Me quedo con ustedes #29

1.1K 59 2
                                    

Maratón 2-3

Narra Joaco: Tenía que hacer algo por lo menos para poder comunicarme con Caro sin que sepa que soy yo.

Ella se fue a la maña siguiente y fui a comprar un nuevo número para poder hablarle por mensaje de texto sin que sepa que soy yo.

Narra Caro: Hoy me fui al orfanato porque era el cumple de una de las chicas y tenía que estar con ellas como sea, le dije eso a Joaco para que se quedara pensando así como me deja a mí siempre. Llevé unos regalos y dos pasteles, pero sin que nadie se enterara.

Entré al orfanato y me invadieron las ganas de llorar a mares, me contuve, tenía que estar presentable y no llegar como un tomate inflamado por llorar. Fui a las habitaciones y me sorprendí al verlas levantadas. Grité, se asustaron y gritaron. Las extrañaba.

Con las chicas nos abrazamos como pudimos, estaban todas. Estuvimos un rato en el suelo llorando, riendo y gritando como unas locas.

— Estas mas grande, Caro. — me dijo Anto. Sonreí.

— Sí, es cierto. — respondió Vale. — Te extrañamos, Caro.

Todas asintieron. — Y yo a ustedes. — volvimos a llorar.

— Contanos todo, Caro. — dijo Flor.

Me reí. — ¿Cuál todo?

— Todo lo que pasa con el bombón de tu hermano, te conozco, Caro. — me sorprendí al escuchar diciendo eso a Vale.

— ¡Cierto! Estaban muy cariñosos en la fiesta. — respondí Cande.

— No pasó nada, chicas. — mentí. No podría decirles lo que había pasado esa noche. — Lo odio todavía. — nos reímos.

Vi que Anto salió un momento y seguimos hablando con la chicas de todo. Regresó y dijo: — Hay unas maletas afuera, ¿de quién serán?

— Son mías. — me miraron asustadas. — No, no me regresaron, solo me quedo con ustedes otra vez por un mes.

Todas gritaron.

Me uní a sus gritos de emoción. Las amo.

Nos dormimos con las lágrimas de felicidad, pero a la mañana sentí que estaba empapada, me acordé de que estaba hoy con ellas, así que pacíficamente les sonreí a las chicas que me miraban sonrientes. — Chicas, empiecen a correr porque las mato a todas. — y al segundo ellas me hicieron caso.

— Esto es por todas las que nos debías, pendeja. — gritó Anto.

Me reí a carcajadas. — Este mes me las van a pagar, zorras. — se rieron todas mientras seguían corriendo a quién sabe dónde pero me encontré en el camino con la más zorra de todas. Charo.

— ¿Qué haces vos acá? — dijo con cara de puta.

— No te importa, cariño, pero te vine a hacer compañía por un tiempo.

— ¿Te devolvieron por comerte a tu hermano mientras dormías con él? — me sorprendió.

— ¿De qué estás hablando?

— Lo que escuchaste, corazón. ¿Qué pensaste? ¿Qué nadie te vio? — no respondí. — Te vi, querida. — elevó una ceja. — Que asco me das.

— Lo mismo digo, estúpida.

— Y encima no lo negás, que puta.

— No tengo por qué negar algo que es cierto. — me pasé pero es una zorra y sabía lo que había hecho, así que no me importa.

Corrí nuevamente al patio donde sabía que iba a encontrarme a las chicas. — ¿Qué pasó? — preguntó Flor.

— Nada. — elevé los hombros. — Me quedé hablando con Charo.

Todas me miraron mal. — ¿Estás mal de la cabeza, verdad?

— No, ¿por qué?

— Dijiste: Hablando con Charo. — asentí. — ¡Como si fuera lo más normal!

Nos reímos. — No, estábamos peleando, normal.

— Cantemos, chicas, hace rato que no cantábamos juntas.

— ¡Ay sí! Hace tiempo que no cantamos juntas.

Cantamos. 

¿Me enamoré de mi Hermano/a? || JAROLINA || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora