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Rebecca deseó estrellar su cabeza contra una pared, al menos mil veces.

—¿Estás lista para el partido de hoy? —Inquirió Irin mirando a la más joven, que solo asintió sin mirarla. —¿Qué te ocurre?

—No quiero ver a Freen.

—¿Por qué?

—Me da vergüenza. —Rebecca se apoyó contra la pared. —No puedo creer que le robaran sus cosas, solo para mí.

—Ella no se opuso.

—Aun así, me vio tan débil, tan vulnerable en mi celo. ¡Odio ser un Omega tan débil!

—Rebecca...

"Estoy muerta" Se dijo Rebecca cuando escuchó la voz de Freen. Miró a Irin que le hizo un gesto de que mirara hacia la derecha y al hacerlo se encontró con la Alfa pelinegra.

—Hola, Freen. —Dijo Rebecca esquivando la mirada de la mayor.

—¿Estás mejor, Rebecca? —La castaña la miró sin comprender. —Ayer no viniste a la escuela.

—Sí, tuve un pequeño problema. —Un pequeño problema era pelear con Anan por la ropa de Freen. El mayor se la había querido quitar ya que no la necesitaría luego de pasar el celo, pero Rebecca se negó.

—¿Te sientes mejor?

—Sí. —Freen deseó poder acercarse más, pero era obvio que la Omega no la dejaría.

—Ahora que recuerdo, dejé la estufa encendida. —Las dos miraron a Irin, que sonreía tratando de excusarse. —Adiós.

Rebecca quedó indignada, Phi Irin la había abandonado con la Alfa de la cual nunca esperó fijarse.

—¿Verás el partido de fútbol americano de hoy?

—No sé, nunca he visto un partido de esos. Ni siquiera sé de qué va. —Rebecca sonrió y tomó el brazo de la mayor, y empezó a correr, mientras llevaba a Freen tras de ella.

Los demás estudiantes miraban de reojo a la tan opuesta pareja que corría por los pasillos. Una Omega que se enojaba muy rápido y una Alfa demasiado tímida.

Una extraña combinación que funcionaba a la perfección.

—Ya llegamos. —Dijo Rebecca soltando la mano de Freen para que ambas tomarán aliento. —Hoy tu Omega... Coff Coff... esta tos, bueno como te decía esta Omega te enseñará sobre fútbol americano.

━━━🐾━━━

—¡Freen apúrate! —Freen aceleró el paso ante la orden de Songjet. —Vamos o no conseguiremos un buen lugar para ver el juego.

Y sin más ambas chicas corrieron hacia la cancha de fútbol, donde muchos estudiantes estaban esperando el inicio del partido.

La Beta y Alfa pasaron entre las gradas, hasta que pudieron encontrar un buen lugar para ver el partido.

—Faltan unos quince minutos aún. —Murmuró Songjet. —Ven, deja la mochila y mejor vayamos a los vestidores del equipo.

Y antes de que la Alfa pudiera decir algo, se la llevó a rastras.

Freen entró algo aturdida al vestidor del equipo de fútbol. Los fuertes aromas de las personas que estaban en el equipo dejaban demostrar su adrenalina. Aunque en verdad, Freen estaba buscando el aroma fresas que diferenciaba a Rebecca del resto. Y cuando lo encontró, discretamente se alejó de Songjet, que había empezado a conversar con Irin.

—84... 85... 86...—Freen miró a Rebecca que estaba haciendo abdominales, y una chica de cabellos oscuros estaba contando. —87... 88... Y tú, ¿quién eres?

—S-Soy Freen. —Respondió la Alfa algo avergonzada, a la pregunta de la chica de cabellos oscuros.

Rebecca se irguió y miró a la Alfa para sonreír.

—Cálmate Charlotte, ella es Freen, la Alfa que te comenté. —Rebecca extendió su mano y Freen rápidamente la tomó para ayudarla a levantarse. —Freen, ella es Phi Charlotte.

—¡Su novia! —Y Freen quiso morir.

—¡Es mentira! —Aseguró Rebecca sujetando el brazo de la Alfa. —Charlotte es mi mejor amiga. —Rebecca se acercó mucho más a Freen. Era extraño, ya que sentía la necesidad de estar más cerca de la pelinegra. —Y si lo notas bien, también es Omega.

Y era así, Charlotte era Omega, y Freen ni siquiera se había dado cuenta por sus celos.

—¡Lo Lamento! —Exclamó Freen a nada de llorar por la vergüenza.

—Yo lo lamento. —Dijo Charlotte a nada de reír. —Lo siento, es que debía probar si en verdad eres muy sensible. ¡Y lo eres!

—Flacucha del demonio. —Murmuró Rebecca para tomar el brazo del Freen y sacarla del vestidor. Perdona a Charlotte, cuando supo de ti, pues ya ves.

—Rebecca, ¿tienes novia? —La castaña soltó una carcajada y dejó un golpecito leve en la frente de la Alfa.

—Claro que no, boba. —Freen sonrió. —Sólo existe un Alfa que me gusta, y no creo que me defraude.

Freen se sonrojó y quiso decirle algo a la Omega, pero la aparición de Anan la detuvo.

—Rebecca, a ponerte el uniforme. —La castaña asintió.

—Espérame aquí, Freen.

La Alfa hizo lo pedido por Becky. Esperó unos minutos y pronto vio a todo el equipo venir en su dirección.

—¿Hoy hay fiesta en casa de Malaiwong? —Irin asintió.

—¡Fiesta en la casa de Irin! —Gritó Anan. —¡A las ocho!

La mayoría de los que estaban en las gradas gritaron jubilosos. Y Rebecca se acercó a Freen.

—¿Irás a la fiesta?

—No sé, nunca he ido. —La Omega sonrió.

—Vendrás conmigo, Saro. —Dijo Rebecca para sujetar las mejillas de la Alfa y dejar un beso sobre sus labios. Sin importarle que la mayoría de los presentes las vieran.

Nada podría salir mal en una fiesta de adolescentes. ¿Verdad?

Desvergonzada「 Freenbecky 」Where stories live. Discover now