Violet solo quería estar con Newt, pero el Laberinto guarda un secreto más oscuro que los Grievers. WICKD no la envió para salvar a la humanidad, sino para completar su transformación convertirla en la Reina. Y la traición más dolorosa vendra de su...
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Chapter Two: In Peace
DESPUES DE HORAS en el helicóptero, habían llegado a una base rodeada de soldados. Los sacaron a rastras de la aeronave; algunos soldados disparaban a personas que se acercaban corriendo hacia ellos en la oscuridad. Minho fue rápidamente a despertar a Thomas al ver el desastre que se desataba. Los llevaron a una especie de garaje gigante, donde todos se quedaron paralizados, impresionados al ver cómo los soldados armados corrían de un lado a otro apurados. Cerraron las puertas detrás de ellos mientras Thomas se colocaba en el centro del grupo. Uno de los soldados, sin mediar palabra, los empujó a todos hacia una habitación. Confundidos, empezaron a patear la puerta de la oscura sala.
Finalmente, las luces se encendieron y todos miraron sorprendidos lo que tenían delante: una gran mesa se extendía frente a ellos con un bufé de comida y postres. Frypan fue el primero en correr hacia ella, seguido por los demás. Llevaban aproximadamente un día sin comer y sus estómagos ya empezaban a pedir alimento a gritos.
Violet tomó un pollo y se sentó con tranquilidad. Miró a sus amigos, que bromeaban entre sí mientras se lanzaban comida, lo que la hizo reír levemente. Notó la mirada de Thomas sobre ella, pero simplemente lo ignoró. Era un momento feliz dentro de todo el desastre. Ni siquiera sabían dónde estaban o quiénes eran las personas que los habían traído allí, pero quería disfrutar ese momento por el simple hecho de que luego todo podría salir mal.
Después de haber devorado el bufé, todos se sentaron en el suelo, separados, con los estómagos llenos y agotados por todo lo vivido en las últimas horas.
—No sé quiénes son estas personas —rompió el silencio Frypan desde detrás de Thomas—, pero debo felicitarlos por lo bien que cocinan.
Sus palabras arrancaron risas a todos. Violet apoyó su cabeza en el hombro del rubio que estaba detrás de ella —Newt—. Ambos estaban sentados sobre unos sacos, Violet entre las piernas de él. A su lado estaban Teresa e Iván, quien, extrañamente, no se había separado de la chica desde que salieron del laberinto. Thomas estaba sentado frente a ellos, apoyado contra otros sacos, con la mirada perdida en sus manos.
—Cocinan bien, pero... no sabemos quiénes son —dijo Teresa, con voz dudosa—. No sabemos nada de ellos.
—Se podría decir que no son los malos —intervino Newt, acariciando la cintura de Violet, que tenía los ojos cerrados y estaba acostada sobre su pecho. Minho, que estaba recostado sobre la mesa detrás de ellos, se incorporó.
—Es suficiente para mí —dijo el asiático, apoyando su codo en la mesa y dejando todo su peso sobre él—. Ustedes piensan demasiado. Somos libres. Disfruten.