Narra Caro:
Llegamos a casa, comimos y me cambié ya lista para irnos al parque. En el trascurso del almuerzo le dije a Lara que íbamos a ir al parque, así que con Joaco fuimos y estábamos de lo mejor.
Joaquín me dijo que iba al quiosco de la esquina, mientras que yo observaba jugar a todos los niños, esto es algo nuevo para mí.
Para mi sorpresa Lara salió un poco a la calle con un chico castaño. Me percaté de que venía una moto, me asusté. — ¡Lara cuidado! — fue lo único que pude hacer.
Vi a Joaquín que salía corriendo hacia donde el pequeño cuerpo de Lara estaba inmóvil a media calle. Me quedé en shock. Reaccioné cuando vi llorar a Joaco y pidiendo ayuda. Al momento los bomberos vinieron y ambos nos subimos en la ambulancia.
Lara iba toda raspada, mi corazón se partió al ver llorar a Joaco. Estuvimos en la sala de espera en silencio, hasta que decidí hablar.
— Joaco, todo va a estar bien. — intenté abrazarlo pero se alejó inmediatamente.
— ¿Cómo te atreves a decirme que todo va a estar bien cuando los doctores no nos dicen nada? — me mira enojado. Intento tranquilizarlo pero me interrumpe. — No Caro, no. Si hubieras visto a Lara y no a otras personas hubieras prevenido toda esta mierda. Solo llegaste vos y cagaste mi vida y la de mi hermanita.
Sentía mis lágrimas aproximarse. — No me digas eso, por favor. Yo no tuve la culpa.
— Sos la culpable de esto. No te hubiera hecho caso del ir al parque. — dijo Joaco, tenía razón. Fue una idea tonta. — No contestas porque tengo razón ¿no es así?
Estaba a punto de protestar cuando el doctor aparece. — ¿Familiares de Lara Ochoa? — ambos nos levantamos, sin mirarnos. — Un adulto, por favor.
— Ya viene en camino nuestra madre. — dije con un nudo en la garganta.
El doctor nos vio. — Disculpe, pero es necesario un adulto. — Y dicho eso se fue.
— ¡Por favor díganos! — suplicó Joaco. Se volteó hacia a mí. — ¡Ves lo que causas! ¡Desgracias! ¿Por qué no te alejas de nosotros? ¿Por qué no te volves al orfanato? Ni siquiera pudiste ver a Lara 10 segundos, te odio.
Narra Joaco:
— ¡Joaquín Ochoa! ¿Cómo le decís eso a Caro? ¿No ves que dañas con tus palabras horrendas? — me dijo mi madre al llegar.
Carolina con los ojos llenos de lágrimas se fue llorando, no se adonde pero lo hizo.
— Es la verdad. — dije sin una pizca de remordimiento.
— ¡Sos un tarado! ¡Vos no sabes lo que es no tener una familia, no tener en quien confiar! ¡No la vas a tratar así nunca más! ¿Me entendiste?
Con vergüenza le dije: — ¡Baja la voz, mamá!
— No, no voy a bajar nada la voz. La vas a ir a buscar y le vas a pedir disculpas a la pobre niña. — dijo mi madre mientras escuchaba que comenzaba a llover.
En eso llega el mismo doctor. — ¿Es la familiar de Lara Ochoa?
— Si, ella es mi hija ¿Cómo está? — preocupada preguntó.
— Su hija está de maravilla, solamente fue un pequeño desmayo que tuvo. Podrá ser de alta ahora mismo. Solo necesito que firme, acompáñeme. — con eso mi madre se fue dejándome solo y emocionado por mi pequeña hermana.
Fui a buscarla al comedor y no estaba, así que fui al estacionamiento y ahí, si estaba.
Me acerque con cuidado, a veces soy muy idiota, bipolar y estúpido pero en realidad es un escudo. — ¿Caro? — ella no respondió. — Caro, por favor. Lo único que dijo fue un "déjame en paz" — Bien, solo venía a decirte que Lara está bien, que ahora mismo nos iremos.
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¿Me enamoré de mi Hermano/a? || JAROLINA ||
Teen FictionCarolina Domenech, es una chica inteligente, amigable y tierna. Lamentablemente es abandonada en un orfanato de Argentina, pero eso no le quita la energía y felicidad que la caracteriza. Consiguió algunas amigas con las cuales se llevan bien y tam...