —la voz de Beom Seok salió rota, temblorosa, cargada de esa necesidad que me volvía loco.

Se arqueó contra mí otra vez, buscando mi cuerpo como si lo necesitara para respirar.