Desvergonzada「 Freenbecky 」

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Rebecca se acomodó mejor en el pecho de Freen, provocando que la Alfa soltara una pequeña risa, que cubrió con su mano evitando despertar a la dormida Omega.

Rebecca estaba durmiendo en su casa, habían armado una mini pijamada en casa de la Alfa, que en verdad solo fue a comer y besarse mientras una película se reproducía en la televisión.

Nun Chankimha, la madre de Freen, le había asegurado a Patrick y a Rawe que vigilaría a la parejita. Pero luego que la Omega hubiera llegado se había retirado al Hospital, ya que le había surgido un turno de emergencia.

Y ahora la pareja se encontraba sola en la casa. Rebecca dormía sobre el pecho de su Alfa, ya que eran alrededor de la una de la mañana; pero Freen tenía insomnio, además de que estaba nerviosa, ya que las feromonas de la Omega de pronto aumentaban.

Eso no había ocurrido desde el día que había dormido con Rebecca en Chiang Mai. ¿Qué estaba ocurriendo? Sus sentidos estaban mucho más agudos, en especial su olfato.

Era imposible que el celo de Rebecca se hubiese adelantado un mes y medio, así que no sabía que demonios estaba ocurriendo.

La Omega se removió en la cama y se apegó mucho más al cálido cuerpo de la Alfa. Freen sintió sus colmillos picar cuando Rebecca se acomodó mejor dejando ver su cuello.

Algo asustada Freen sacudió su cabeza y arropó mejor a su novia.

Su mano se aferró a la desnuda cintura de su Omega -ya que el suéter de esta se había subido- y sin más empezó a dejar leves caricias alrededor de esta, hasta llegar al plano abdomen de Rebecca gracias a los deportes.

La acarició con sutileza y pensó en algo de lo cual jamás se imaginó, ¿Cómo se vería Rebecca embarazada? Y con ese pensamiento en mente se levantó de forma abrupta de la cama, provocando que la Omega se despertara en el proceso.

—¿Estás bien lobita? —Inquirió la Omega frotando su ojo derecho mientras trataba de ver a la mayor a pesar de la escasa luz.

—S-Sí... Solo sigue durmiendo, tuve una pesadilla, iré por un vaso de agua.

—Está bien. —Murmuró Rebecca volviendo a acomodarse para cerrar sus ojos, estaba muy cansada ya que esa tarde le había tocado entrenamiento.

Freen salió de su habitación y bajó las escaleras hacia la cocina, se sirvió un poco de agua fría y casi deja caer el vaso cuando se dio cuenta de su otro problema.

Tenía una erección.

¡Joder! El roce de piel entre Rebecca y ella la había excitado sin darse cuenta. ¿Qué carajos pasaba con ella?

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—Freen. ¿Estás bien? —La Omega volvió a tocar la puerta del baño una y otra vez. —¿Freen?

—E-Estoy bien. —Respondió de forma ahogada la Alfa.

—Freen, me estás mintiendo, siento en tu aroma miedo. ¿Qué está pasando?

—C...Creo que me enfermé, solo vete a la escuela sin mí. —La Omega frunció el ceño.

—No lo haré, lobita. —La Alfa que se encontraba apoyada contra la puerta del baño, ahogó un gemido con su mano.

Las dulces feromonas de Rebecca la estaban enloqueciendo. Si la Omega permanecía más tiempo ahí, no podría evitar tirarse sobre esta, y hacer algo de lo que se arrepentiría.

—Rebecca, vete por favor, por una vez hazme caso, por favor... Vete. —Y eso solo dejo más intranquila a la Omega.

—Me iré, pero llamaré a tu madre, si pasa algo prométeme que me llamarás de inmediato.