El sol se encuentra alto, pero no calienta.
El mar se estira a mi alrededor como una sábana fría y vacía.
Las velas del bote se inflan con suavidad, y el crujido de la madera es el único sonido que me acompaña.
Estoy solo. Y, por primera vez en días... no me quejo tanto.
Me siento en un rincón, dejando que el viento me revuelva el pelo mientras mi cuerpo descansa.
Huele a sal, a madera mojada... a libertad.
Podría relajarme, podría disfrutar esto.
Pero mi mente no coopera.
Pequeños recuerdos de la fiesta del día anterior se filtran como burbujas de risa, pero también de vergüenza.
Eso no debía pasar otra vez.
¿Me dejé llevar... y terminé besando al payaso más icónico de todo One Piece? Vamos ____, tienes que tener firmeza.
«Le pasé los dedos por el mechón azul que caía sobre su hombro.
Era suave. Ridículamente suave.
──Te queda mejor así -susurré, sin saber si era el ron o yo hablando- Atado.»
Sacudí con fuerza mi cabeza, intentando borrar ese recuerdo.
-Que idiota...- murmuré, sintiendo mi rostro arder.
Tenía que dejar de pensar en eso.
Necesitaba... otra cosa, otro recuerdo.
Miré el mar. El viento. El sol que ya se escondía tras una nube.
Y, como si alguien me hubiera llamado desde atrás, vino a mí la imagen de la ciudad tranquila.
El primer sitio en mucho tiempo donde no sentí que tenía que correr, esconderme o morder.
Isla Orange.
El mareo no me daba tregua, pero logré llegar al puerto. La ciudad parecía tranquila, normal. Nada como la versión destruida que conocía del futuro.
El alcalde me ofreció su casa para descansar. Agradecí y usé el tiempo justo para una ducha rápida y dormir un poco. No mucha gente te abre la puerta de su casa sin hacer preguntas, y el alcalde de Isla Orange fue una excepción rara.
El recuerdo me lleva a esa pequeña sala de madera, donde un cachorro blanco dormía enroscado junto a la estufa.
Shushu.
El alcalde me dijo que ese era su nombre, aunque el animal parecía reconocerlo solo cuando él o su dueño lo decía.
Conmigo, fue diferente desde el principio.
En cuanto crucé la puerta, sus orejas se alzaron.
No ladró, no gruñó. Solo se acercó, cabeza baja, moviendo la cola despacio.
Sus ojos se clavaron en los míos como si entendiera algo que ni yo sabía.
Cuando estiré la mano, no dudó.
Hundió el hocico en mi palma y se dejó acariciar con una entrega que desarmaba.
-Vaya -rió el alcalde- Eso no lo hace con cualquiera.
Shushu me siguió toda la tarde.
Mientras revisaba mis cosas. Mientras el alcalde me hablaba de la ciudad, del clima, del pasado.
Cuando me senté en la vereda, se acostó a mi lado.
Y cuando me fui... quiso seguirme también.
El alcalde tuvo que agarrarlo con una correa improvisada.
Shushu lloró.
Yo también... un poco.
En ese momento una pequeña pantalla apareció.
〔 Título Alfa de la Manada Activado 〕
No dije nada.
No tenía palabras.
Pero lo entendí.
El recuerdo se desvanece como espuma.
Mientras la marea y el viento hacían su trabajo, me tomé un momento para mirar el sistema. Desde que salí de Foosha no lo había revisado. Bueno... desde que el sistema dejó de gritarme todo el tiempo.
ВЫ ЧИТАЕТЕ
Game System
Фанфикшн〔 ◌ Cᴀʀɢᴀɴᴅᴏ Pᴀɴᴛᴀʟʟᴀ ◌ 〕 ¡Jugador, bienvenido a "Oɴᴇ Pɪᴇᴄᴇ Gᴀᴍᴇ" ¡Hazte fuerte, cumple los objetivos y ten grandes recompensas. Pero sobre todo ¡Encuentra el gran tesoro! Tal vez... Tu vida depende de ello. ¿ʟɪsᴛᴏ ᴘᴀʀᴀ ᴊᴜɢᴀʀ...
