El camarero dejó nuestro pedido en la mesa. Sonreí como una niña al ver mi pastel de fresa, los ojos brillantes y la cuchara lista en mi mano. Shisui me observaba en silencio, mientras tomaba un sorbo de su té.
—No tuvimos oportunidad de hablar con calma antes, Hina-chan.
Asentí despacio, ya imaginando por dónde venía la conversación. Dejé la cuchara a un lado por un momento.
—¿Has tenido más sueños últimamente?
—Algunas veces… —respondí, con los ojos fijos en el plato—. Pero no son frecuentes, y tampoco siento que sean importantes.
Era cierto. Aquellos sueños que antes me agitaban el alma y me dejaban con preguntas sin respuesta, comenzaban a diluirse con el tiempo. Las imágenes eran cada vez más vagas: una conversación con Neji, risas compartidas con Kiba, la calidez de su vínculo con Naruto. Ya no me sacudían como antes.
Ya no me sentía tan ajena a ella.
Antes me obsesionaba con entender qué tanto nos diferenciaba, pero ahora… ahora empezaba a ver las similitudes.
—¿Y cómo te hacen sentir ahora? —preguntó Shisui, sin apremio, como si tuviera todo el tiempo del mundo para escuchar.
—No me afectan tanto. Me parece que ya no son más que… ¿fragmentos? Una vida que no es mía, pero que tampoco me resulta del todo extraña.
Tal vez porque en el fondo, queríamos lo mismo. Ella también deseaba proteger a su hermana, cuidar de los suyos, encontrar su valor propio. Su ejemplo era Naruto, ese ideal inalcanzable de fortaleza y bondad… Y aunque yo también lo admiraba, no representaba, en mí, aquel rol.
Ahora tengo otros recuerdos, otros vínculos. No quería aferrarme a lo que ella vivió.
—Parece que estás empezando a trazar tu propio camino —comentó Shisui, con una media sonrisa.
—Eso intento.
Antes me sentía incompleta sin esos sueños, como si perderlos significara perder una parte de mí. Pero ahora… ahora me sostengo por lo que soy, no por lo que recuerdo.
No podía seguir confiando ciegamente en algo tan ambiguo. Es cierto que, en su momento, me ayudaron a cambiar la vida de algunas personas cercanas, a darles un nuevo rumbo. Sin embargo, también me llevaron a la frustración, al peso de no poder salvar a todos, de no poder cambiar aquello que estaba fuera de mi alcance. Me di cuenta de que no era omnipotente, y que cargar con esa expectativa solo alimentaba mi agotamiento.
Tomé una cucharada del postre y dejé que la dulzura me envolviera. No había prisa. Por un momento, todo parecía estar en calma. Cuando levanté la vista, Shisui seguía allí, observándome con esa mirada que siempre me transmitía paz. No necesitaba hablar para hacerme sentir acompañada.
—También... —empecé, dudando un poco, mientras movía la cuchara en el plato— no sé qué tan confiables son esos sueños.
Levantó una ceja, curioso.
—¿A qué te refieres?
—No estamos en las mismas condiciones —dije al fin, buscando las palabras adecuadas—. Esa versión de mí… vivió en un mundo distinto. Ella no te conoció. Itachi-san no estaría en la aldea. Y el clan Uchiha…
Me detuve ahí, dejando la frase en el aire.
Shisui no respondió de inmediato. Sus ojos, oscuros y profundos, se clavaron en los míos como si intentara leer entre líneas. Luego asintió con lentitud, pensativo.
—Entiendo. Dices que quizás sus recuerdos no pueden aplicarse del todo a tu vida actual.
Asentí.
—Entonces sientes que lo que ella vivió no puede ayudarte en lo que tú estás viviendo ahora.
YOU ARE READING
Henko ~Itahina~
FanfictionUna misión inesperada la llevó al límite, poniendo a prueba todo lo que creía ser. Hinata, quien siempre había estado dispuesta a dar su vida por Naruto o por la aldea, arriesgó todo en nombre de la paz por la que tanto lucharon. Pero mientras su cu...
