Él.

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Una risa nerviosa salió de mis labios temblorosos. Después, todo pasó a cámara lenta, cuando nuestras miradas se encontraron. Y fue como si todo este tiempo no hubiera pasado. Sentía las mismas asquerosas mariposas en el estomago, esa sensación en el corazón, sentia que mis lagrimales, mi pecho, mi mundo estallaria en ese justo instante.

Juro que había soñado todas las noches durante tres años con este momento.

Su mirada fue como la primera vez que la vi. Con el mismo dolor y agonia, pero esta vez, yo era la culpable. Tenia ganas de abrazarle y decirle que de nuevo, todo estaría bien, o que ahora el me abrazara a mi. Por que sentí mi corazón quebrarse aun más cuando él apartó la mirada con mueca de indiferencia y miró a la Hokage.

- ¿Cuando quiere que peleemos? - Le preguntó.

- Esta tarde a las 5. En el campo de entrenamiento 12.- Respondió ella cruzando los brazos sobre su gran busto. Su mirada viajó hasta mi y alzo las cejas.- Se puntual. No te recomiendo que hagas enfadar a Neji.

- Oh, no sabes con quien hablas, Tsunade.- Contesté rodando los ojos. - Ya puedes estar preparándote, Hyuga.- Me giré y le miré.- Ya puedes pelear enserio...- Me di la vuelta y camine hacia la puerta.- No como aquella vez en la cascada.- Abrí la puerta.- Hasta esta tarde. Adiós, Hokage-sama.

Cerré la puerta detrás de mi y apoyo la espalda, pasando las manos por mi cara y soltando un suspiro de frustración.

Unos pasos fuertes de oyeron y miré con los ojos bien abiertos hacia el final del pasillo.

Cuando quise darme cuenta dos personas me sostenían entre sus brazos mientras me estrujaban.

- ¡Creo que voy a morir!- Grité. Sabia perfectamente quienes eran sin verles.- ¡Lee! ¡Gai-sensei! Acabo de llegar y ya queréis hacerme desaparecer. ¡Necesito respirar! ¡Ay! ¡Pero no me solteis de golpe! Maldita sea.- Me levante del suelo y me sobé el culo.

- ¡Estas aquí! ¡Oh dios mio! ¡Estas aquí! ¡Puedo tocar tus mejillas!- Chillaba Lee agarrando mi moflete y estirando.

- ¡Y sigues con el espíritu de la juventud! ¡Asi me gusta!- Habló mi sensei haciendo la pose guay.

Les miré a ambos y luego reí.

- ¡Os he echado de menos!- Anuncié abalanzandome sobre ellos.

- ¡Y nosotros a ti!- Respondieron ambos.- Mirate, estas hecha una mujer.- Habló Gai-sensei.

- Pero sensei, mire.- Lee se puso a mi lado.- Sigue igual de enana.- Yo emití un gruñido, y haciendo un hilo de chakra ancho, golpeé a Lee.- Eso duele.

- Es lo que quería. - Sonreí.

- Veo que has mejorado.- Rió Gai-sensei.- Me gustaría verte pelear.

- Ahora que lo dice no sabe contra quien debo hacerlo, justo es...- Y antes de que pudiera pronunciar su nombre la puerta del despacho de Tsunade-sama se abrió, golpeándome. Sentí mi cuerpo dejarse caer hasta que un brazo agarro mi mano, parandome. Yo intente estabilizarme, pero sentir de nuevo el tacto de su piel me hizo temblar.

- Sigues molestando hasta para abrir una puerta.- Se quejó el Hyuga. Soltandome, una vez que habia recuperado el equilibrio.- Recuerda, a las 5.- Caminó por el pasillo.- Adiós Lee. Adiós sensei.- Se despidió.

- ¡Estoy aquí!- Chillé con molestia.

- Por desgracia.- Contestó antes de desaparecer en la lejanía del pasillo.

Solté aire que había retenido y di con una con el pie en el suelo, con rabia.

- Idiota.- Refunfuñe.

Gai-sensei soltó una carcajada.

- Bendita juventud y sus amores.- Susurró.- Luego hablaremos, ___. Tengo que ir a una misión.- Se excusó.- Lee, ¿te quedas con ella?

- ¡Por supuesto! ¡Tenemos mucho de lo que hablar!- Contestó él.

- Lo suponía.- Rió.- ¡Ya nos veremos, chicos! ¡Suerte contra Neji!

- ¡No la necesito!- Sonreí. Gai-sensei se fue y yo me quede con Lee.- ¿Vamos a tomar algo?- Pregunté.

- Vamos.- Contestó él.

Caminábamos por la aldea, algunos me saludaban, otros se me quedaban mirando. Pues irse con Jiraiya tres años no es algo que puedan hacer muchos.

Lee y yo hablamos de mi entrenamiento. Sobre lo difícil que era controlar mi poder y los problemas que teníamos con Naruto cuando el Kyubi le dominaba. Ese zorro era molesto y difícil de controlar. Cuando intentaba atarle podía hablar con él. Creo que no había conocido a nadie con tan mal humor. Encima dentro de Naruto, uhg, ahí dentro no huele bien.

Una vez llegamos a un bar y ambos pedimos un té. Una pregunta recorría mi mente y sabia que solo podía contestarla Lee. Pero tenia tanto miedo de pronunciarla.

Mi pierna se movía a la velocidad de la luz, y mi vista viajaba por todo el local.

- Y... esto...- Mordí mi labio inferior.

- ¿Uh?- Lee tomó un trago de té.

- Esto... ya sabes... tu ¿hablas mucho con... él?- Una sonrisa por parte de Lee y una risita nerviosa.- Es curiosidad, ya sabes.

- Creo que soy con el único que ha logrado abrirse. Aparte de ti, claro.- Me miró con ternura.- ¿Qué quieres saber?

- Me...¿me sigue queriendo? ¿Aun que sea un poquito?- Mis ojos estaban húmedos y mis dedos apretaban la taza.

- Más que a su vida.










Por ti. [2° temporada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora