1-feliz cumpleaños

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1-Feliz cumpleaños

"Loren"

Los nervios invaden mi cuerpo, es una sensación muy rara, quiero sonreír, pero algo muy dentro de mí no me lo permite. Festejar mi cumpleaños número 20 creo que es poco emocionante, no lo digo por cumplir un año más de edad, sino porque me doy cuenta que no he disfrutado mi vida. Tal vez todo fue más emocionante a los 18, tal vez solo fue la pasión del momento o solo soy una chica tratando de encontrarle una solución a sus problemas.

-Loren.-el pronuncia mi nombre nuevamente y salgo de mis pensamientos, me acerco hasta él y le beso, le beso con todo el amor que puedo demostrarle.

-¿pasa algo?-pregunta tímidamente y rápido niego.

-te amo ¿lo sabias?

-yo también te amo Loren.-se acerca hasta mi juntando nuestros labios y no puedo evitar sentir un cosquilleo en mi estómago, tal y como el primer día, y descarto pronto la idea de que todo era mejor a los 18.

-chicos, chicos mucho amor por hoy.-mi madre llega irrumpiendo los pocos momentos que tengo al lado de mi novio.-debes irte.

-adiós señora.-se despide de mi madre con un beso en la mejilla y de mí también, pero esta vez con un apasionado beso. -nos vemos mañana en la universidad, te quiero.

Le veo irse y comprendo que ahora debo limpiar todo el alboroto de mi cumpleaños.

-Loren, ¿aceptaras el trabajo?-cuestiona mi madre, mientras llevo trastos a la cocina.

-no lo sé, tal vez, aunque creo que primero debería renunciar a la tienda, me agrada la idea de vender, pero también el hecho de trabajar en la universidad y estudiar al mismo tiempo ahí, me parece buena idea.

-¿Por qué no lo pruebas un día y si te agrada continuas?

-lo pensare.-termino de llevar los trastos al lavaplatos.

-hasta mañana hija, feliz cumpleaños.-mi madre besa mi frente y se va.

Llevaba ya dos años trabajando en una tienda departamental en el centro, vender ropa y bolsos era todo lo que hacía, se me permitía seguir estudiando, incluso cuando aún me faltaban pocos días por terminar la preparatoria. Inclusive cuando opte por tomar un año sabático de los estudios, quería relajarme por todas las presiones que había tenido, el cambio de ciudad no fue nada fácil, pero me acostumbre a ello.

Ahora tenía la oportunidad de entrando el próximo semestre trabajar como la locutora de la radio escolar, no era la más inteligente de mi curso, pero si la que más podía hablar frente a un público sin batallar, o en este caso en una cabina. Mi novio y mi familia me apoyaban, ya que como parte de mi trabajo, tendría que sacrificar algunos recesos entre clases, o llegar más temprano e incluso salir más tarde, de la universidad.

Siento como el agua que utilizaba para lavar los trastos deja de caer y miro hacia mi lado. Héctor me mira y sonrió, mientras me abraza.

-¿en qué pensabas?

-nada, solo lavaba los trastos, ¿Valeria y Raúl?

-ahí venían, el patio ha sido algo difícil de limpiar.-finge cansancio y luego se sienta.

Giro mi cuerpo topándome con la imagen de Raúl cargando a caballito a Valeria, quien sonríe ampliamente y luego cae a los brazos de Héctor.

-¿Cuándo eras la hermana menor, también te cargaban como a una muñeca?-cuestiona Valeria, tras acomodar su cabello.

-creo que me trataban peor.-sonrió.

-la gran diferencia entre Loren y Valeria, ha sido que Loren era una pequeña regordeta, claro hasta que entro a esos cursos de no sé qué y papa dejo de consentirla.-Raúl sonríe y toma un vaso con agua.

-pero mírala ahora, tan plana como una tabla.-Héctor y Raúl ríen, mientras Valeria me mira sin comprender la situación.

-¿yo también seré plana como una tabla?-cuestiona tímidamente mientras sube al regazo de Héctor. Tiene solo 8 años y comprendo que a veces haga preguntas del tipo ¿Qué es la menstruación? O todas esas cosas.

-en primer lugar, no estoy plana y en segundo lugar dejen a Valeria, o les acusare con mama.-Héctor y Raúl ríen ante mi comentario.-si me permiten tengo platos que lavar, quiero salir el fin de semana, y ya sabéis como se pone papa respecto a los quehaceres del hogar.

-¿con tu novio?-cuestiona Valeria desde el regazo de Héctor. Asiento con el rostro mientras continuo con mi labor.

-¿Cuándo encontraras un novio de tu edad?-cuestiona Raúl muy divertido.- ¿Cuántos tiene? ¿27?

-Raúl, creo que ese es mi problema y no es de tu incumbencia.

Ambos siguen hablando, mientras la tímida vocecilla de Valeria hace preguntas, yo solo les ignoro, esto es de todos los días.

***Gracias por leer.

Mas Que Física(terminada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora