—¿A qué costo? —murmuró Iván, pero la única persona que lo escuchó fue Teresa.

Todos se quedaron en silencio unos minutos, pensativos. Violet se removió en los brazos de Newt y abrió los ojos. Ambos se miraron con ese brillo que los distinguía, esa chispa de amor que hacía que pareciera que nada más existiera, solo ellos dos en su mundo. Thomas los miró y bajó la mirada, apenado.

Había recordado lo que le había hecho a la chica. Estaba arrepentido, pero ya no había vuelta atrás. Y ella no lo recordaba, lo cual era más que bien para Thomas. Podían entablar una conversación sin pelear, y sabía que ella confiaba en él. Con eso era suficiente.

La puerta se abrió, sacando a todos de su burbuja. Se levantaron al ver a un guardia aparecer y apartarse para dejar entrar a un hombre. Todos se colocaron frente a él.

—Chicos, ¿están bien? —preguntó el hombre, centrando su vista en ellos—. Lo siento por el alboroto. Había una horda.

Iván lo miró unos segundos y sus ojos se cristalizaron un momento, así que respiró profundamente. Teresa le echó una mirada, pero el chico solo le sonrió y prestó atención a lo que el hombre decía.

—¿Quién es usted? —preguntó Thomas, colocándose al frente de todos como si fuera el líder.

—Soy la razón por la que siguen con vida —dijo el hombre, mirando a Thomas con una sonrisa—, y pretendo que siga así. Ahora, vengan conmigo. Los llevaremos a instalarse.

El hombre retrocedió y empezó a caminar. Todos se miraron, dudosos, pero aun así lo siguieron, con Thomas al frente. "Como un rey", pensó Violet. Siguieron al hombre unos pasos alejados, pero aún escuchando lo que decía.

—Pueden llamarme Sr. Janson. Yo dirijo este lugar —Janson señaló las instalaciones—. Para nosotros es un santuario... a salvo de los horrores del mundo exterior.

Todos supieron que se refería a la ciudad destruida que vieron desde el helicóptero, junto con aquellas criaturas extrañas en forma de humano de hacía un rato.

—Tómenlo como una parada de descanso. Un hogar temporal. Cuidado —Janson señaló unas chispas que caían del techo.

—¿Es decir que nos llevará a casa? —preguntó Thomas. Janson sonrió sin que lo vieran y se volvió hacia él sin dejar de caminar.

—A una especie de hogar —respondió antes de volver su vista al frente—. Tristemente, no queda mucho de sus lugares de origen. Pero tenemos un lugar para ustedes: un refugio lejos del desierto, donde CRUEL no podrá hallarlos. ¿Les gusta cómo suena?

Esas palabras hicieron suspirar a Violet con nerviosismo. Ese lugar no le daba buena espina, tampoco el hombre que hacía de guía turístico. Además, le parecía extraño que personas de la nada aparecieran y les ofrecieran un hogar y comida; era como si intentaran que confiaran en ellos fingiendo no ser los malos. Newt apretó la mano de Violet, sacándola de sus pensamientos. Ella miró al rubio a su lado, quien le lanzó una mirada extraña. Violet solía pensar haciendo caras, y él lo sabía; además, su expresión de disgusto se notaba a kilómetros.

—¿Por qué nos ayuda? —preguntó Minho, extrañado, luego de intercambiar una mirada con el chico de cabello rizado a su lado.

—Digamos que el mundo está en una complicada situación —respondió Janson—. Sobrevivimos a duras penas. El hecho de que hayan sobrevivido al virus los convierte en la esperanza de toda la humanidad. Por desgracia, también los convierte en un blanco, como seguramente ya lo notaron.

Experiment | NewtWhere stories live. Discover now