Mas Que Física(terminada).

11-Dejame

11-dejame

"Loren"

Guardo mis cosas de la forma más apresurada que puedo, debo correr y alcanzarle.

Al fin ha terminado el día escolar, y he logrado terminar rápido de acomodar las mezclas de la cabina, no sé cómo pude soportar, pero en verdad muero por verle.

Le busco entre cada aula, nada, ni una pista, tal vez solo se ha ido. Mi móvil comienza a sonar y lo cojo molesta.

-¿Qué?

-¿Dónde estás?-cuestiona mi madre al otro lado de la línea.

-debo hacer unos deberes en la biblioteca, nos vemos luego.-cuelgo la llamada sin esperar su respuesta, sé que tendré problemas, pero no puedo, ni debo esperar más.

Un rechinido llama mi atención, es el. Corro hasta el, subiéndome a su espalda, provocando que su cuerpo tambalee y choquemos contra una puerta, puerta que abro difícilmente, cayendo ambos de otro lado.

-¡Vázquez!

-¿Cómo sabía que era yo profesor?-cuestiono levantándome de su espalda.

-tu olor.-murmura levantándose también.

-hoy he amanecido con ganas de usarlo, simplemente nunca pude volverlo a usar.-hablo con sinceridad mirando hacia el suelo.

-¿Qué quiere señorita Vázquez?

-dejemos lo de señorita a un lado y Vázquez ¿es enserio?, desde cuando nos hablamos con tanto respeto, está bien en el aula podre llamarte profesor, pero sabes que para mí tu eres y serás Alex.

No sabía cómo había podido decirle eso, de esa forma, al igual que en su clase, pero es que simplemente espere tanto para verle, para tenerle frente a mí y decirle tantas cosas, que no podía callar.

-¡basta!-grita y doy dos pasos acercándome aún más a él, quien retrocede.

-¿basta de qué? ¿De qué te diga las cosas de frente? ¿De que esta vez no salga huyendo? ¿De que deje de amarte así como tú aun lo haces? Dime de que, por que en verdad yo no lo entiendo.-ambos nos miramos y bajo mi vista.

-¿aún me amas?-cuestiona incrédulo.

-nunca pensaría en dejarlo de hacer.-le miro, sus ojos cafés se encuentran tan clavados en mí, y siento un cosquilleo.-pero de qué sirve hacerlo, si tu solo quieres huir de mí.

-yo no huyo.-susurra, giro sobre mis talones, caminando hasta la puerta.

-¿ha no? Y dime que fue eso de que tras mudarme, tú dejaras de dar clases en el instituto, claro el profesor decidió regresar tiempo después, pero ¿Por qué huiste? –mi voz es débil, no quiero que esto se vuelva una pelea, solo quiero hablar de la manera más tranquila posible.

-tú fuiste la que huyo primero.

-hui porque tu no me frenaste.-admito cabizbaja.-nunca me pediste quedarme a tu lado, no sabes cuánto sufrí, cuanto llore y grite, mi amado profesor, ese que había amado en silencio tanto tiempo, un día me besa y me hace sentir plena, tan llena, pero casualmente mi padre decide que es tiempo de aceptar crecer en su trabajo, y tu Alex ¿Qué haces? Simplemente ver cómo me iba, sentado en esa silla, en esa oficina donde me rompiste el corazón.

-tú me olvidaste.

-por dios Alex, déjame decirte que no fui yo la que se casó y tuvo un hijo, un hijo que pudo ser nuestro, una sola palabra tuya pudo cambiar todo, yo nunca te olvide, lo admito trate de refugiarme en Carlos, buscar en él lo mismo que busque algún día en Bill, a ti. ¿Pero qué crees? Ninguno logro hacerme sentir todo eso que tu causas en mí, tal vez si, amo a Carlos, más de lo que llegue a querer a Bill, pero eso no se compara en nada con el terremoto que causas en mí.