¿Me enamoré de mi Hermano/a? || JAROLINA ||

Nueva vida #6

Especial de Navidad 3/5
Narra Joaco

Mi mamá me levantó a las 7:00 am del sábado. ¡Sábado! Es una locura todo esto. Me cae tan mal que mi mamá ahora si quiera estar con nosotros. En fin, me bañe, me cambié. Me puse una remera/playera gris, un pantalón de lona azul y mis vans negras.

Desayunamos en "familia" y mi mamá nos dio un gran sermón de que no la tratemos mal, que sea como nuestra hermana, pero no. No lo va a ser y nada va a cambiar eso. Lo peor de todo es que mi madre me dijo que iba a tener que compartir mi cuarto.

Vivimos en una estúpida mansión con demasiadas habitaciones y ella justo va a tener que dormir en mi habitación. No escuché lo demás porque estaba pensando en que iba a hacerle para que se asustara y se fuera de mi cuarto.

Fuimos al orfanato y ahí estaban todas las chicas que conocí ayer, llorando. Me dio risa, y más el cartel que le dieron, no sé qué les dijo mamá, no puse atención. Cuando ya venían para acá vi que Carolina se venía limpiando las lágrimas y me saludó.

— Hola. — no me lo esperaba.

— Buenas, buenas. — contesté. No había de otra. Esperamos a que Cecilia y Lara se subieran al auto.

— Y nena... ¿Cómo te sentís? — sonrió mi madre. Ella al igual de emocionada que Lara y mi madre se miraba.

— Y... pues me siento emocionada, tengo muchas emociones juntas. — contestó educadamente Carolina. Chupa medias.

— ¿Cuántos años tenes? — preguntó Lara. Ella se sonrojó inmediatamente.

— Pensé que sabían... — dijo Carolina, un poco tímida.

— No nena, nadie sabe. — contesté de manera seca.

— Joaquín, compórtate, por favor. ¿Qué hablamos? — me retó mi madre, mirándome por el retrovisor.

— Tranquila, no se preocupe. — dijo Caro. Esa niña me quiere dejar en mal.

— Es que este chico siempre me hace quedar... — la interrumpí.

— Dijo que te quedes tranquila, mamá. — dije entre dientes.

Lara me pegó en el brazo. — ¡Cállate! Vos no entender nada. — dijo la pequeña niña a mi lado.

— Cállate vos, enana.

— ¡Cállate vos! — gritó de manera chillona.

— No, vos cállate.

— Vos hace caso. — dijo Lara.

— No vos, hace caso. — repliqué.

— ¡Bueno chicos! ¡Basta los dos! ¡Me tienen harta! — dijo mi mamá. Mientras que la estúpida de la huérfana se rió entre dientes.

— ¿Y vos de que te reís? — dije enojado. Le divertía que nos tratara mal Cecilia, que tonta que es.

— ¡Joaquín! Deja de ser tan niño. Por favor. — dijo Cecilia.

— Cálmense todos y ya. — dijo con su pequeña voz de niña tonta, como odio a Carolina.

— Si, tenes razón Caro. — le guiñó el ojo a Carolina.

— ¡Ah bueno! ¡Ahora ella tiene razón en todo ¿no?! — dije enojado.

Ignorándome mi madre cambió de tema. — Mira Caro, dentro de un par de meses o más van a decorar tu habitación, y en ese tiempo hemos decidido que te tocará compartir habitación con tu hermano Joaquín. — Esa idea no me parecía, en nada. Carolina me miró y luego miró a Cecilia.