1. Nope...

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Eh, despierta.

Sentí como alguien me zarandeaba de un lado a otro, no tuve más que despertarme para encontrarme con una Hikari preocupada.

―¿Uh? ¿Dónde estamos?

―No pos, en Narnia ―me respondió con sarcasmo―. ¡Por supuesto que estamos en una habitación!

Miré a mi alrededor, y en un descuido me había dado cuenta de que tenía muchos rasguños en los brazos. Pero esto no solo me pasó a mi, Hikari también tenía.

―No creo que hayamos caído en una habitación con tantos rasguños.

―¿Estás diciendo que no caímos en una habitación?

―Creo que caímos en una especie de jardín y que... nos movieron aquí ―comencé a bajar la voz a medida de que el pánico aumentaba.

Oh mierda.

―¡NOS VAN A MATAR!

―¡MORIREMOS!

―¡VENDERÁN NUESTRAS PARTES POR MERCADO LIBRE!

―¡Y SE COMERÁN NUESTRA CARNE HUMANA!

―Aunque los secuestradores deberían saber que nuestra carne no sabe muy bien, huele a avión y más encima no está tan salada.

―Si, creo que si le echan salsa y sal junto con un poco de vino sabría bastante bien.

La positividad de nosotras aún me sorprendía.

¿En serio estábamos hablando de como los secuestradores deberían preparar nuestra carne?

―Oye, ¿Si estamos secuestrados no se supone que la puerta debería estar cerrada? ―señaló hacia la puerta que llevaba al exterior.

Ambas nos miramos con una pokerface y salimos lentamente, solo para darnos cuenta de que un hermoso jardín de rosas estaba completamente intacto y a su alrededor habían algunos árboles caídos.

―Pero mira que hermoso ―admitió algo anonadada―. Debimos haber caído aquí y luego nos metimos allá.

―Es que es demasiado hermoso para ser verdad. ―intenté sujetar una de las rosas, pero en ese entonces alguien me saltó encima tumbándome al suelo.

―OH POR DIOS, OTRA RUBIA ME QUIERE MATAR ―exclamé, pero la rubia que me había saltado encima me rogó que hiciera silencio. Hikari y yo la miramos confundidas.

―No hagas ruido, por favor ―su voz era aguda, pero seguro que era por el miedo.

Pero... ¿miedo de qué?

―Eh, ¿Quién eres tú? ―preguntó mi amiga.

―Eso no importa ahora. ¡Tienen que irse de aquí, es peligroso! ¡Ellos vendrán! ―la pobre chica estaba sudando de los nervios, y creo que Hikari podía oír sus latidos desde donde estaba.

―Oye, no se de verdad de qué estás hablando ―habló la mencionada mientras nos ayudaba a levantarnos.

―¡Sé de lo que hablo, deben huir antes de que--...!

―Pero mira esto, Bitch-chan. ¿Hiciste nuevas amigas? ―todas volteamos hacia atrás para darnos cuenta de que un pelirroja con cara de "pedófilovioladordelbosqueantiguo" nos estaba mirando a medida que sonreía.

―R-Raito-kun puedo explicarlo ―la rubia estaba tartamudeando con miedo mientras se alejada lentamente.

―No tienes que explicar nada, Chinchinashi. Ahora tenemos dos más ―otro pelirrojo apareció sujetándo a la rubia por la muñeca, por otro lado esta se mostraba asustada.

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